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Columnistas
09/10/2022

La policía de Kirchner y la de Macri

La policía de Kirchner y la de Macri | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

El fundador del kirchnerismo creó en 2005 la Policía de Seguridad Aeroportuaria, que además de sus tareas en las estaciones aéreas, hoy investiga el atentado contra Cristina. La policía porteña, creada por el jefe del macrismo, realiza persecución política clandestina y uno de sus agentes está desaparecido.

Miguel Croceri

Néstor Kirchner, cuando era presidente de la Nación, creó en 2005 la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA). Por otro lado Mauricio Macri, en 2010 y siendo jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires, creó una repartición armada que primero se llamó Policía Metropolitana y, desde 2016, Policía de la Ciudad.

Hoy están olvidados los orígenes de ambas instituciones -la que nació con la impronta de Kirchner y la otra, signada por los rasgos político-ideológicos de Macri-, y sin embargo las características bien diferenciadas entre una y otra tienen plena vigencia.

El fundador del kirchnerismo tomó la decisión de dar forma a una nueva fuerza encargada de la seguridad en los aeropuertos luego de un resonante contrabando de droga detectado en septiembre de 2004 en el aeropuerto de Barajas, en Madrid, España. Hasta allí habían llegado, en un vuelo de la empresa Southern Winds, cuatro maletas procedentes de Buenos Aires con la etiqueta “Embajada Argentina en España, Madrid”, que cargaban unos 60 kilos de cocaína. El “equipaje” no fue retirado por ningún pasajero y quedó incautado por autoridades españolas. (Puede recuperarse la información en una crónica del diario El País, de España. Nota del 04/02/2005). 

El envío del cargamento desde Buenos Aires -en sentido estricto, desde el aeropuerto de Ezeiza- era responsabilidad de la Policía Nacional Aeroportuaria (PAN), heredada de las dictaduras militares y que dependía del jefe de la Fuerza Aérea, y esta a su vez dependía del ministerio de Defensa de la Nación.

El escándalo produjo varias consecuencias simultáneas. Por un lado, durante la investigación se comprobó que el jefe de la Fuerza Aérea, brigadier general Carlos Rhode, le había ocultado el hallazgo al entonces ministro de Defensa, José Pampuro. A su vez, quedó en evidencia la responsabilidad de la empresa Southern Winds, que entró en una crisis y años después le fue retirada la concesión para explotar servicios de transporte aéreo.

El presidente Kirchner tomó decisiones drásticas, que pueden resumirse básicamente en dos: por un lado descabezó a la cúpula de la Fuerza Aérea, empezando por el mencionado Rodhe (reporte de Página 12, nota del 19/02/2005), y por otro disolvió a la vieja y militarizada Policía Aeronáutica Nacional, para reemplazarla por una fuerza de seguridad civil.

La nueva institución fue denominada Policía de Seguridad Aeroportuaria y pasó a depender del ministerio del Interior. (Información del diario La Nación, nota del 22/02/2005). En ese tiempo no existía el ministerio de Seguridad -que recién sería creado en los últimos días de 2010- y el área respectiva estaba dentro de Interior.

Pero lo más importante de la PSA no fue el cambio de nombre y de jurisdicción dentro del dispositivo estatal y gubernamental, sino las bases democráticas y de idoneidad técnica que le dio desde su inicio el funcionario designado por Kirchner para encargarse de su puesta en marcha: el sociólogo y militante político Marcelo Saín, experto en temas de seguridad, con una valiente trayectoria dedicada a combatir la criminalidad y la corrupción particularmente en estructuras del Estado donde se manejan armas, mucho presupuesto, tecnología sofisticada e información secreta. Policías y aparatos de espionaje, sobre todo.

Delitos e intereses extranjeros

Mauricio Macri asumió como jefe de gobierno de la ciudad autónoma de Buenos Aires en diciembre de 2007. En 2008 hizo sancionar una ley en Legislatura capitalina, por la cual fue creada la que entonces se llamó “Policía Metropolitana” (PM). La repartición armada se puso en marcha paulatinamente en los meses y años siguientes, y entró en plena actividad en febrero de 2010.

Pero desde sus inicios la PM tuvo los rasgos antidemocráticos, de corrupción y de servilismo a intereses ajenos al país que le impuso su mentor, es decir Macri: personal jerárquico con pasado sospechoso en la dictadura, conducciones involucradas en encubrimiento de delitos y en espionaje ilegal, y vínculos político-ideológicos con poderes ocultos estadounidenses e israelíes.

El primer jefe de la Policía Metropolitana fue Jorge “El Fino” Palacios, acusado de encubrir el atentado a la AMIA, y también el secuestro y asesinato del joven Axel Blumberg (crimen que había provocado una inmensa conmoción política y social en 2004). Por el rechazo político y judicial que generó su nombramiento, duraría poco tiempo en el cargo. (Cuando falleció, a los 73 años en marzo de 2020, el portal Perfil publicó una reseña de sus antecedentes. Nota del 20/03/2020). 

Macri, que desde el gobierno porteño ya exhibía impunemente su ideología derechista al servicio de intereses extranjeros, en 2010 dijo en una charla pública que para designar al primer jefe de la PM había consultado a las embajadas de Estados Unidos y de Israel, y que desde allí le habían “recomendado” a Palacios. (Información de Agencia AJN, nota del 28/06/2010). Luego las dos embajadas desmintieron al máximo jerarca del macrismo, porque semejante intromisión en asuntos internos de otro país no está permitida en las relaciones internacionales sino que debe ser ocultada a la opinión pública. Pero a confesión de parte, relevo de prueba.

El siguiente responsable de la repartición armada porteña, Osvaldo Chamorro, también debió irse rápidamente, acusado por espionaje telefónico contra adversarios del macrismo. Además, según un estudio del año 2011 realizado por el CELS (Centro de Estudios Legales y Sociales), “el 83% de los cargos jerárquicos” de la institución creada por Macri fue ocupado “por ex policías federales”, y “de ese grupo, alrededor del 80% comenzó sus tareas en la Federal en la década de 1970”. (Informe citado por el sitio Chequeado.com, publicación del 08/03/2013). 

En diciembre de 2015 Macri asumió como presidente de la Nación, y su secuaz político Horacio Rodríguez Larreta lo sucedió en el gobierno de la capital federal. Cuando llevaban poco más de un año en sus respectivas funciones, ambos acordaron que la institución armada capitalina tendría más presupuesto -que fue quitado a las provincias argentinas-, y asimismo más personal y más atribuciones. También cambiaría de nombre: desde entonces pasó a llamarse “Policía de la Ciudad”, y entró en funciones en enero de 2017. (Crónica de la agencia de noticias Télam, reporte del 02/01/17). 

Uno de los hechos más graves ocurridos dentro de esa fuerza es la desaparición de uno de sus integrantes: Arshak Karhanyan. Fue visto por última vez el 24 de enero de 2019 en el barrio de Caballito. Perteneciente a una familia de migrantes armenios, tenía en ese momento 27 años y estudiaba Ingeniería en Sistemas Informáticos. Se desempeñaba en una comisaría luego de haber trabajado durante cuatro años en una área que realizaba investigaciones. (Cuando se cumplieron tres años de su desaparición, el sitio de información alternativa La Vaca recordó los detalles del caso, que incluyen la sospecha de complicidad policial y judicial en la impunidad reinante acerca del hecho. Nota del 23/02/22). 

La gestión de Rodríguez Larreta y las cadenas mediáticas porteñas de derecha que tienen llegada a todo el país, siempre ocultaron el crimen contra Arshak. El Ejecutivo de la capital federal sostiene que no lo desapareció la Policía. Sin embargo, en procedimientos judiciales se comprobó que el gobierno capitalino tenía en sus archivos los datos biométricos de la víctima, a través del Sistema de Reconocimiento Facial que aparentemente utiliza con fines de espionaje sobre el conjunto de la población. (Información de la agencia Télam, nota del 13/04/22). 

Concepciones de los creadores

Las fuerzas policiales conformadas, en distintos momentos y diferentes jurisdicciones, por decisiones de Néstor Kirchner y de Mauricio Macri respectivamente, mantienen con el paso de los años algunas características que remiten a las ideas políticas y concepciones sobre la seguridad de quienes fueron responsables de su creación.

Por ejemplo, y por fuera de su función específica en los aeropuertos del país, la Policía de Seguridad Aeroportuaria suele ser convocada por autoridades judiciales para otro tipo de investigaciones complejas. Ello se debe probablemente a su confiabilidad técnica y, aunque nunca se lo dice de forma pública, quizás también a que está más resguardada de corrupción y/o de complicidad con organizaciones criminales y otras bandas delictivas.

En la actualidad la PSA desempeña labores trascendentes para el esclarecimiento del fallido atentado contra Cristina Kirchner. Entre sus tareas está la de realizar allanamientos. También la de efectuar peritajes y análisis de contenido probatorio en los teléfonos celulares y demás dispositivos informáticos de los/las detenidos/as u otros/as involucrados/as en el caso.

Gracias al personal y la tecnología de esa fuerza, recientemente pudo recuperarse parte de la información que había en el celular de Fernando Sabag Montial, el sujeto que disparó contra la líder del kirchnerismo. (Crónica del diario Ámbito, nota del 06/10/22). Como se sabe, en los primeros días posteriores al atentado esa información del teléfono se había perdido de manera asombrosa y sospechosa, cuando el peritaje estaba a cargo de la Policía Federal.

En cuanto a la Policía de la Ciudad, en los últimos años estuvo involucrada en diversas maniobras de persecución contra opositores al macrismo y a la derecha en general. Por ejemplo, el juez ultra-antikirchnerista Claudio Bonadío (ya fallecido) la utilizaba para realizar allanamientos en Santa Cruz contra Cristina Kirchner y el empresario Lázaro Báez… Sí: una fuerza policial porteña realizaba allanamientos en Santa Cruz.

También durante el régimen que encabezó Macri a nivel nacional entre 2015 y 2019, policías de la capital federal fueron agentes secretos de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), que en esa época se dedicó al espionaje ilegal y otras maniobras prohibidas por la Constitución y las leyes. (El periodista especializado en temas judiciales Raúl “Tuny” Kollmann dio ejemplos en una entrevista con la Radio AM-750 hace dos años. Nota del 16/07/2020). 

A fines de agosto pasado, muy pocos días antes del atentado contra Cristina, la Policía de la Ciudad agredió al diputado Máximo Kirchner cuando este intentaba llegar al domicilio de su madre, mientras cientos de personas apoyaban en la calle a la vicepresidenta y el personal armado que depende de Rodríguez Larreta atacaba y reprimía a los/las manifestantes. También marcaban a los/las dirigentes kirchneristas que no tenían fueros, para poder llevárselos presos. (Crónica de Página 12, nota del 28/08/22). 

Las situaciones hasta aquí reseñadas, ocurridas en los últimos años, semanas o días, son reveladoras de para qué sirven o son utilizadas las policías que en su momento decidieron constituir Kirchner por un lado y Macri por el otro.

La fuerza de seguridad que puso en marcha el fundador del kirchnerismo lleva a cabo tareas esenciales en la investigación del más grave intento de asesinato político perpetrado desde el fin de la dictadura hasta hoy.

A su vez, la policía porteña creada por el jefe del macrismo está dedicada a la persecución política clandestina, y uno de sus agentes está desaparecido desde hace tres años y medio, todo tapado por el encubrimiento político y el ocultamiento de los grandes aparatos de la comunicación.

29/07/2016

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