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25/02/2024

Consideraciones inactuales

Consideraciones inactuales | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

Sólo un drástico cambio en los alineamientos geopolíticos y geoestratégicos del país, podrá deparar un virtuoso proceso inversionista en la Argentina, de modo que, en una década, la pobreza y la indigencia hayan desaparecido de nuestros sufrientes conurbanos y pasen a ser una fea pesadilla del pasado.

Juan Chaneton *

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La batalla por el sentido común la ganaron "ellos" y en ese triunfo se enancó la epifanía trágica por excelencia de la Argentina siglo XXI, que consistió en que un ideologizado exempleado de corporaciones que hacían su "diferencia" mediante negocios con el Estado (por caso, Eurnekián), devino "presidente de la Nación". Y mientras "ellos" ganaban la batalla cultural, unos "nuestros" sin más formación que la que les procuraba su afán de participar, mencionaban a "Gramsci", cada vez que oían o leían en algún lado la palabra "hegemonía". Hoy, las consecuencias que están a la vista no constituyen sorpresa para nadie más que para el auditorio idiotizado que votó a Milei en el marco de una "democracia" que estimula la credulidad como sustituto de la reflexión, y da asco de tanta "no verdad" que rezuma. Cosplayerismo y pedofilia, en esta democracia, van de la mano. No por nada el auditorio de los/as "artistas" de ese negocio son niños y niñas que frisan los 12-17 años. Pero siga el baile, al compás del tamborín, no se puede hacer nada porque en democracia la "libertad de expresión" es sagrada. Permite, por ejemplo, que estas líneas viajen por el "éter" sin consecuencias gravosas para nadie. Y permitiría también, si por desgracia llegara ese infausto día, que si alguno de los descerebrados que constituyen la "base social" de las derechas de este país, se le ocurriera agredir a periodistas y/o camarógrafos de, por caso, C5N, la "democracia" -digo- haría posible enfrentarlos e incriminarlos enarbolando la libertad de expresión como derecho garantizado por esta democracia de utilería de que disponemos. Para eso sirve la democracia. También para exigir la libertad y la vida de Julian Assange, apóstol, si los hay, de esa libertad de expresión. Pero en este país nada de lo que ocurre un metro más allá de nuestras fronteras, tiene la menor importancia, ni amerita más esfuerzo que el que se hace por exigencias de la fisiología digestiva.

A todo esto, el peronismo se halla haciendo las valijas para volver. La táctica es conocida: amuchémonos y después vemos. El problema es que los que quieren volver son Guillermo "el Negro" Moreno y Aníbal Fernández, que atrasan un poquito. El peronismo, en su límite, es una forma de la ilusión autoinducida. Como si se tratara de una objetivación de la gnoseología de Spinoza, propone la armonía y cree encontrarla en algo que -supone de antemano- debería existir: la semejanza entre sujeto y objeto. Pero no hay tal semejanza, pues cuando sujetos son los pueblos, el objeto sólo se adecua a fuerza de martillazos y no de armonías preconcebidas y devenidas deseo.

Por lo demás y por los días que corren, una columnista de La Nación cree estar olisqueando un clima de época percudido por una percepción que comienza a generalizarse: que Milei vale cada vez menos y que, por eso, necesita estar presente cada vez más. (Luciana Vázquez, 20/2/24).Y eso parecería ser así no sólo por los estentóreos exabruptos que profiere el presidente con regularidad sino también cuando reparamos en que le sube el precio a todo, incluso a Lali Espósito...

El "quid" de la cuestión es francamente desconcertante, y se resume en una pregunta con tufillo retórico: dolarización y pobreza al 57,4% según la UCA; ¿por qué ningún "economista" de la oposición ha salido a decirle nada al que sufriría los efectos de aquélla y ya sufre los de ésta? Si para dolarizar hay que contar con una cantidad de reservas en dólares equivalente a la base monetaria de la economía, ¿de cuánto es esa base monetaria? Es de once billones de pesos o, de otro modo (estimada en unidades de mil millones de nuestra moneda, es de 2705). De modo que, o bien no hay ninguna correlación necesaria entre la adopción del dólar y la base monetaria (circulante, más encajes bancarios), o bien tal dolarización es un disparate irrealizable. Pero nadie habla de eso. Si tengo 3 millones de pesos en mi caja de ahorro, ¿voy a pasar a tener tres millones de dólares?

En cuanto a los tres millones de nuevos pobres que ya nos deparó la "presidencia" Milei, ella ha de tener algún correlato con el remanido "déficit fiscal". Tener a un jugador de mesas de dinero como ministro de Economía es ya toda una declaración de principios: la recesiónes un objetivo, en tanto medio para disminuir la inflación. Pero disminuirla de este modo no sólo es pírrico; es también una mentira como la de que bajó el déficit 5 puntos; pues bajó porque no se le pagó a nadie; es decir, bajó y debemos más que antes, que es lo que el "Mencho" Caputo oculta en su rol estelar de renovado jefe del cartel "Nueva Generación Financiera". Alcanza con estar un poco familiarizado con formas abstractas de razonar, para azorarse por estos enigmas; ni hace falta ser economista. Pero los economistas, ya que estamos, podrían explicarle algo de todo esto al soberano, que anda como turco en la neblina.

Recientemente, el presidente de la Nación dijo que "por conveniencia o negación, ellos (bast. mía) no asimilan que la gente detesta a los políticos, a la política «casta» la gente la odia, porque se dio cuenta de que mientras que nosotros estamos cada vez peor, a los políticos les va mejor”, agregó Milei. Y siguió:

“Es llamativo cómo la política no está de acuerdo en transparentar fondos millonarios que nadie sabe bien cómo se utiliza la plata. Incluso hay cuestiones éticas que hay que revisar”. En ese sentido, ejemplificó: “Alguna persona que maneja alguno de los fondos termina siendo candidato a presidente...".

A este discurso hay que salirle al paso de manera eficaz, es decir, de manera que "la gente" nos crea a nosotros y no a "ellos". Pero esa eficacia no se halla, ciertamente, en las gastadas alquimias que proponen "recomponer" al peronismo para abocarnos a la "inclusión de los más vulnerables". Si es eso lo que tenemos para ofrecer a la clientela hoy cautiva de Milei, estamos en el camino equivocado.

Sólo un drástico cambio en los alineamientos geopolíticos y geoestratégicos del país, podrá deparar un virtuoso proceso inversionista en la Argentina, de modo que, en una década, la espantosa vida que la pobreza y la indigencia imponen a lo que debería ser base social de todo proyecto autopercibido como progresista, hayan desaparecido de nuestros sufrientes conurbanos y pasen a ser una fea pesadilla del pasado. Y eso hay que decirlo, sin ambages ni ambigüedades al electorado en campaña, al modo como Milei hizo con Israel y Estados Unidos, a los que instituyó, de movida, en el podio de la virtud que depararía milagros de prosperidad en el país con sólo asumirse como parte de esa banda internacional de malhechores. Y todo esto tiene sus premisas, una de las cuales es una nueva ley de medios que rompa el monopolio de la información, que hoy es el monopolio de la mentira organizada en función de mantener una determinada hegemonía política y cultural en el cono sur latinoamericano.

He mencionado en este módico artículo periodístico a Moreno y Fernández. Debo decir que siento por ellos un profundo respeto moral, pues, entre otras cosas, pusieron el cuerpo en momentos difíciles para el país y pagaron costos ciertamente onerosos. Pero me ocurre que cuando los oigo hoy, me parece que están equivocados. Guillermo Moreno me impresiona como un hombre cuyos argumentos no admiten réplica ni producen la menor convicción. Tiene la facultad de persuadir, aunque ésta sea la única, como ironizaba el joven Borges a Hume. En cuanto a Fernández, al que casi todos llaman cariñosamente "Aníbal", ha sido un cuadro eficacísimo para la gestión dentro del Estado, que es ahí donde se ven los pingos. Sus limitaciones aparecen cuando quiere opinar de algo que podríamos llamar "filosofía política" -disciplina que ni siquiera se puede asegurar que exista-, que no es lo suyo ni su fuerte. Hoy, a Elon Musk no se lo puede refutar con Jauretche. Empero, todo es venial en ambos casos.

Paro de La Fraternidad el miércoles 21; del personal sanitario al día siguiente; y así sucesivamente. Los trabajadores comienzan a apelar a su recurso de lucha por excelencia a medida que la agresión neoliberal se hace sentir con crudeza creciente. El interior del país todavía no ha dicho lo suyo y una coordinación unificada de todas esas luchas obreras y populares debería estar a cargo de una central nacional que se propusiera ese objetivo, es decir, coordinar lo que no tiene programa común. Pero Daer o Acuña no están para tomar el cielo por asalto. Una pena, porque todo puede estallar y hacerse trizas, pero todo puede nacer de las cenizas. Aun cuando ni explosiones ni cenizas constituyan deseo nuestro que, como se sabe, somos unos enamorados de la paz social.



(*) Abogado, periodista, escritor.
29/07/2016

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