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13/11/2016

La bicicleta financiera

La bicicleta financiera | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

El Banco Central está colocando las letras a corto plazo, los Lebac, a una elevada tasa por lo que muchos bancos, como la tasa de interés de los plazos fijos es menor, utilizan esos fondos para especular con la diferencia.

Humberto Zambon

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En diciembre de 1978 el ministro de economía José Martínez de Hoz, mandamás del gobierno de la dictadura encabezada por Videla, anunció una devaluación programada del peso en función de una tabla de conversión que tendía a un tipo de cambio estable en un futuro cercano. Fue la famosa “tablita” de Martínez de Hoz y que originó una descomunal “bicicleta” financiera en nuestro país, que tuvo su apogeo en los años 1979 y 1980.

La “bicicleta” es un mecanismo muy sencillo y conocido que los economistas del establishment, a quienes les gusta llamar a las cosas en forma difícil y, si es posible, hacerlo en inglés, suelen denominar “rollover” por la diferencia de tasas de interés. Consiste en conseguir dinero ajeno a una tasa menor que la que se obtiene en colocaciones financieras, de forma tal que a su vencimiento queda una buena diferencia, mientras que la deuda inicial se renueva o se toma una nueva para seguir con la rueda.

Durante la dictadura, entre fines de 1978 y principios de 1981, como la tasa de interés interna era muy superior a la tasa de devaluación anunciada, el negocio consistía en endeudarse en el exterior, colocar ese dinero en nuestro país ganando la diferencia. Un cálculo conservador habla de un endeudamiento privado mínimo de 5.000 millones de dólares por este concepto. También hubo un elevado ingreso de capitales financieros “golondrinas” que se beneficiaron con la diferencial de tasas y que permitió mantener “planchado” al dólar. A fines del año 1980 era evidente que no podía perdurar y todos los especuladores se volcaron al dólar, en gran parte para fugarlos al exterior; para satisfacer esta demanda el estado se endeudó en 15 mil millones de dólares. El general Viola reemplazó a Videla y en febrero de 1981 anunciaron el fin de la “tablita” y de esta rueda especulativa, pero el negocio fue redondo ya que, finalmente, la deuda externa privada, en parte ficticia, fue asumida por toda la sociedad mediante un seguro de cambio creado por Cavallo mediante una simple circular del Banco Central.

El gobierno militar, que cuando tomó el poder se encontró con una deuda externa de 8 mil millones de dólares, 7 años después lo entregó con una deuda de 45 mil y en default de hecho.

Otra “bicicleta” similar ocurrió durante la convertibilidad, mediante el cual el dólar tenía un cambio fijo y permanente (que podía entenderse como la “tablita” de Martínez de Hoz llevada al extremo) y se ganaba con la diferencias de tasa entre el mercado local y el internacional.

Ahora, en 2016, vuelve la “bicicleta financiera”. El Banco Central está colocando las letras a corto plazo, los Lebac, a una elevada tasa (desde el día 8 de este mes al 26,25%, antes al 26,75%) por lo que muchos bancos, como la tasa de interés de los plazos fijos es menor, utilizan esos fondos para  especular con la diferencia. También entran capitales especulativos, los denominado “golondrina” porque vienen y se van, ya que se estima que el tipo de cambio en lo que resta del año prácticamente no va a variar mientras que la tasa de devaluación del peso esperada para el año 2017 se calcula en un 15,9% (Relevamiento de Expectativas de Mercado realizado por el BCRA en unas 60 consultoras y bancos nacionales y extranjeros). En un mundo donde sobran capitales financieros y la tasa de interés es muy baja, la diferencia resulta muy atractiva y permite “planchar” el tipo de cambio.

La deuda en Lebac ya llega a los 685 mil millones de pesos y es superior a la base monetaria. Es una deuda a corto plazo pero en pesos, por lo que no hay riesgo de cobro (el Banco Central siempre puede emitir el dinero necesario). El riesgo para el país, que aumenta en proporción al monto, es que esa enorme masa monetaria decida dejar la colocación en letras y se vuelque al dólar, generando una crisis cambiaria.

Tanto las perspectivas de la economía que surgen del presupuesto presentado para el año próximo como la intención política de las autoridades indican que esa deuda seguirá aumentando. Ya sabemos cómo termina.

29/07/2016

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