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10/09/2023

La casta y la estafa

La casta y la estafa | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

La emoción social que logra representar Milei, de ninguna manera lo pone cerca de ser el promedio del pueblo argentino. Tampoco su ideario representa lo que habitualmente denominamos “bien común”, más bien, todo lo contrario.

Rodolfo Canini

Javier Milei dejó en evidencia un malestar social manifestado en su lucha contra la “casta”. ¿Qué es la casta? Es la política de palacio, totalmente elitista, excluyente, dominada por la lógica del Poder. Alberto Fernández responde a las características del político tradicional para estas épocas, del político “profesional”, lejos de la comunicación con el Pueblo, más lejos aún de interpretarlo y muy cerca de la enajenación que engendra la política de palacio. Por otro lado, el Kirchnerismo, que fue construido desde arriba hacia abajo, desde el “Poder” hacia las bases, no logró romper con el molde verticalista, y cuando decidieron tomar el bastón de mariscal, ya era tarde: las segundas líneas quedaron atónitas e inmovilizadas ante el intento de magnicidio de su conductora.

Milei claramente se refiere a la “clase política” como “casta”. Pero existen otras “castas” como son la económica y la judicial, que el ganador de las PASO omite intencionalmente referir en su virulento diagnóstico de “la realidad”. El tema es determinar en cual de todas estas castas aloja el Poder real. Alguna vez Cristina Fernández dijo que sólo el 30% del Poder real está en la Casa Rosada, el resto es detentado por el Poder Económico, que claramente no se subordina al Poder político sino todo lo contrario.

La lógica en esos ámbitos no es la misma lógica que la del "sentido común". La lógica del poder no se funda ni en la justicia ni en la equidad ni en la honestidad ni en el esfuerzo militante, quizás porque como decía Maquiavelo “la verdad efectiva es más importante que cualquier ideal abstracto”. Tampoco se sustenta en las convicciones y principios políticos, quizás, porque como decía un operador importante de la política de nuestro país: “peor que la traición es el llano”, haciendo referencia, que antes de perder un lugar de poder es preferible traicionar principios, conducciones, y personas. Seguramente los grandes y profundos cambios los hacen los Pueblos, pero duran un corto tiempo histórico. Dialécticamente esos cambios van construyendo una nueva estructura social, y lo que fue proceso dinámico se va transformando en una jerarquización burocrática, es decir: castas. Esos cambios logrados van mutando, alejándose de los objetivos planteados, y finalmente fosilizándose. Para ello, la Lógica del Poder mientras tanto administrará esos cambios, los manipulará y legitimará acciones y situaciones injustas. Cuando el Poder se encuentra en pocas manos, llámese estructura jerárquica o casta, la dinámica se burocratiza y su lógica se inmoraliza, pragmatizándose al extremo. Esta situación funciona en forma proporcional. Cuando este estado de cosas se intensifica, las masas se expresan, se organizan y se empoderan. Es así, que el Poder en manos de las masas disuade la Lógica del Poder y la acerca a la lógica cotidiana. No es cuanto menos concentrado está el poder, con más simulo se presenta, sino, en el Poder distribuido, su lógica estará basada en principios y convicciones, que tiendan al bien colectivo y sus representantes se parecerán mucho más al denominador común al cual representa. La realidad pareciera indicar que se está lejos del Poder distribuido. Cada vez el Poder se concentra en menos manos, sin interpretación de las mayorías, y por ello sin representación de sus intereses.

Claramente la expresión violenta y estudiada ofuscación de Milei, empatiza con el estado anímico de una gran parte del Pueblo. Todo está bajo sospecha. Nada resulta creíble. No existen valores absolutos y la realidad se relativiza. El sistema democrático está sentado en el banquillo de los acusados. Esta emoción social, que logra representar el histriónico personaje de Milei, de ninguna manera lo pone cerca de ser el promedio del Pueblo Argentino. Tampoco su ideario representa lo que habitualmente denominamos “bien común”, más bien, todo lo contrario. La casta económica, judicial y también política (esta última, de otras épocas, emparentada con la menemista y procesista) lo rodean, convirtiéndolo en el líder de lo que dice querer combatir: la casta del poder real.

A la política de palacio ya no le sirven las encuestas para definir estrategias electorales. Vivimos épocas de confusiones, y a épocas de confusiones, ganancia de estafadores. Milei es uno de ellos.

29/07/2016

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