Columnistas
02/04/2022

Los cisnes negros

Los cisnes negros | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

El primer cisne negro, la pandemia, significó un importante “parate” de la economía mundial durante todo el año 2020. Luego llegó el “segundo cisne negro”: la guerra Rusia-Ucrania, que ha llenado de incertidumbre al futuro económico del país y del mundo.

Humberto Zambon

[email protected]

Hace más de dos años que salimos de la tercera experiencia neoliberal argentina. Por la lógica inherente al sistema, la búsqueda de ganancias y la acumulación de riquezas, la subordinación al mercado y la apertura externa, el resultado final no podía ser diferente a la del obtenido en ésta y en las dos experiencias anteriores (Videla-Martínez de Hoz y Menem-Cavallo-De la Rúa). Lo grave es que no hay nada que garantice el que no pudiera existir una cuarta prueba que, obviamente, finalizaría con el mismo fracaso que las anteriores.

En los países de industrialización tardía, como el nuestro, tanto por los niveles de producción como por la disponibilidad y uso de la tecnología y del capital y la propia historia de formación de recursos, la producción industrial local no puede competir con la importada. Al retirar al Estado del quehacer económico y garantizar el libre comercio. el resultado es que todo gobierno neoliberal-conservador viene acompañado de una “avalancha” de bienes importados prescindibles, lo que implica la destrucción de la industria local, mientras se facilita la “fuga de capitales” hacia los paraísos fiscales. El desbalance de importaciones y exportaciones que trae aparejado la apertura económica externa se cubre con más deuda. Además, como se cierran las posibilidades de inversiones económicas genuinas por falta de mercado suficiente, las únicas que llegan al país son las financiero-especulativas (en realidad, mal llamadas “inversiones”, ya que son meras colocaciones monetarias). Conviene endeudarse en el exterior y con la diferencia de tasas de interés realizar un muy buen negocio especulativo (la llamada “bicicleta financiera” que ocurrió, en gran escala, con Martínez de Hoz y con Macri, y que es otra de las causas de endeudamiento externo).

Al terminar el gobierno de Macri la deuda externa había aumentado de 74 a 165 mil millones de dólares (incremento del 123%), el déficit fiscal total aumentó de 3,68% al 4,04% del PBI, la inflación (2019) era del 53,9% y la pobreza alcanzaba al 40,8% de la población. Se perdieron 144.000 puestos de trabajo solo en la industria manufacturera. Dejó el país al borde del “default” y con una brutal recesión (luego de 4 años el PBI por habitante cayó un 8,1% de promedio, con un gran aumento de la desigualdad en la distribución del ingreso).

La política económica para superar la “recesión” neoliberal ha sido muy bien estudiada y, por lo tanto, es bien conocida. Lo que ocurre es que hay poderosos intereses económicos que lo niegan y pretenden continuar beneficiándose con ellas. Es sabido que se requiere un estado capaz de ejercer el control sobre los mercados externo e interno, orientando las inversiones productivas, con una demanda global creciente. Así lo entendió el actual gobierno, no bien asumido, cuando anunció su política económica para los cuatro años siguientes

Pero apareció el primer cisne negro: la pandemia del corona-virus.

Cabe recordar que en la Europa medieval se suponía que no existían cisnes no blancos (idea que se mostró falsa siglos después) y que, por lo tanto, un cisne no blanco (más si fuese negro) implicaba un hecho anómalo, prácticamente imposible de ocurrir. La idea fue recuperada por el intelectual libanés radicado en Estados Unidos, Nassim Taleb, que publicó el libro titulado precisamente “El cisne negro”: existen acontecimientos prácticamente imposibles de prever y que producen un alto impacto social; Inclusive pueden modificar la idea generalmente aceptada que conforma el “paradigma” de la época, modifica el punto de vista predominante sobre la situación antes de su aparición y hasta transformar la interpretación anterior. Al ser inesperado pone en crisis todos los pronósticos científicos y técnicos destinados a extrapolar hacia el futuro la realidad actual, por lo que puede entenderse como una refutación del determinismo.

Como dice Edgardo Mocca, “tiene su principal interés práctico en la rigurosa refutación de la posibilidad de las ciencias sociales –especialmente de una que no se reconoce como tal, la ciencia económica– de predecir rigurosamente los acontecimientos futuros.”

El primer cisne negro, la pandemia, significó un importante “parate” de la economía mundial durante todo el año 2020:se perdieron 140 millones de empleos con fuerte caída del PBI (-6,8% en América Latina). Como dice la CEPAL,”El crecimiento casi nulo antes de la crisis, unido a la contracción de 2020 y a la debilidad del Estado de bienestar y los sistemas de salud y protección social, se tradujeron en aumentos sin precedentes del desempleo, caídas de los ingresos e incrementos de la pobreza y la desigualdad que exacerbaron los problemas estructurales. La contracción de 2020 también dio lugar a un gran número de cierres de microempresas y pequeñas y medianas empresas (pymes) y a la destrucción de capacidades productivas y humanas…” (Informe Especial sobre el Covid 19, 2021).

En esas circunstancias el gobierno recién asumido se encontró con un sistema de salud descuidado (que había pasado de ministerio a secretaria y visto disminuir su presupuesto) y con hospitales en construcción abandonados; eso en un país con niveles de desocupación y pobreza alarmantes, sin crédito y con una deuda asfixiante. Encaró así la titánica tarea de ampliar el sistema de salud, terminar los hospitales en construcción y equiparlos y luego conseguir las vacunas y realizar el plan de vacunación más grande de la historia. Al mismo tiempo, debió auxiliar a la sociedad que sufría las consecuencias económicas de la pandemia; para ello creo el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) y, para que las empresas mantuvieran a su personal, la Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP). Para tener una idea del esfuerzo realizado cabe señalar que el gasto primario aumentó más que el 20% y sólo la asistencia implicó un gasto promediode 132.794.000 pesos por hora.

Por fin el año 2021 se presentó como el de la superación del panorama dejado por la pandemia y la oportunidad de poner en marcha el plan económico inicial. En ese año el PBI creció al 10% y el producto industrial al 16%, con la lógica caída del índice de desocupación y de la pobreza.

Pero llegó el “segundo cisne negro”: la guerra Rusia-Ucrania, que ha llenado de incertidumbre al futuro económico del país y del mundo. Por ahora se espera aumento de precios de los alimentos (lo que nos beneficia en tanto exportadores pero que suma presiones inflacionarias en el mercado interno), del precio y del nivel de suministro los energéticos (puede haber problemas en el suministro de gas este invierno, con las consecuencias lógicas en toda la economía) y de las materias primas en general (cobre, acero, plomo, etc.) así como dificultades para acceder a mercados habituales (unas 400 empresas argentinas exportan a Rusia). Eso sumado a la falta de certezas respecto a las consecuencias en la economía global.

Cabe una pregunta: ¿El mundo no habrá sido orinado por una bandada de cisnes negros?


 

29/07/2016

Sitios Sugeridos


Va con firma
| 2016 | Todos los derechos reservados

Director: Héctor Mauriño  |  

Neuquén, Argentina |Propiedad Intelectual: En trámite

[email protected]