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¿Qué libertad vivan los seguidores de Milei?
¿Es la libertad de portar armas, como si viviéramos en el lejano oeste o rigiera la ley del más fuerte? ¿Saben que la libertad de tenencia y portación de armas de fuego facilita y propicia las reiteradas matanzas que suelen producirse en los Estados Unidos de nuestros días, heredero de aquel país de cowboys que parecen añorar?
Afiche de la elección provincial realizada el 14 de mayo en Tucumán. El candidato de Milei fue Ricardo Bussi, hijo del criminal de la dictadura Antonio Bussi.
Y si no es esa libertad, ¿a cuál otra adoran? ¿Quizás sea aquella que permite al gobierno eliminar la moneda nacional y atarnos al carro del dólar, ese del que en Ecuador ni siquiera Rafael Correa logró liberarse?
Cuando su líder vocifera "viva la libertad, carajo", ¿cuál libertad celebran? ¿Tal vez la libertad de elegir a su verdugo, o al desquiciado que destruirá el Banco Central?
¿Al enajenado que promete acabar con la justicia social? ¿Saben, en todo caso, si sus familias no se beneficiaron de ese sistema que favoreció la movilidad social ascendente?
¿Qué libertad los enceguece tanto como para aplaudir propuestas exacerbadas de endiosamiento del mercado? ¿Son conscientes que el mercadeo de la salud tiene una muestra gratis en el funcionamiento actual de las prepagas, que esquilman a sus usuarios?
¿La libertad que los enfervoriza es la de aplaudir el genocidio de la dictadura cívico-militar-eclesial? ¿Se sienten más libres rindiendo pleitesía a criminales que secuestraron, torturaron y mataron con una crueldad sin parangón alguno? ¿Es liberador querer retroceder en materia de conquistas laborales? ¿Serán más libres sin protección ante despidos injustificados, sin aguinaldo, sin vacaciones pagas?
Cuando se desgañitan con sus gritos libertarios, ¿es porque quieren que se habiliten mercados de compra-venta de niños, disfrazados bajo la excusa de que la adopción es un trámite agotador?
¿Tienen noción que la venta de órganos encuentra en los chicos las principales víctimas propiciatorias?
¿Tal vez experimentan orgasmos inenarrables cuando, en ese uso arbitrario de la libertad, alguno de sus correligionarios agrede arteramente a una mujer?
¿Qué libertad aplauden los seguidores de La Libertad Avanza? ¿Será la de arremeter ciegamente contra un Estado al que se culpa de todos los males? ¿Saben que la libertad que pregonan desaforadamente, histéricamente a veces, es la que allana el camino hacia la esclavitud?
¿Se han preguntado con seriedad cómo se puede ser más libre en una sociedad sin otra regulación que la de la voluntad caprichosa, egoísta, mezquina e injusta del mercado?
¿Creen aunque sea por un instante que seremos libres con personas que agonicen a las puertas de clínicas que no podrán pagar y, por ende, jamás los atenderán?
¿Piensan que será libre una sociedad en la que los niños sobrevivan malnutridos y sin acceso a la escuela?
¿Opinarán que es liberador un régimen hipócrita que se la pasó cuestionando a la "casta", solo para acabar a los abrazos con uno de los dirigentes sindicales que representa las mayores traiciones e infamias al movimiento obrero?
¿Qué libertad reivindican si sus propuestas conducen a un gobierno de plutócratas autoritari@s y nostálgic@s de la barbarie que entre 1976 y 1983 produjo un genocidio y destruyó gran parte de la industria nacional?
La candidata a vicepresidenta Victoria Villarruel, visitaba en la prisión al condenado ex dictador Jorge Videla.
¿Cómo creer en el vocinglerío libertario si sus proclamas llegan entremezcladas con loas al régimen repugnante que durante los años '90 puso toda su enjundia en enajenar nuestro patrimonio?
¿De qué manera creerles a los admiradores del parásito que contrajo la estremecedora deuda externa que nos agobia actualmente?
Sus arengas de libertad no son más que fuegos fatuos sin otra voluntad que la de incubar una nueva tragedia argentina.
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