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17/02/2024

El derrocamiento de Sarmiento en El Huecú

El derrocamiento de Sarmiento en El Huecú | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

Los descendientes de indios y gauchos finalmente hicieron justicia: derrocaron simbólicamente a la persona que denostó y despreció a los suyos.

Rodolfo Canini

Han pasado más de 500 años del principio de la colonización europea, y más de 200, de emancipaciones y conformaciones de nuevos estados nacionales en América Latina; sin embargo, la conciencia colonial sigue vigente, al menos en nuestro país. Quien mejor ha desarrollado el ideario colonizante fue Domingo F. Sarmiento en su obra “Facundo - Civilización y Barbarie”. Con la excusa de narrar la vida del caudillo federal Facundo Quiroga, a quien lo identifica con la barbarie, y denunciar al gobierno de su archienemigo, Juan Manuel de Rosas, desarrolla en el ensayo una visión antitética maniqueista entre lo que representa la civilización ( Europa; las grandes urbes; la ciencia positivista, los caballeros de bien, el liberalismo, la modernidad, los unitarios) y la barbarie (América Latina, el campo, el gaucho, el indio, el misticismo, el caudillismo, tradición, federales). El ideario liberal supremacista y eurocéntrico cooptó a la dirigencia política elitista de América Latina, quien transmitió hasta la actualidad la conciencia colonizada. En nuestro país, la generación de 1880 es la fiel representante de ese ideario colonial. Las consecuencias que generó esta obra literaria en mis alumnos, hace ya muchos años, me hizo reflexionar. Paso a relatar aquella experiencia:

Recibí un llamado telefónico de la Intendenta cuando recién el sol comenzaba a proyectar las sombras de las montañas. Más sorprendida que enojada, aquella mujer, que era la única no varón intendenta de la provincia y sapagista de la primera hora, me informaba lo que había sucedido. Era un hecho grave y habían sospechas que detrás de aquel atentado estaban algunos chicos del colegio secundario. “La Señorita”, como la llamaban los pobladores de El Huecú a su máxima representante política, tenía un servicio de inteligencia más eficiente que el Mossad. Si ella afirmaba tal presunción, es porque tenía información segura. Como Director del colegio convoqué a las y los alumnos al salón de usos múltiples. Con mi escasa experiencia que se evidenciaba entonces en mis 26 años de edad, creí que era conveniente hablarles claramente. Había que revisar la historia, pero también las actitudes violentas de algunos de ellos, de los alumnos varones. Sabía que los autores materiales de la acción “subversiva” estaban en cuarto año, porque el día anterior habían tenido una clase de literatura argentina. Aquella clase les fue muy impactante: descubrieron “Facundo” de Domingo Faustino Sarmiento. Ese ensayo sociológico magistralmente escrito, con su visión dicotómica de civilización europea y barbarie criolla, fue el primer paso hacia la ira. Sintieron en carne propia el odio y el desprecio que destilaban los pensamientos allí plasmados. Su autor había sido hasta ese momento un prócer, alguien a imitar, quien no faltaba nunca a clase y el que había “inventado” la escuela. Ese edificio calentito, que protegía cuando se desplomaba la nieve o la helada vidriaba los charcos; esos muros mejor construido que sus propias casas, que acobijaban ante los vientos blancos; ese lugar, donde además de aprender, se comía rico y se hacía de amigos y amigas. No entendían por qué se les había construido una mentira desde el jardín de infantes, pasando por el nivel primario y casi todo el secundario. No comprendían por qué les habían ocultado la verdad; por qué el sistema educativo mentía y todas las maestras, profesores habían sido sus cómplices. La mayoría de los estudiantes eran de origen mapuche, o al menos tenían un ascendente en su familia del pueblo originario o tenían un padre, un abuelo que era gaucho o se vestía como tal. Al final de la clase volaba la incomodidad, la bronca que genera la estafa.

Al costado de la plaza central de El Huecú, frente al Municipio y sobre la calle José Manke Cayucal, (cambiado el nombre de la calle principal del pueblo “Julio Argentino Roca” por el nombre del primer logko de una de las dos Comunidad Mapuche del lugar) versa en un cartel de madera “Plaza Domingo F. Sarmiento”. Más de un visitante se pregunta por qué la plaza lleva ese nombre cuando en su centro sólo hay un busto del Libertador Don José de San Martín. Todo siempre tiene una explicación, al menos cuando se encuentran sus causas, su razón de ser. La sospecha hacia los chicos de cuarto era la pista correcta. A 20 años, algunos de los autores de aquél acto insurgente desde las vísceras de la Patria, me relataron la proeza. Una madrugada, después de contar con la certeza que todo el mundo estaba durmiendo, incluyendo la guardia policial, enlazaron el busto de Sarmiento ubicado en el centro de la plaza. Sin tirar mucho de la cuerda lo derribaron ante la mirada atenta del sereno municipal, quien oficiaba de agente de inteligencia de la Señorita Intendenta. Por suerte, la escasa luz impidió la identificación de los rebeldes. El odiador “Padre del aula” había sido ajusticiado y dieron testimonio del hecho los cientos de pedazos de cabeza del sanjuanino, diseminados en el centro de la plaza.

Los descendientes de indios y gauchos finalmente hicieron justicia: derrocaron simbólicamente a la persona que denostó y despreció a los suyos, que fue la misma persona que en 1884 se desempeñaba como Director General del Consejo Nacional de Educación y, a instancia suya, el gobierno de Julio Argentino Roca, sancionó la Ley 1420, que establecía la enseñanza primaria gratuita, obligatoria y laica para todos los habitantes del país. Quizás sin esa ley, esos jóvenes jamás hubiesen leído “Facundo”. Son las contradicciones de nuestra historia que cavaron “la grieta” actual. Tal vez, la grieta se supere tendiendo puentes y no tratando de taparla. Ya quedó fehacientemente demostrado que “las ideas no se matan”, pero sí se pueden compatibilizar en un concepto superador: “la descolonización”, el antídoto para superar la conciencia colonizada.

29/07/2016

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