Cientos de miles de personas marcharon ayer a Plaza de Mayo a 42 años del golpe cívico militar, con la bandera del reclamo por los 30.000 desaparecidos como todos los años, pero con la particularidad del rechazo profundo al intento del gobierno de otorgar prisión domiciliaria a los genocidas presos y a las políticas de la gestión de Cambiemos.

Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, sostuvo al leer el documento consensuado por los organismos de derechos humanos que abrieron el acto, que “cuando hay voluntad política los derechos humanos pueden ser política de Estado, los genocidas murieron juzgados y condenados a prisión perpetua en una cárcel común gracias a la presión del pueblo; por eso le reiteramos al gobierno que no permitiremos ni un retroceso en memoria, verdad y justicia, ni un paso atrás, ni un genocida suelto”.

Entre las organizaciones que convocaron al acto que se realizó cerca de las 16 participaron Abuelas de Plaza de Mayo, Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, el Centro de Estudios Legales y Sociales, Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas, Asamblea Permanente por los Derechos Humanos,  Hijos Capital y Liga Argentina por los Derechos del Hombre.

Taty Almeida, referente de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, expresó que “marchamos contra el ajuste, la represión y la impunidad; y por una democracia sin presos y presas políticas como Milagro Sala”, cuando le tocó su turno para leer el documento.

“No queremos ningún genocida suelto”, destacó Alemeida y señaló que estamos “ante un gobierno que vulnera los derechos del pueblo y seguimos respondiendo con lucha y solidaridad, vamos a seguir gritando presente por los 30.000 porque detrás del negacionismo está el intento de olvido y de desmovilizarnos”.

El cantito que más se escuchó entre los miles y miles de manifestantes fue el clásico “como a los nazis les va a pasar, adonde vayan los iremos a buscar” que sonó entre puestos de choripán y de venta de remeras con consignas contra la dictadura, que parecen aflorar con más fuerza empujados por la crisis económica.

Y por supuesto que el hit del verano contra el presidente Macri se destacó entre las cuadras y cuadras que poblaron el centro porteño, desde la Avenida 9 de Julio a Plaza de Mayo.

El documento le dio lugar también al reclamo feminista a favor de la despenalización del aborto, cuando Almeida hizo referencia “a la lucha de las compañeras por el derecho a decidir”.

Carlotto destacó más tarde en declaraciones a los medios que “hay situaciones graves que afectan a todos los argentinos” y repudió “todos los crímenes que se disfrazaron de accidentes y en los que el gobierno no asume su responsabilidad”.

La referente del movimiento de derechos humanos expresó que “hay una lista de 100 genocidas” que desde el Servicio Penitenciario Federal “presentaron para darles domiciliaria”; y que  “lógicamente nos oponemos a que un Astiz quede en libertad como quedó Etchecolatz; esperemos tener voz y que sea escuchada”.

Luis D Elía, quien fue liberado por una decisión de la justicia ayer por la mañana, y también estuvo presente en la marcha, dijo en declaraciones a los medios que “nunca pensé que nos iban a liberar un 24 de marzo” y agregó que “fuimos presos políticos del gobierno de Mauricio Macri”.

“Quiero felicitar a los funcionarios judiciales que se niegan a ser serviles al oficialismo, porque Macri quiere un Plan Cóndor judicial y no hay que permitírselo”, destacó el referente social.

Encuentro Memoria, Verdad y Justicia

La movilización que cerró la jornada, y que convocó el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia, fue encabezada por referentes como Adolfo Pérez Esquivel, Nora Cortiñas, Mirta Baravalle, Sergio Maldonado, la legisladora Myriam Bregman, y referentes de partidos de izquierda, entre muchos otros.

“Estamos aquí enfrentando al gobierno de Macri y sus cómplices, que con la impunidad pretenden borrar la memoria del genocidio, y con la represión y el gatillo fácil buscan imponer su plan de ajuste y entrega”, expresaron desde el escenario en el cierre de este acto.

Y sostuvieron entre sus reclamos que “si el gobierno anterior les pagó al FMI y al Club de París e indemnizó a Repsol, Macri devaluó un 50%, pactó con los fondos buitre, eliminó las retenciones a las mineras y agroexportadoras, y protege a las corporaciones”.

Myriam Bregman, declaró a los medios que “peleamos muchos años para encarcelar a Astiz y a Etchecolatz y la masividad de esta marcha demuestra que toda la sociedad argentina, que todo el pueblo argentino sigue reclamando cárcel común y efectiva; y los que quieren liberar a los genocidas van a tener que enfrentar estas manifestaciones”.

Y agregó, sobre la ausencia de un acto oficial de presidencia que “este gobierno está conformado por empresarios que se beneficiaron del golpe como el propio grupo Macri”; por lo que “este año la contradicción era demasiado grande; no podían hacer un acto en el mismo momento que intentaban liberar a Astiz”. 

La agrupación social La Poderosa aportó carteles que destacaban, por ejemplo, que “Las víctimas de los vuelos de la muerte no se ahogaron, Santiago Maldonado tampoco” o “Rodolfo Walsh no cayó abatido, Facundo Ferreira tampoco”; dándole un marco de actualidad a la movilización.

Desde el Encuentro de Memoria, Verdad y Justicia, repudiaron los despidos y tarifazos del gobierno, pidieron por paritarias libres y sin techo y el no al pago de la deuda externa.

“Durante su gobierno ya hay más de 200 mil despidos, suspensiones y un millón y medio de nuevos pobres; con 13 millones de personas en la pobreza y casi 3 millones en la indigencia, resultan obscenos los casos de los Panama Papers, el Correo, Avianca, las offshore, Triaca y otros escándalos de corrupción”, remataron en el documento.

"Ni un genocida suelto"