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18/12/2016

Nuevo endeudamiento de Río Negro

Nuevo endeudamiento de Río Negro | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

El Estado nacional autoriza e incita a la toma de deuda en moneda extranjera, tanto a provincias como a empresas públicas nacionales, como forma de financiar el déficit externo y, al mismo tiempo, diluir sus responsabilidades futuras.

Humberto Zambon

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Según la información periodística disponible, el gobernador de la provincia de Río Negro, Alberto Weretilneck, enviará a la Legislatura provincial en los próximos días un proyecto para emitir deuda pública externa por una suma de 500 millones de dólares bajo la denominación de “Bono de Financiamiento de Infraestructura Energética y Productiva”, nombre “entrador” para obtener el apoyo de diputados y de la opinión pública provincial. Luego se requerirá la autorización nacional para contraer la deuda externa, para lo que en estos momentos no parece haber dificultad.

Dado los antecedentes y la situación presupuestaria de la provincia, se puede suponer que el objetivo de esos fondos es cubrir el déficit fiscal y financiar obras ya previstas y aprobadas, evidentemente necesarias, que se deberían cubrir con los recursos normales previstos en la Ley de presupuesto, incorporados como créditos destinados a obras e inversión. Pero fuera este el caso o si se tratara realmente de un plan nuevo de obras para la estructura energética y productiva, hay que tener presente que se trata de gastos a realizar en pesos.

Cuando se habla de deuda pública es conveniente distinguir entre deuda interna (emitida en pesos) y deuda externa (emitida en moneda extranjera, dólares, euros o yenes). En el primer caso, el de la deuda interna, ésta se trata de obligaciones de pago futuro que ciudadanos radicados en nuestro país deberán efectuar (mediante el pago de impuestos) a otros ciudadanos también radicados aquí; se trata de transferencias entre contemporáneos; como los receptores de ese ingreso normalmente son inversionistas, es muy probable que lo destinen a nuevos documentos de deuda pública, de forma tal que ellos mismos financien –al menos en parte- el pago de la obligación anterior. De todas formas, aunque el estado provincial no tiene capacidad de emitir dinero, sí lo tiene el Estado nacional, y este no puede permitir que una provincia “quiebre”; es decir, Nación cuenta con varios recursos de la política monetaria para cumplir, en última instancia, con los pagos y convertirse en acreedor de la deuda provincial.

Por el contrario, la deuda pública externa y sus intereses deberán ser abonados con divisas, cuya escasez es una de las características de los países dependientes, que se conoce como la “restricción externa”, y que limita las posibilidades de desarrollo de un país. Por ello siempre se debería evitar el endeudamiento externo, de difícil justificación cuando lo que se pretende financiar está nominado en pesos.

Además, hay otras dos razones: 1) en una deuda en dólares la moneda extranjera queda en poder del Banco Central y el tesoro provincial recibe pesos; para el acreedor provincial es lo mismo una que otra deuda; y 2) el Estado provincial tiene sus ingresos en pesos por lo que agrega la incertidumbre de la cotización del dólar a la fecha del vencimiento de la obligación.

Lo que ocurre en nuestro país es el siguiente escenario:

1-El nuevo gobierno nacional eliminó todas las restricciones a la compra y tenencia de moneda extranjera, entregándose al mercado y al libre juego de la oferta y la demanda. También liberó las importaciones, incluyendo bienes superfluos y de consumo producidos en el país. Esto disparó la demanda de dólares, tanto para importar, remitir utilidades de empresas extranjeras, viajar, ahorrar en dólares o fugar capitales.

2-Se supuso una compensación entre la demanda de divisas señaladas en el punto anterior con la “lluvia” de inversiones extranjeras directas (IED) que vendría, en especial luego de pagar a los fondos buitres lo que reclamaban, cosa que se hizo a pesar del apoyo externo obtenido para evitar ese pago extorsivo. Pero no fue así; inclusive la inversión directa durante el corriente año fue inferior a la recibida en el año 2015. También las exportaciones de bienes cayeron debido a la situación internacional.

3-En conclusión, hay una brecha externa que se cubre con deuda externa. En el corriente año la deuda pública externa neta creció en 24.818 millones de dólares.

El Estado nacional autoriza e incita a la toma de deuda en moneda extranjera, tanto a provincias como a empresas públicas nacionales, como forma de financiar el déficit externo y, al mismo tiempo, diluir sus responsabilidades futuras.

El juego de alimentar el déficit externo financiándolo con deuda es de corto plazo y resulta peligroso; además ya lo vivimos en las otras experiencias neoliberales, que culminaron con la crisis de la deuda en los años ’80 y con la profunda crisis del 2001.

Cosa que, si no cambia el escenario, con esta política la volveremos a vivir próximamente.

29/07/2016

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