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13/08/2023

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Más allá de que Miami simboliza el mal gusto del medio pelo argentino y de quienes son los dueños del "Inter Miami", Messi solo juega al "fulbo" y de ahí no sale ni cuando habla, ni es razonable esperar que lo haga.

Juan Chaneton *

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La llegada de Messi a Miami no es desagradable: me desagrada...! Esto lo dice Damián Tabarovsky en una nota que lo honra publicada en Perfil en fecha 29/7/2023 y que honra también a Jorge Fontevecchia, el dueño del medio cuyo remoto origenes aquella revista La Semana(fundada por su padre Alberto) que circulaba en un antaño que se fue para no volver, y que es el mandamás -este hijo Jorge- que decide qué se publica y qué no. Denota, así, Fontevecchia (h), con el salvoconducto a Tabarovsky, una sana evolución ideológica hacia no menos sanos cuadrantes axiológicos. Tal vez él quiera decir que no hay evolución alguna porque él siempre fue así y obró así. Si así fuera, ¡enhorabuena...!

En nombre de la estética "new rich" que es la nota distintiva de esa espantosa ciudad floridense, (abrir enlace) Tabarovsky parece, al principio, emprenderla contra Messi, y no por las buenas razones, si es que razones hubiera para emprenderla contra el buen Leo. Tabarovsky dice que la opción de Messi por Miami simboliza el mal gusto de un medio pelo argentino que corporiza un "espíritu de época" según el cual Miami es una meca apetecida por unos berretas rioplatenses cuya pobreza de espíritu se despliega en el tiempo y en el espacio bajo el signo de lo irremediable. Yo no quiero negar esto último pero sí quiero decir que tal seña de identidad de ese medio pelo argentino nunca requirió de Messi para irrumpir en la sociología ciudadana como patética epifanía que suscita vergüenza ajena. Lo de Messi optando por Miami amerita -y tal vez exige- otra lectura, más a contrapelo con ese espíritu de época que bien y con razón desprecia Tabarovsky pero, sobre todo, a contrapelo del jolgorio estupidizante que los periodistas deportivos que viven de ese jolgorio incentivan a tiempo completo en sus horribles programas televisivos y radiofónicos que tienen por único norte, echar bencina al fuego fatuo de un espectáculo podrido en el cual la imagen se ha superpuesto a la realidad y se ha impuesto sobre ella, que ahora yace, muy en el fondo, bien muerta y sin posibilidades de resurrección. Nada nuevo, however... Hubo periodistas deportivos que silenciaron los crímenes de Videla y se persignaron en el altar de la complicidad por cuyos entresijos ya manaba la sangre de unos justos aherrojados en la ESMA. Todo tiene su genealogía... Videla, Mas Canosa, Posada Carriles...

Y Tabarovsky tiene el encanto de los que se juegan, aunque los que se juegan, hoy, sólo encantan a pocos. No parlotea inanidades conceptuales sin densidad alguna, que es el patético sino de mucho periodismo actual.

Y el periodista de Perfil se refiere en su nota (sin decirlo o sin saberlo) tanto a Messi como a eso que Frederic Jameson definió como "lógica cultural del capitalismo tardío", a la que, más comúnmente, se conoce como posmodernidad, y que en Miami se expresa en un mal gusto integral que contamina no sólo el deporte sino también todos los rincones de la vida cotidiana, desde la avenida Collins hacia la playa, y desde la playa hasta el monte, allá sobre el horizonte, como supo cantar el ilustrísimo Nicolás Guillén.

Con su decisión de jugar en ese chiquero, Messi expresa -según Tabarovski- el lugar central que Miami ocupa en el imaginario de gentes argentinas que, fuera de Miami, miran a esa plástica oquedad turística con una envidia que va pareja con su chatura espiritual. Antes -dice el periodista- era París, ahora es Miami, simbolizada un poco aquí, esa ciudad, en Nordelta o Puerto Madero, sitios de los que se suelen oír referencias "off the record" en el sentido de que ambos espacios "residenciales" de Argentina son una perfecta grasadamuy del gusto de los nuevos ricos. Esto que suele escucharse lo he escuchado yo pero no es lo que dice Tabarovsky.

El caso es que de un muchacho como Messi y de su esposa "empresaria" no debería sorprender su gusto por Miami. No iban a querer estar cerca del Collège de France, que es un templo de otro tipo donde todavía se conserva el altar en el que Foucault sucedió a Jean Hippolite en una clase magistral que reunió a doce mil personas, algo propio de un encuentro roquero pero jamás de una clase de filosofía. Messi juega al "fulbo" y de ahí no sale ni cuando habla, ni es razonable esperar que lo haga. Pertenece a esa clase de personas que cifran en el cuerpo y no en el intelecto su zona de prestigio social. Y hay que saber que "el pueblo" nunca les ha pedido, a todos los "Messi" que en el mundo han sido, que piensen. Y si pensaran no los aceptaría, como no aceptaba del todo a Maradona quien, dicho sea de paso, jamás habría alquilado su talento a la familia Mas Canosa, cuyo jefe y fundador fue en vida un querido camarada de ruta de Posada Carriles, el célebre criminal.

Este Mas Canosa padre inicialmente compró ese esperpento que ahora se llama "Inter Miami". Papá Mas había fundado en Estados Unidos la así llamada "Fundación Cubano Americana", que fue pensada como una "oenegé" para financiar al terrorismo que pretendía derrocar a la revolución cubana. Así, en 1960, Mas Canosa nombró "jefe militar" de esa filantrópica organización, a otro terrorista cuya abyección como criminal torna aconsejable no adjetivarlo mucho pues el idioma muestra sus limitaciones a la hora de describir al personaje. Se trata de Luis Posada Carriles. La idea del viejo Mas Canosa era que el despreciable bandolero se hiciera cargo de la representación cubana en el exilio de la FCA.

El 6 de octubre de 1976 Posada exhibió las razones por las cuales Mas Canosa pensó en él como "jefe militar" de la banda delictiva con asiento en Miami. En ese año fue detenido y encarcelado en Venezuela como sospechoso del atentado contra un avión cubano en el que murieron 73 pasajeros, entre ellos el equipo juvenil cubano completo de esgrima que regresaba a Cuba luego de su exitosa actuación en el torneo internacional en el que había participado. Ese terrorismo espantoso, que cobró la vida de chicos y chicas de 18 y 19 años que venían de hacer deporte, no inmutó a la Casa Blanca porque Posada era "su" terrorista; y ese terrorismo fue el dato curricular que Mas Canosa, el empresario del fútbol miamense, tuvo en cuenta para designar a Posada "jefe militar" de la "Fundación Cubano Americana".

Posada siempre negó la imputación, pero documentos desclasificados de la CIA indicaron luego que estaba al tanto de los planes terroristas. En un memo dirigido a Kissinger se decía: “Parece ser (Posada Carriles) la persona que planeó el sabotaje”. Según Peter Kornbluh, funcionario del Archivo de Seguridad Nacional de la Universidad George Washington y director del área dedicada a Cuba , “hay evidencias de que fue el autor intelectual del atentado”. El mismo Kornbluh denuncia que “EE.UU. indirectamente lo protegió hasta el final”, y la verdad histórica parece ser que el amigo y "jefe militar" elegido por Mas Canosa padre, planificó el atentado, y las bombas las pusieron los mercenarios de la CIA Freddy Lugo y Hernán Ricardo Lozano, ambos de nacionalidad venezolana.

Tabarovsky, en su nota para Perfil, no menciona nada de esto. Y si algo "me desagrada" (Tabarovsky dixit) de todo este asunto, no es que Messi evoca un "espíritu de época " signado por el mal gusto, sino EL SILENCIO sobre los recién referidos tópicos que hacen a la condición humana, si es que tal cosa existiera. El periodista de Perfil remarca, más bien, que Messi y su opción por Miami y una Liga donde jubilados juegan partidos entre solteros y casados y que ni descenso tiene, es su derecho, al par que está expresando una ideología medio pelo y nuevo rico muy propia del argentino actual que ha cambiado a Europa y París como objeto de deseo para sustituirlos por la vulgaridad estética de Miami. Y también aclara: "Se dirá: es una decisión de vida privada (su familia, etc.), sobre la que no se puede opinar. Es que no estoy opinando sobre un asunto privado, jamás lo haría, sino que estoy intentando pensar más allá, y ver qué se expresa en términos socioculturales, en términos ideológico-estéticos o, dicho de otro modo, de qué manera Messi en Miami expresa algo de nuestro clima de época". Impecable.

Sin embargo, que los árboles no nos tapen el bosque. Todo está muy bien. Messi tiene derecho a ser feliz. Y en Francia y en París, con 50 millones de dólares al año, no era feliz, pues el PSG, más que un ámbito deportivo, es una asociación ilícita de propiedad de un jeque empetrolado que genera climas competitivos donde la presión se hace insoportable. En tanto, nosotros, aquí, en el mejor país del mundo, seguiremos siendo derechos y humanos y ganaremos el próximo mundial, qué duda cabe. Y pobres de los que tengan dudas. Primero iremos contra los incrédulos... luego, contra los indiferentes, y después contra los disconformes... emulando nosotros, de este modo, a quien supo dejar señera huella, para su posteridad azul y blanca: el ínclito varón argentino llamado Ibérico San Juan, otro terrorista, pero estatal, a diferencia de Mas Canosa y Posada Carriles, que eran terroristas de la sociedad civil. Messi, ahora, no trabaja para ellos; él sólo juega al fulbo.



(*) Abogado, periodista, escritor.
29/07/2016

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