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28/05/2017

La bomba de tiempo

La bomba de tiempo | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

El ingreso de capital especulativo es fuertemente creciente desde comienzos del año pasado, tendencia que se mantiene; por ejemplo, en el mes de abril pasado: entraron 1.262 millones de dólares contra 222 de abril del 2016. Actualmente, por cada dólar que se invierte productivamente ingresan 5 dólares para la especulación financiera.

Humberto Zambon

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Los Lebac son las letras a corto plazo que emite el Banco Central con el objeto de regular la cantidad de dinero en circulación. Por ejemplo, cuando ingresa moneda extranjera al país el Banco Central entrega nuevo dinero nacional a los ingresantes; si ese ingreso es masivo, el Banco Central procura evitar el exceso de liquidez con la emisión de estas letras. En teoría, si no lo hiciera el exceso monetario presionaría por el lado de la demanda, aumentando los precios, y se dirigiría a la compra de moneda extranjera (dólar) lo que, con un tipo de cambio libre o flexible, haría aumentar su cotización hasta equilibrar al mercado.

En el actual gobierno, como el ingreso de capital extranjero para la inversión productiva no se produjo, las letras con alto interés se utilizan para asegurar un flujo especulativo de moneda extranjera, manteniendo más o menos estable la cotización del peso frente al dólar y otras divisas.

La liberación del mercado con la política de letras a corto plazo y a alta tasa de interés y un dólar “planchado” se da la posibilidad de obtener ganancias financieras a una tasa más de tres veces la internacional, incluyendo el adicional por el riesgo cambiario, por lo que se generó una enorme “bicicleta” financiera, con una deuda creciente, lo que se ha convertido en una verdadera bomba de tiempo.

El ingreso de capital especulativo es fuertemente creciente desde comienzos del año pasado, tendencia que se mantiene; por ejemplo, en el mes de abril pasado: entraron 1.262 millones de dólares contra 222 de abril del 2016. Actualmente, por cada dólar que se invierte productivamente ingresan 5 dólares para la especulación financiera.

También las empresas radicadas en Argentina se sumaron a esa corriente, aumentando fuertemente su endeudamiento externo: en el primer trimestre de este año sumó 5.400 millones de dólares, unas 4 veces lo ingresado en el mismo lapso del año pasado (1.360 millones) y 100 veces mayor que en el 2015 (52,8 millones). El 61,1% de esa deuda fue tomada por los bancos, no para préstamos a la actividad productiva, sino, directamente, para la especulación.

Mientras la deuda en Lebac sigue creciendo como una bola de nieve. Este mes vencieron por valor de 476.000 millones de pesos y, para compensarlo, se emitió letras a un interés superior (25,5% anual frente al 24,25% anterior) y a plazos que oscilan entre los 35 y 63 días, es decir, con vencimiento en junio y julio próximos.

En la mayoría de los agentes económicos existe la convicción de que el gobierno planea mantener la cotización “planchada” del dólar hasta después de las elecciones de octubre, a partir de las cuales habría un fuerte ajuste de la economía en general y una devaluación del peso. A medida que nos acerquemos a esa fecha aumentará el riesgo cambiario (será necesario un aumento de la tasa de interés para compensar) y, además, cualquier acontecimiento que ponga en duda la solvencia local, como la profundización de la crisis brasileña, puede generar un aumento en la demanda de dólares.

Los capitales especulativos externos que vienen ingresando a la “bicicleta financiera” tienen previsto, en el corto plazo, su reconversión en dólares y la salida de los mismos. También para los especuladores locales, sean bancos o financistas particulares, en un sistema bimonetario como es de hecho el argentino, la opción a las colocaciones a corto plazo y alto interés, como los Lebac, es el refugio de los fondos en moneda extranjera.

Mientras tanto la deuda a corto plazo del Banco Central ya representa el 19% del PBI y el 120% de las reservas monetarias. Si hubiera una corrida bancaria y un cambio súbito de la cartera de los inversores financieros hacia el dólar, no tendríamos los recursos para hacerle frente y entraríamos en una crisis externa.

Para mantener ese capital especulativo en el país se deberá ir aumentando la tasa de interés, lo que convierte a la masa de intereses a pagar en una bola de nieve siempre creciente. Esto, como el endeudamiento externo en crecimiento, conforma una realidad insostenible en el tiempo.

La bicicleta financiera se ha convertido en una bomba de tiempo.

29/07/2016

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