Columnistas
13/09/2016

Kirchnerismo: todo está guardado en la memoria

Kirchnerismo: todo está guardado en la memoria | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

Nunca un gobierno enfrentó a los poderes reales como se hizo en el período kirchnerista, dice el autor. Y afirma que no importa cómo recobrará el pueblo su voluntad soberana ni con quién, pero que finalmente la recobrará.

Osvaldo Pellin

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El final del kirchnerismo que hoy quiere difamarse, fue la etapa neoclásica del progresismo argentino, si consideramos la etapa clásica aquella vivida desde Rosas, Yrigoyen y Perón.

Pocas veces como durante su transcurso, la política usó el idioma de los fundamentos ideológicos para inspirar su acción. Nunca se enfrentó a los poderes reales de la Argentina con la firmeza con que se hizo en ese etapa, y nunca se intentó recortar sus poderes usurpadores como entonces.

Pocas veces se abrió al mundo, por donde hoy el mundo crece y se desarrolla, y por donde parece mostrar condiciones de consenso e intercambio menos condicionados al sometimiento político, como lo han sido las aperturas a China y Rusia.

Mal que le pese a los amanuenses del grupo Clarín, sorprendidos por tanta osadía, encontraron en el “periodismo de guerra” su despreciable especialidad de mercenarios de la prensa. Allí combatieron por los ideales del monopolio y de la colonización cultural de los intereses del mandón de turno, que a su vez está muy cómodo en su papel de marioneta del Imperio. Parangonando el vínculo de plomo de Ruggerito con el populismo oligárquico, o el de Valdez Cora con la oligarquía anglo criolla. Espero ser testigo del día en que le corten la cuerda con que lo sostienen.

En concreto, Magnetto no es más que un oficial obediente y bien pagado por la CIA.

Es cierto que llegamos hasta la mitad del camino, es cierto que los enemigos quedaron vivos y armados, pero es posible que nadie en la historia argentina haya llegado más lejos en su mensaje y acción emancipadora.

Es cierto también que no todos los soldados de esa gesta estuvieron a tono con los objetivos y cambiaron de bando con oportunismo, creyendo que salvaban su pellejo desentendiéndose de la gesta. Hoy son muertos políticos o delincuentes que irrumpieron de un placar.

Es cierto que no se negoció con nadie de esa reacción siempre al acecho, pero ahora y a la luz de los hechos, qué bueno que esa haya sido la opción. Y si no fijarse lo que cosechó Dilma en su segundo gobierno, cuando bajo presión trató de conciliar con grupos de derecha que no quieren concesiones, sino que quieren el mandoble entero del poder y sus beneficios. Negociar con la derecha latinoamericana, parece ser más un camino al cadalso que a la armonía social.

Es cierto que la relación con la prensa fue hostil todo el tiempo y que quizás en esa tozudez, que carecía de opción por lo dicho más arriba, fue fatal. Sirvió al menos para ponerla al descubierto para que el mundo asista a un nuevo ejercicio de difamación y usurpación democrática de manos de esas organizaciones impunes.

Es cierto que las limitaciones de tantos hechos y buenas intenciones debieron hacerse en el marco “legal” creado por la oligarquía y el sistema capitalista. Analizan hoy si se pudo haber ido más lejos aún, es una incógnita que debe develarse en la Historia, conociendo la idiosincrasia de los líderes, el poder real del pueblo y la magnitud de las fuerzas que se oponían.

La gestión Kirchner, a la cual pese a las trampas de un sector del Poder Judicial, hasta ahora no han logrado encontrarla involucrada de manera personal en actos repudiables de corrupción, tuvo además decisión de no justificar sus errores y dificultades atribuyéndolos a una “pesada herencia”, y encaró con coraje la tarea histórica de saldar las deudas de un país víctima de la ususra y del vampirismo financiero de las AFJP, y de pelear por la soberanía económica y la independencia política del país.

Fue una gestión que por algo hoy la oligarquía pretende enterrar en el más profundo de los olvidos y las proscripciones, tapada con la tierra de los infundios. Pero como dice León Gieco,todo está guardado en la memoria, y no importa cómo recobrará el pueblo su voluntad soberana ni con quién, pero más temprano que tarde la recobrará.

Hay que recordar que donde estuvimos, estuvieron del mismo lado los jóvenes creadores, del mismo lado de los intelectuales, de los filósofos y de los artistas, y del mismo lado de muchos poetas y cantores, del mismo lado de científicos argentinos repatriados y de músicos notables.

Estos que están ahora no tienen esa compañía. El jardín de su pregonada alegría es de plástico, un material inerte.

29/07/2016

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