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03/09/2023

El peor escenario no es Milei

El peor escenario no es Milei | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

Lo peor que podría pasar en la Argentina no es que gane un clavel del aire sin aptitudes ni estructura para gobernar, sino que la derecha del país decantara y pudiera contar con un liderazgo de buena calidad.

Juan Chaneton *

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El espanto debería ceder paso a la serenidad, que es el estado de ánimo imprescindible para que la reflexión gane su espacio. Lo peor que podría pasar en la Argentina no es que gane Milei, sino que la derecha de este país decantara y pudiera contar con un liderazgo de buena calidad, como si dijéramos, por ejemplo, un Fernando Henrique o un Julio María Sanguinetti. No es el caso, pues sólo cuenta, en cambio, con un clavel del aire sin aptitudes ni estructura para gobernar, ni potencial para avanzar en la concreción de objetivos políticos que han sido desvelo "estratégico" de la derecha en los últimos años, verbigracia, la eliminación de CFK vía lawfare. Lo realmente grave sería que ganara Bullrich, pues de ese modo se legitimaría una derecha organizada y con vocación y capacidades para ajustar la economía en contra de los trabajadores y experiencia y decisión para la persecución de opositores. Para gobernar, el "know how" lo tienen ellos, no Ramiro Marra.

Así las cosas, Milei no podría gobernar y en dos años su aventura habría hecho agua, con lo cual explotarían también, por un buen tiempo, las opciones de derecha, que se hundirían en en un desprestigio, diferente al que ahora amenaza al progresismo, pero desprestigio al fin. Un eventual gobierno de Bullrich, en cambio, duraría, como mínimo, los cuatro años necesarios para consumar su avanzada antiobrera y antipopular que sería mucho más difícil de resistir que si el timonel de la restauración neoliberal fuera Milei.

Por lo demás, una provincia de Buenos Aires, replegada en la resistencia bajo la conducción formal de Kicillof, dejaría a CFK en buena posición para liderar desde allí la alternativa popular y emerger, al cabo, como referencia política renovada y abierta al ensayo de nuevas experiencias de gobierno, y tal vez de poder. Y, asimismo, para liderar la fuerza social soberanistaque resultará imprescindible para defender el litio. Pues vienen por el litio.

Que gane Milei, entonces, sería mejor que si la gananciosa fuera Bullrich. Aquél tiene destino de catástrofe; aquélla, de exitosa gestora para la consolidación de un proyecto de entrega y exclusión. A la que, por añadidura, la irrupción violenta de Milei le hizo bien, pues la corrió del lugar de la desmesura, que es un extremo. Ahora el extremista temerario es él, no la Bullrich. Y eso incidirá el 22 de octubre.

Nada de esto, sin embargo, difumina las limitaciones de los enemigos de la derecha, que son las que les han permitido recomponerse y volver a todos los pejerreyes del ajuste que sobrenadan en las aguas servidas de su insanable miedo a la multitudes. Y esas limitaciones comenzaron a nacer junto con un mal entendido apego al ethos"democrático" que, entre otros inconvenientes, ha consumado, en todo el mundo, el hecho fatal de que -como dice Pablo Stefanoni- "la rebeldía se volvió de derecha". Y se puede precisar un poco este concepto: en la Argentina, el progresismo no es de derecha ni es rebeldía; sucumbió por intensidad de evanescencia. Defecto de identidad por exceso de irrelevancia. Es la ventana que baja cuando se busca "progresismo" y se cliquea en "documentos".

Ocurre que la corrección política ha hecho estragos.

A la corrección política de los amigos con incidencia en la gestión de los asuntos públicos, me refiero. Y a la de sus apoyaturas culturales, las mediáticas en lugar cimero.

También a la de otros bravos que en el mundo han sido, pero que ya dan signos de fatiga. No me refiero a las intrascendencias que circulan por las redes, por muy legítimas que éstas puedan ser. Pues en política, no todas las opiniones valen lo mismo. Valen más las que obligan a poner el cuerpo y la honra a la consideración del soberano, para que éste se sirva a su gusto y paladar de ese cuerpo y de esa honra. No es nuestro caso, por cierto, pues nosotros nos hallamos siempre a buen seguro y al reparo de un teclado y una pantalla que, no obstante, suelen depararnos sorpresas inverosímiles. Se conoce gente haciendo esto, como hizo saber aquella señorita descocada que explicaba de ese modo su inclinación a la salacidad y la lascivia.

Igualmente, claro, siempre podría haber un sicario Millman para un descaminado que no se someta a la mediocridad de espíritu que ellos son y expresan. Pues la "gestapo" organizada por el intendente platense de Juntos por el Cambio y su ministro Marcelo Villegas, no es delito, según acaba de dictaminar la "justicia". Esto es: no es delito organizar una fuerza policial estatal para perseguir sindicalistas, ha dicho la "justicia". De modo que todo puede ser en la viña cuyos capataces mayores son los señores Rosatti-Rosenkrantz. Incluso matar o mandar a matar gente, puede ser.

Por otra parte, ya viene siendo demasiado. Todo se ha dicho ya de Javier Milei, como si no hubiera otro tema, en la mesa de los argentinos, que esta lúgubre epifanía que irrumpió como parida por el cansino aliento de un Sileno perverso que se complaciera en revelar verdades que el ser humano no puede soportar. Sin embargo, lo que ninguna mitología podrá nunca ignorar, es que este energúmeno argentino no fue rayo en cielo sereno sino desgracia anunciada cuya teletransportación al presente podría haber sido sospechada y tal vez evitada. Pues cuando las presuntas alternativas al neoliberalismo, aquí y en todo el mundo, comienzan a toser o se exhiben con el ridículo fundacional del que provienen, algo grave está por suceder. 

Estaba ocurriendo, en la Argentina de los últimos dos años por lo menos, lo que está ocurriendo en Chile en este preciso instante: los impolutos verdes, vecinales, apartidarios, ecologistas y antidogmáticos, jefeados por un burgués pequeño con el disfraz ya raído a cargo de la presidencia, están trayendo de vuelta a la derecha fascistoide a la cima del sistema institucional chileno. Pues estos verdolagas de utilería, son tan endebles ideológicamente que, en realidad, son unos corruptos en potencia que nada tienen que envidiarle a los corruptos en acto, a los cuales ellos emulan con éxito y creces. El presidente chileno devino aspirante a empleado del mes del Departamento de Estado cuando dijo que Venezuela, Cuba y Nicaragua no deberían participar en foros globales porque se trata de "dictaduras" Blinken no le pedía tanto, pero estos ratones son así, por el halago del jefe dan todo, hasta su módico honor; Camila Vallejos, en tanto, que supo tirar piedras en la calle contra la represión del “Estado burgués”, sigue allí, en representación del Partido Comunista que supieron honrar Luis Corvalán y Volodia Teitelboim, nada menos, pero nadie le dice a esta señorita que "Apruebo Dignidad" no es lo mismo que aquella Unidad Popular de Salvador Allende y "Mayoneso" Altamirano, de modo que ella persiste, como distraída, replegada en su confort a razón de las prebendas mensuales que le irroga su calidad de "senadora". El Partido Comunista, en Chile, ¿va a seguir revolcándose con Boric, en el mismo barro  ¿No es hora ya, de abandonar una malentendida corrección política y dar un portazo? ¿Qué alianza seria se puede hacer con un peón que calumnia recurrentemente al gobierno de Cuba en línea con el Departamento de Estado?

Acaba de renunciarle al presidente trasandino, su embajadora en Inglaterra, Susana Herrera, que fue sorprendida robando dinero del erario público. En Chile, ahora, el "progresismo" comienza a estar de salida. Y vendrá la muerte y no tendrá los ojos de Cesare Pavese, sino los del fascismo neoliberal, trabajar cansa, y Pavese deberá suicidarse, entonces, otra vez, ...De puro asco. De nuevo... En Argentina, a su vez, algo o alguien preparó el advenimiento del 666 que ahora amenaza con revivir lo peor de un pasado no tan lejano. Ese triple 6 es la marca de la Bestia, en el libro del Apocalipsis.

En derecho civil, una deuda originada en un delito, no es exigible. En el marco de una negociación que parece económico-financiera pero que. en realidad, es política, la señorita Gita Gopinath y la señora Kristalina Georgieva, mandamases transitorias del FMI, no tuvieron que pasar el mal trago de escuchar a ningún deudor argentino que le planteara esta analogía entre derecho civil y derecho financiero, y la corrección política de Alberto Fernández (que, en realidad, es algo peor) hizo el resto. Y estamos acá. Con el enemigo a las puertas, como Stalingrado con los nazis.

Está ocurriendo en todo el mundo occidental -que para los occidentales es el único que merece vivir- un fenómeno que debería preocupar a las buenas conciencias: los puntos sobre las íes al odiado neoliberalismo sólo parecen ponérselos los filofascismos al uso, que brotan por doquier, y no unas izquierdas y unos progresismos siempre fallidos en algún punto clave de lo único que podría justificarlos como experiencia histórica: su cosmovisión, su ideología, sus valores, su ética, su moral. 

Además de su política.

Pues un futuro plausible no se edifica sólo con política. También, hacen falta valores. Este desbalance explica el fracaso de todos los progresismos, incluso el nuestro. O tal vez en primer lugar el nuestro. Pero si trabajar cansa, profesar valores cuesta. A veces, muy caro. Y el progresismo está más para el panel que para el esfuerzo.

Y entonces, irrumpe lo “inesperado”. Áspero, agresivo, atrabiliario y torpe, no se hizo la miel para su labio ni su labio se hizo para el beso. Habría que advertirle esto a la "novia" Fátima, pues tampoco se ha dicho de Javier Milei cuánto le salió convencerla. Al fin y al cabo, el mercado de las novias -como el de órganos- es un mercado como cualquier otro, podría decir el novio.

Y el romance del candidato con esa señora aparece en el escenario justo ahora que en las redes lo están matando con chismorrerías obscenas que lo involucran en una pasión oscura. Y el candidato se pone cachondo y le formatean el noviazgo en modo alta difusión mediática, como para asegurarle a su base de alcornoques esperanzados que semejante batracio nada oculta y tiene una privacidad, pulcra y pura y es un candidato votable.

Pero es invotable, porque Edipo y Anaís Nin por lo menos tenían el encanto de su espiritual riqueza interior, y este economista formado en la épica espiritual que le pudo suministrar Miguel Ángel Broda, lo único que tiene para ofrecer es la emoción ingobernable propia del histérico sin cura que reprime con dolor algún secreto inconfesable. La señorita Ida Bauer, que era el nombre de aquella "Dora" que trascendió en el ambiente "psi", se rajó del tratamiento apenas percibió que el doctor Freud, en realidad y ya que estaba, se quería encamar con ella, pero el poder de los burócatas que manejaban la disciplina psicoanalítica en Austria, pudo más, y el comicclínico se conoció como "el caso Dora, la historia de un fracaso", que era el fracaso del tratamiento de consultorio. Pero, como queda dicho, la señorita de marras, huyó apenas vio lo que se le venía encima, a diferencia de Milei, que se hizo humo de todo tratamiento antes de empezarlo. Y sólo un tratamiento podría evitar que un desequilibrado sólido sea el presidente de los argentinos, lo único que nos faltaría. Pero si hemos llegado hasta acá... es porque hay responsables de haber llegado hasta acá... También hay "borics", aquí. Milei es sólo el síntoma histérico de una sociedad neurótica.

Qué más de todo esto puede decirse, que no se haya dicho ya, de Javier Milei... 

Tal vez no se haya dicho quién o quiénes lo financian. Por lo menos, que yo sepa. Porque este autodeclamado enemigo de la "casta", que vendió bancas de diputado y senador al postor más munificiente, no salió de un repollo. Su "mensaje" y su estética tienen un inocultable tufo a "poder blando" estadounidense, ese poder que teorizó Joseph Nye y que se corporiza en engendros diseminados por toda América Latina al piadoso influjo de los esperpentos protestantes que desparraman su veneno político disfrazado de religión y que, a su vez, son financiados por unos acreedores buitres que algún día le apretaron el cogote a la Argentina y que aún no se han rendido. Eso es Milei: una excrecencia sietemesina concebida en el tálamo concubinal Griesa-Singer, que viene por todo según la hoja de ruta diseñada para el orden global por esa plutocracia sin espíritu que suele expresarse al socaire de sellos como la Corporación Rand. Vienen a invadir la Argentina como en una guerra y como en una guerra habrá que defendere en caso de que las cosas les salgan bien en octubre, lo cual, afortunadamente, no es lo más probable, aunque me equivoque en este pronóstico que se parece mucho a una esperanza.

Pero ocurre que votar a Milei es una forma de decirle a la clase política que inspira asco. Lo dijo el propio Massa: “Si no entendemos que este es un cachetazo para la política, no entendimos los resultados del domingo”. Massa está mirando la película de fondo en este festival. Por su parte, un transgresor gritón que promete dólares para todos tiene clientela cautiva en los conglomerados indigentes de 1-11-14, Zavaleta I y II, Azul e Itatí, y en las banlieues de La Plata, Mendoza, Rosario y Tucumán, que hoy constituyen juvenil carne de operación para gente de Bullrich en colusión delictiva con "comerciantes" honestos y probos que bajan persianas en modo escándalo no sin antes llamar al canal Crónica para que registre los acontecimientos y le cuente al auditorio lo mal e inseguro que se vive hoy en la provincia que quieren "recuperar" de Kicillof y también en la Argentina con el "gobierno de Alberto y Massa", pues nada mejor que Alberto Fernández yéndose por la puerta de servicio para que, de ese modo, ganar en octubre sea, para la derecha, sólo un trámite.

Ahora bien. Que se sepa, en esas zonas "calientes" de conurbanos como el bonaerense tienen inserción de décadas, unos "movimientos sociales" jefeados, ora por Pérsico, ora por el ex "maoísta" Alderete, ora por el Polo "Obrero", ora por mengano y porongano. Entonces, si están allí desde el big bang pero ahí lo votan a Milei, cabe preguntarse, ¿qué hicieron en todos estos años, además de negociar el plan ¿Se quedaron en eso o hicieron política? Y si fue esto último lo que hicieron, ¿la hicieron sólo para rapiñarle capital a Fernando Espinosa? Dan ganas de adjetivarlos fuerte, porque ahora viene Milei y Milei podría no haber venido si ellos hubieran hecho política en vez de aspirar a una banca o a una intendencia a como diera lugar. Después viene aquél y los llama "casta".

Sin embargo, ciertos votantes de Milei no dejarán de votarlo aunque el tipo sea un clon del conde Drácula. Los atrae mucho, sobre todo a los jóvenes, eso de que lo privado es privado y que no se meta el Estado. Así, se deliran mal, pues alucinan que podrán hacer lo que se les cante y nadie vendrá a reclamarles nada. El de más allá, justo en la esquina de Piedras y Chile, gente joven y pobre del arrio de San Telmo, le explica a un amigo que ahora podrá molerla a palos a la bruja, y no habrá “ministerio de la mujer” que valga... Eso se escucha en las callejuelas del “Marais” porteño: Piedras y Chile, esquina citada dos veces no por Borges sino por el error de su editor, que en las páginas 458 y 534 del tomo tercero de las "Completas", consignó dos veces el mismo poema, que se llama, precisamente "Piedras y Chile", esquina donde yo también he pasado tantas veces, esos niños no tienen ni pasado, esa dócil arcilla que borra el tiempo o que maneja el arte y que ningún augur ha descifrado. Y sigue diciendo el sabio que sólo les queda la ceniza. Nada. Sólo aspiran a la muerte, su total olvido. No son poetas, como el sabio, y los medios han calado hondo en esas conciencias de brutos jóvenes a quienes deberá perdonar el Padre porque no saben lo que hacen y los responsables, claro, no son esos brutos, y ni siquiera lo es Milei, sino, un poco más, los “periodistas” exitosos y los medios con los que sirven a un orden social a cambio del oro de Alí Babá. Y la política… que permitió o fue indiferente o impotente para brindar, a esos casi niños, en las últimas décadas, algo parecido a un presente y a un futuro, que es eso, siempre, lo que evita la anomia y la descomposición. Tal vez en su pasado hubo una rosa; y en su futuro habrá una espada, todavía puede decirse, como lo ha dicho el sabio.

Pues así son las cosas. Y las redes. Por estos días, también cobra protagonismo allí, junto a la extraña yunta que hacen Milei y su hermana, una señorita de apellido Queo y de nombre Elsa. El pueblo -que a veces sabe de qué se trata- procura que eso de lo que se trata lo dañe lo menos posible y apela al humor, que es un escape balsámico y curativo. Pero ya el viernes en horas de la mañana había quedado claro que los "comerciantes honestos", víctimas de los saqueos, eran, en realidad y en algunas zonas, unos excelentes histriones de una saga miserable actuada en clave desestabilizadora, pues esos mismos honestos trabajadores cuentapropistas eran los que bajaban las persianas delante de móviles televisivos oportunamente convocados para que filmaran un simulado estado de caos y zozobra como para que la gente supiera lo evidente: que un gobierno popular siempre le depara sufrimiento y caos a la población de esta bendita tierra argentina. Unos votantes de Milei habían resultado estos comerciantes. Una clase media fascistoide, colmada de prejuicios racistas y carne de kristallnacht, adoradores del pogromo, de ahí vienen, esa es la "fenomenología de su espíritu" y su cosmovisión. Y hay que repetir que una mentira propagada por la tele tiene más eficacia de verdad que un mito explicado por Dumezil en una clase del Collège.

Impossible n'pas français, dicen los franceses cuando son muy chovinistas, que es siempre, y quieren significar con ello que, para su país, nada está más allá de lo asequible. Massa es más bien italiano, pero igual podría muy bien estar encaminándose a entonar los acordes triunfales de una Marsellesa de ocasión, cuando el 22 de octubre próximo se conozca el veredicto de las urnas.

En efecto, ha ido a Washington en busca de un marco de previsibilidad para el ciudadano de a pie. Lo dijo así “Yo no puedo ir a pedirle a alguien que me vote para los próximos cuatro años si no termino de darle un mínimo marco de orden y previsibilidad para los próximos cuatro meses”. Razón pura es eso, contra el efluvio sin control de un doliente mental. Pero al loco -o al que se hace el loco- o ungen líder del hospicio sólo los pacientes del hospicio. 

Y le ha ido bien en Washington a Massa, que tiene que lidiar con un 100% de inflación pero no es el responsable de ese 100 % de inflación, que empezó a incubarse cuando el "decisor" tomó la decisión de pagar una deuda originada en un delito. No obstante lo cual, el diario La Nación ejerce a libertad de prensa y TNhace lo propio promocionando los "saqueos" como lo único que existe en la coyuntura, cuando esas orgías delictivas están a cargo de desestabilizadores profesionales y de personajes tortuosos como Raúl Castells, de triste fama y figura desde los tiempos en que arregló con el gobierno de la Alianza delarruísta para ganar la calle y abandonarla a cambio de ...orden social. Le quitaron su tobillera electrónica impuesta entonces por el "ministro del Interior" aliancista Federico Storani, hoy devenido macrista. Ahora, Castells opera para un ménage-à-trois vencido y con mal olor: Bullrich-Yanco-Macri.

Son los ires y venires de la democracia. Al concepto "democracia" le es inherente el de consenso, por eso la democracia es imposible: nadie consensúa, en la guerra, con su enemigo, sino que trata de vencerlo. La guerra tradicional es la guerra entre Estados-nación, pero hay otra guerra, que se libra no ya entre Estados sino al interior de esos Estados nacionales, en modo a veces solapado, y es una guerra de clases o, si se prefiere, de clase contra clase; por eso es imposible el consenso y, con él, la democracia liberal. Y este contencioso bélico y clasista, exhibe a unos actores locales y trasnacionales enzarzados a fondo en una guerra de aniquilación. Esto explica por qué en la Argentina de hoy no puede haber políticas de Estado, es decir, políticas consensuadas entre oficialismo y oposición.

En otro orden, los BRICS son Estados que, frente a la opción Washington-UE-Japón, optan por un alineamiento global antihegemónico, esto es, antiestadounidense. Por eso no ha habido ni podrá haber una política consensuada, en la Argentina, respecto del ingreso del país al bloque multilateral. Y a partir del 1° de enero próximo (que es la fecha desde la cual rige la invitación a integrar ese organismo), la Argentina decidirá incorporarse o no. No ha de haber peor tragedia para un país que manejarse en el orden global cambiando de posición estratégica todas las semanas como quien cambia de corbata. Nadie respeta a un país así, pero sería inútil pedirle a las derechas de este país que acuerden con el gobierno una política estable en la materia, de tal modo que esta política no cambie cuando cambian los gobiernos. Las derechas están alineadas con un vértice de poder global y en su función trabajan, recibiendo como compensación el compromiso de ese actor global de actuar como fiador-protector de última instancia en los negocios y rentas que generan esos negocios y asegurándoles, de ese modo, su ubicación de privilegio en la pirámide social y una buena retaguardia en caso de que un conflicto social doméstico amenace la existencia de las subalternas éliteslocales.

Pero no hay que perder de vista que las oposiciones a esas derechas hacen lo mismo, y que eso es lo que corresponde: si un gobierno entrampara a la Argentina en un foro funcional a la geopolítica de Washington (la OEA, por ejemplo) la oposición a ese gobierno de derechas retiraría a la Argentina de ese foro cuando se le presentara la oportunidad de volver al gobierno, salvo que el que vuelve sea Alberto Fernández. Y eso estaría muy bien. Eso es la guerra que se libra en el orden global y que tiene su expresión en el orden doméstico, es decir al interior de nuestro Estado-nación. Es la guerra de clases, que no puede ni quiere saber nada de consensos y de democracias formales. Es una pena que así sea, pero el ser humano, al parecer es una especie zoológica más que, como cuenta con autoconciencia, puede engañarse a sí mismo diciéndose que es una criatura de otro orden.

A propósito de los BRICS, el suceso global no ha sido la incorporación de Argentina, sino la de los aliados centrales de Estados Unidos en Medio Oriente: Arabia Saudita, Egipto y Emiratos Árabes Unidos (EAU). Se va quedando tan solo el hegemón que ni el caballo de la calesita va a querer estar con él, me acordé de Juan Gelman, aquí.

Octubre se aproxima y, con él, Javier Milei, que viene confirmando la vigencia del teorema de Baglini, a esta altura más conocido que el de Fermat. Ya no bravatea como al principio, sino que sale a defender el acuerdo de Massa con el FMI. Y no sólo eso: el argumento que usa llama la atención. Dice que JxC "apuesta al caos" (sic) y denuncia con nombre y apellido a Melconián y Laspina que fueron -dice- quienes lo llamaron por teléfono para proponerle "reventar" (sic) el acuerdo del gobierno con el Fondo monetario. Estos improvisados libertarios todavía no saben muy bien a quién odiar primero.

En tanto, la señora de Yanco, ha descendido, aparentemente, a fotocopia de Milei, y ha devenido facsímil desteñido o remedo defectuoso de aquél, lo cual, en principio, la perjudicaría. Pero aquí es necesario advertir que para que la candidata de Juntos por el Cambio haya quedado fuera de carrera, es preciso que por lo menos la mitad de los votantes que cosechó Milei en las Paso mantengan su opción, lo cual no está en absoluto asegurado y si esa potencial mitad no tuviera presencia de ánimo como para mantenerse en su voto-advertencia de agosto y, a solas con su conciencia, llegara a la conclusión de que entregarle el país a aquél es una decisión ciertamente grave y de las que irrogan consecuencias irreparables, entonces, aquélla no estaría derrotada de antemano ni saldría “tercera cómoda” como hoy parecen sugerirlo algunas encuestas.

Sería el peor escenario. Aquélla es un espécimen fascistoide que, en un punto, evoca a Maravilla Martínez, que ha dicho de sí mismo que no tiene mucha formación pero tiene inquietudes. La doña también las tiene, pero nada sanas, como las de Maravilla: apenas murió acuchillado el ingeniero Mariano Barbieri, hecho ocurrido el miércoles 30 por la noche, ya estaba aquélla en la televisión, a las pocas horas, por la mañana, hozando en la carroña con el fin de capitalizar el dolor ajeno para sus programas trágicos. Su mano derecha, el tal Millman, denunciado como instigador partícipe en la tentativa de asesinato de CFK. En este caso, al contrario del de Cristina, se está investigando. ¿A Barbieri lo mató un loco suelto o un sicario  Dudas.

Si el soberano decide que lo mejor es votar algo parecido a Milei pero con la responsabilidad y la previsibilidad que éste no garantiza, en ese caso, la polarización sería Massa-Bullrich. No hay que descartarlo. Pues la opción Milei puede estar siendo percibida también como una tumoración espesa que consumaría el desastre si el lote de menemistas resucitados que componen el "equipo" de Milei se viera favorecido por el azar en un país con pronóstico reservado.

En todo caso, la gente honrada de este país deberá prepararse, si gana aquél, para derivaciones insospechadas. No sólo le costará terminar su mandato, sino algo más.

Pues el imperio americano, a estas horas, vela sus armas. Empiojará la cancha grande, que es Sudamérica. Fomentará guerras, con Chile, con Paraguay, con todos menos con Brasil con quien no puede contar por ahora. Habrá que estar atentos. Sobre todo, los diarios y los canales de televisión abonados al progreso social y fatigados full time por una ristra de ejemplares con una excelente opinión de sí mismos que todavía se autoperciben como militancia activa del proyecto "nacional y popular". 

El pronóstico no exitista pone en fila a Bullrich-Massa-Milei, en ese orden. El peor escenario, por cierto. Pues si que optar hubiera entre aquélla y aquél, es preferible, poniendo la luz alta, Milei. De modo que... ¡ojalá gane Massa ...!



(*) Abogado, periodista, escritor.
29/07/2016

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