Columnistas
20/08/2023

Las propuestas de Milei

Las propuestas de Milei | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

Las PASO, en las que no se elige ningún cargo, son ideales para protestar. Pero no así la elección de octubre, que pone en juego el futuro del país. Es de esperar que en esa oportunidad prime el análisis de las propuestas y la racionalidad política.

Humberto Zambon

[email protected]

Fue sorpresiva cantidad de votos obtenida por la candidatura de Javier Milei a la presidencia de la Nación en las primarias del domingo pasado, que, casi sin estructura política ni fiscales, a nivel global resultó la fórmula presidencial más votadas y que se impuso en 16 de los 24 distritos electorales, a la vez que muestra el acierto en el análisis de Cristina Kirchner cuando, ante el escepticismo de muchos, sostuvo que el electorado argentino se había dividido en tres tercios.

Lo que se suponía un fenómeno político marginal de las grandes urbes se mostró como una fuerza nacional. Sus “slogans” políticos fueron de los más extraños: “Los políticos no son la solución, son el problema” (supongo que él, participando de una elección, no se considera político, pero no aclara como denomina su accionar), “La casta tiene miedo”, “que se vayan todos”, etc.

Pretende resaltar su rebeldía embistiendo contra los derechos logradas por la ciudadanía luego de muchas e históricas luchas y que permanecían como verdades indiscutibles en la memoria social. Dijo, por ejemplo, que “esa atrocidad de que donde hay una necesidad nace un derecho” (supongo que se refiere al derecho al trabajo y a la vivienda digna, que establece nuestra Constitución), lo que complementa con “la máxima aberración es la justicia social”.

Como política a aplicar propone “un ajuste fiscal mucho más profundo que el pedido por el FMI”, lo que implica un recorte monstruoso del gasto público, privatizaciones y despidos, incluyendo educación y la salud, a lo que agregó el cierre del Conicet, además de la liberación total de la economía, con apertura comercial (sin regulación alguna y sin retenciones a la exportación) lo que, según la experiencia histórica, implica una transferencia enorme de recursos en favor de la oligarquía exportadora y la muerte de la industria nacional, con desocupación y marginación social creciente.

Su más conocidas propuesta es la de terminar con la inflación, dolarizando la economía.

En los últimos días, después de las PASO, ha tratado de moderar un poco sus propuestas, lo que sería una estrategia política para no espantar demasiado al votante medio. Incluso en la campaña no apareció la propuesta previa de crear un mercado libre de órganos humanos para el trasplante.

Milei se presenta como economista profesional. Por eso chocan más sus expresiones. Aunque hay que pensar que “…algunas teorías económicas son argumentos puramente ideológicos, cuya función es defender ciertos intereses materiales. Con frecuencia, sólo son una ‘teología’ de las clases privilegiadas propietarias” (Franklin Serrano en la revista “Circus” N° 6).

En resumen, las propuestas fundamentales para un eventual gobierno son: 1) un ajuste brutal del gasto público, 2) desregulación total de la economía y 3) dolarización. De la primera nos hemos ocupado la semana pasada, analizando las consecuencias del ajuste y deteniéndonos en el caso emblemático del “ajuste” en nuestro país: el de Alsogaray a partir de 1962 (con el poder militar sosteniéndolo), así que a esa nota nos remitimos; la segunda la hemos tratado en varias notas de las experiencias neoliberales (de la dictadura en los años ’70, de Menem en los ’90 y de Macri en 2015-19) y, por último, el tema de la dolarización en una nota publicada por este medio el 11 de junio pasado.

Usted se puede preguntar “¿Entonces, no tiene nada nuevo que decir?”. La verdad es que creo que no. Máxime después de los exhaustivos y algunos muy lúcidos análisis publicados por los distintos medios en estos días. Pero, por otra parte, no me sentiría bien quedándome callado porque, como decía Jean Paul Sartre, “Siempre somos responsables de lo que no tratamos de impedir”. Así que me he decidido a opinar, incluso a repetir mi opinión, pensando en que hay que tomar conciencia de lo que significa la disyuntiva política abierta.

Yendo a la dolarización, es preciso saber que no existe ningún país de ingresos medios, como Argentina, sino en pequeños estados como Timor oriental, Islas Vírgenes, Palaos, Islas Marshall y Micronesia, o tres economías chicas de América: Ecuador y El Salvador, que lo adoptaron como instrumento de estabilidad monetaria, y Panamá, que lo estableció como moneda de curso legal, en forma conjunta con el balboa (que es una moneda propia) desde su creación como estado independiente, pero bajo la sombra de Estados Unidos.

Panamá tiene el 80% de su población bajo la línea de la pobreza; algo similar ocurre en El Salvador, donde las familias tienen como principal ingreso las transferencias de los salvadoreños que lograron emigrar y, Ecuador, que en el año 2000 eliminó al sucre y adoptó al dólar como moneda, con un gran costo social, ha caído en la pobreza generalizada; tiene el salario mínimo de 140 dls. cuando la canasta básica es de 800, lo que generó la emigración de casi 2.000.000 de ecuatorianos. Dice el diario Clarín (8-6-23) que"la situación que vive Ecuador hoy es como la de Argentina a mediados de los 90, con una fuerte transferencia de riqueza de los sectores que menos tienen a los que más poseen, y en donde estos últimos están abocados a una carrera loca de consumismo”. Durante la última pandemia, Ecuador sufrió las consecuencias de la inexistencia de una política monetaria y tuvo que solicitar ayuda al FMI (2019, 2020 y 2021).

La dolarización implica la renuncia de un país a tener política monetaria, un importante instrumento para modificar la realidad social Por otra parte, la dolarización en la actualidad sería casi imposible de realizar en nuestro país, ya que se necesitaría una reserva pública en dólares suficiente para reemplazar el dinero en efectivo en circulación, constituir el encaje para los depósitos bancarios (ya que transformar los depósitos de pesos a dólares sería una simple cuestión contable) y una buena cantidad de reserva por una eventual desconfianza que lleve al retiro masivo de los dólares de las cuentas bancarias. Claro está que la cantidad de dólares necesarios hoy es difícil de calcular y que disminuirá, porque la dolarización vendrá acompañada de una gran devaluación inicial del peso, lo que implicaría la licuación de los salarios de trabajadores activos y pasivos y de los ahorros bancarios o en efectivo de trabajadores y clase media, que han creído en el futuro del país, (no de los ricos y poderosos, que ya tienen sus ahorros en dólares y en el exterior), con el gran costo social que todo ello significa.

Parece muy difícil que, dado la historia de luchas sociales y de resistencia del pueblo argentino, se puedan imponer las reformas que propone Milei en forma pacífica, sin una profunda resistencia popular. Algunas medidas, como la dolarización, por razones objetivas, son casi imposible de aplicar; otras requieren mayorías legislativas, lo que difícilmente alcance La Libertad Avanza sola, (aunque resulta preocupante que Jorge Macri haya dicho que ellos piensan lo mismo que Milei pero éste que lo supo expresar mejor, o que su primo Mauricio se haya manifestado cercano al ganador de las Paso, por lo que no hay que descartar de plano un acuerdo entre ambas fuerzas), pero, si finalmente si lograran aprobar sus propuestas, será difícil de aplicar por la resistencia social.

Los resultados del domingo no se pueden extrapolar automáticamente a las elecciones de octubre. No son más que una foto o una profunda encuesta de lo que pensaba el electorado en ese momento.

Por un lado, todo parece indicar que una gran cantidad de los votos obtenidos por Milei son de protesta de la juventud contra una situación global que pareciera dejarlos sin futuro. Si así fuera, las PASO, elección que no elige ningún cargo, es lo ideal para protestar. Pero no así la elección de octubre, que pone en juego el futuro del país. Es de esperar que en esa oportunidad prime el análisis de las propuestas y la racionalidad política.

Por otro lado, la diferencia de votos y el fuerte ausentismo del electorado muestra que ese resultado se puede modificar en la elección definitiva.

Pero, como diría Gramsci, para cambiarlo es necesario que el pesimismo de la razón de lugar al optimismo de la voluntad. Así sea.

29/07/2016

Sitios Sugeridos


Va con firma
| 2016 | Todos los derechos reservados

Director: Héctor Mauriño  |  

Neuquén, Argentina |Propiedad Intelectual: En trámite

[email protected]