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Un problema cada vez más grave que afronta Argentina, pero que transcurre con naturalidad y casi sin consecuencias para sus autores/perpetradores, es la facilidad con que dirigentes políticos y personajes de los medios de comunicación lanzan manifestacionesque generan un clima propicio para hechosde violencia política.
Recientemente, una situación alevosa fue perpetrada por el actual diputado nacional y ex candidato presidencial José Espert, quien afirmó que “hay que meterle bala a los mapuches”. (Lo dijo durante una comunicación en vivo con sus seguidores/as en la red Instagram. Un breve fragmento del video fue publicado en Twitter por la Agencia El Vigía y reproducido por la periodista Liliana López Foresi. Acceso a tuit del 22/06/22).
El caso tuvo particular impacto en nuestra región porque aludía al izamiento de la bandera mapuche en dependencias de la Universidad Nacional del Comanue, con motivo del Wiñoy Xipantv (Año Nuevo) celebrado por dicha comunidad y con múltiples adhesiones.
Contra ese gesto de respeto a los pueblos originarios y a la construcción en una sociedad democrática y diversa, también lanzó agravios el ex senador peronista Miguel Pichetto, que hoy es uno de los representantes más extremistas de la coalición conservadora Juntos por el Cambio. Lo hicieron, asimismo, dirigentes neuquinos y rionegrinos de ese sector.
(Digresión: Pichetto no es el “Auditor General de la Nación”, como informan erróneamente la casi totalidad de los medios periodísticos. Es uno de los seis integrantes del “Colegio de Auditores Generales” que integra la Auditoría General de la Nación, AGN. El funcionario que sí podría ser aludido como “Auditor General” es el presidente de la institución, el dirigente radical Jesús Rodríguez, quien nunca realiza apariciones en los medios. Acerca del organismo, sus respectivas autoridades, etc. puede consultarse la página web oficial de la AGN).
Ante los ataques de dirigentes como Espert y Pichetto, hubo importantes críticas y repudios en la región por parte de legisladores/as, referentes de diversas organizaciones y medios de comunicación de la zona -también algunos de alcance nacional-, e incluso el anuncio de acciones penales contra Espert por “apología de la violencia” y otros posibles delitos.
Las respuestas son un aporte imprescindible para ponerle límites a la escalada agresiva y así contribuir a la reafirmación de la paz, la democracia y los intereses populares. No obstante, en la gran mayoría de los casos existe una total impunidad de portavoces de la ultraderecha para instigar a la violencia política.
Ocurrió por ejemplo con aquellas declaraciones de Javier Milei el año pasado, siendo candidato a diputado, cuando sostuvo que había que “dinamitar” el Banco Central -y otras veces utilizó el verbo “quemar” (a esa institución)-. Sus expresiones fueron objeto de comentarios y objeciones fundamentalmente por parte de algunos/as periodistas, pero las críticas estuvieron muy distantes de la gravedad de lo sucedido.
Una de las ocasiones para que Milei se manifestara de ese modo tuvo lugar mientras confraternizaba ideológicamente con la conductora televisiva Viviana Canosa. Allí, con su habitual exasperación, el ahora diputado dijo que al final de un proceso de reformas económicas quería “eliminar el Banco Central. Lo quiero dinamitar. Quiero que se rompa todo, y que queden los escombros, desde Reconquista hasta San Martín (las calles de Buenos Aires donde está el edificio principal del Central), como recuerdo”. (Artículo, con video incluido, publicado por El Destape. Nota del 21/07/2021).
Todo permitido
El uso de las metáforas forma parte de cualquier discurso. Pero a nadie de signo ideológico opuesto al de Milei -por caso un/una dirigente de izquierda, o cualquier otro/a que se considere antiimperialista, o antioligárquico, o anticapitalista- se le permitiría decir en público, por ejemplo, “quiero dinamitar” o “quemar” a tal o cual banco privado extranjero, o a las instalaciones de tal o cual medio de comunicación poderoso, o al edificio de tal o cual empresa trasnacional.
Esa diferencia revela el carácter impune de la derecha y la ultraderecha para generar mensajes violentos que se van naturalizando en la sociedad, lo cual se convierte en parte de su capital político y en un factor coadyuvante de su crecimiento electoral. Quienes pertenecen a esos lugares del espectro ideológico tienen vía libre para la agresividad retórica y emocional más extrema, sin ninguna consecuencia negativa en su contra.
A esta altura son infinitos los casos de figuras políticas y mediáticas que fomentan el odio y otros sentimientos destructivos, como sucede contra el pueblo mapuche.
El objetivo más frecuente de los ataques es el sector político que encabeza Cristina Kirchner y ella personalmente. También el gobierno nacional, en la medida en que lo consideran “kirchnerista”.
En la noche del 25 de mayo, la ya mencionada Canosa entrevistó a Mauricio Macri. Hacia el final del diálogo televisivo, ella le pidió “un mensaje sobre todo de amor”, dijo, que convocara “a estar todos unidos para sacar al kirchnerismo a patadas en el culo”. Él bromeó con que buscaría “palabras mejores a las de Viviana”, y ambos se rieron.
(Video publicado en la página web de “Portal de Noticias”, posteo del 26/05/22).
Semanas antes, el ex presidente de la Nación y aspirante para volver a postularse al mismo cargo el año que viene había dicho que se debía “erradicar” a lo que denomina “populismo”, el cual fue iniciado en Argentina “por Perón y Evita”. Lo dijo en una cena de grandes empresarios organizada por la llamada “Fundación Libertad”. (Crónica del diario Ámbito, nota del 10/05/22). En una ocasión posterior agregaría entre los fundadores “populistas” a Hipólito Yrigoyen.
Patricia Bullrich, también precandidata presidencial y actual titular del Pro, días atrás llamó “dictador” al jefe del Estado, Alberto Fernández. Disimuló la agresión verbal dándole una vuelta a sus expresiones: “Durante la pandemia (Fernández) tuvo el comportamiento de un dictador”. La dirigente lo dijo en diálogo con la misma conductora televisiva ya mencionada. (Puede verse una opinión crítica y el video respectivo en Diario Registrado, nota del 15/06/22).
Y un caso más de una lista interminable. Otra dirigente del Pro, Florencia Arietto, dijo el mes pasado que si la actual oposición ganara las próximas elecciones, “hay que entrar a la provincia (de Buenos Aires) con ‘metra’ (ametralladora) porque si no te pasan por arriba”. El escenario mediático fue, una vez más, el programa de Canosa. (El sitio Data Diario publicó el fragmento televisivo, nota del 19/05/22).
Las distintas situaciones señaladas son ejemplos de una amenaza para toda la población, aunque aparentemente el problema sea subestimado. Una derecha cada vez más extremista se manifiesta violenta e impunemente, con todas las estructuras a su favor -como las grandes cadenas mediáticas- para penetrar en la opinión pública y que su mensaje sea naturalizado.
Frente a ese peligro, se hace imprescindible multiplicar la respuesta activa que hubo en los últimos días en Neuquén y en el resto de la región por parte de representantes políticos, de organizaciones de la sociedad civil y de algunas instituciones públicas. Se hace imprescindible para sostener una convivencia pacífica, pluralista y democrática.
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