En el marco del paro internacional de mujeres que se realizó en 51 países, en Neuquén se movilizaron ayer más de 10 mil personas, la mayoría mujeres, por el centro de la ciudad y se realizaron actividades durante todo el día.

Las actividades comenzaron a la mañana con un corte en la ruta 7 a  la altura de la Textil Neuquén, para acompañar a las obreras que piden por su continuidad laboral. Se pintó un mural, y se cerró por la tarde con una multitudinaria movilización.

En la capital federal, las mujeres visibilizaron sus reclamos y marcharon del Congreso a Plaza de Mayo incorporando entre sus cánticos el de “Si se puede/sí se puede/el paro a Macri/se lo hicimos las mujeres”. El cantito surgió espontáneamente entre las miles y miles que empezaron al mediodía con un ruidazo y que luego fortalecieron en una multitud integrada por diferentes organizaciones  y mujeres autoconvocadas. “Cuando las mujeres nos organizamos, la tierra tiembla”, aseguraron muchas.

En Neuquén, la consigna de la marcha fue “libres y vivas nos queremos” ya que la estadística da  cuenta de que en la Argentina se asesina a una mujer cada 18 horas.

Desde el colectivo feminista La Revuelta, Belén Groso, se manifestó “feliz” porque se trató del primer paro internacional de la historia de las mujeres y agregó que fu un día para “celebrar que estamos vivas y que queremos seguir vivas”.

Groso sostuvo que la muerte de una mujer cada 18 horas “es la peor expresión de un machismo y un sexismo atroz, del odio que hay con nuestro género”, pero que al mismo tiempo eso  las impulsa a “seguir estando en la calle y seguir luchando”.

En el documento que se leyó al final de la movilización, las mujeres pidieron “por el cese de los despidos y la flexibilización laboral que intentan disciplinar a la clase trabajadora”. “Rechazamos todas las formas de violencia laboral contra las mujeres”.

“Contra el ajuste que hoy encara en nuestro país el gobierno de Macri y la Alianza Cambiemos, con la connivencia de los gobiernos provinciales, que pesa más sobre nosotras, las mujeres, precarizando nuestras vidas”, apuntaron.

Julieta Katcoff, de la agrupación de mujeres Pan y Rosas, planteó que se movilizaron “contra la violencia machista y por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito en el hospital”. Katcoff  también dijo que en Neuquén lo hacían “en defensa de los puestos de trabajo de las textiles, porque con 36 obreras en la calle no hay Ni una menos”.

Desde la agrupación Mujeres de la Matria Latinoamericana (Mumala) Valeria Amstein resaltó “la capacidad que tiene el movimiento de mujeres de visibilizar sus reclamos, tanto por la violencia que sufrimos como otras cuestiones que también tienen que ver con el incumplimiento de nuestros derechos”.

De la marcha también participaron las organizaciones kirchneristas con una bandera que decía “Empoderadas, nacionales, populares y feministas”. Entre las actividades que se realizaron durante todo el día, en el oeste de la ciudad, el frente de mujeres de Nuevo Encuentro, junto al colectivo de mujeres muralistas, integrado entre otras por la artista plástica Laura Iasky, realizaron un mural en la calle Godoy 352.

Entre las manifestantes, también hubo carteles que pidieron por la libertad de Milagro Sala.

La movilización se concentró en el monumento a San Martín, fue hasta la ruta y dio la vuelta por la por la avenida Olascoaga para retomar el camino al punto de partida. Antes, se desvío para realizar un escrache a una tienda propiedad de los dueños de Textil Neuquén.

Hicieron temblar Plaza de Mayo

En la multitudinaria marcha realizada en la Capital Federal, detrás del inmenso cartel fucsia y blanco con la leyenda “Paro Internacional de Mujeres, Vivas nos queremos”, marcharon codo a codo, Vilma Ripoll, Laura Marrone, Mariana Carbajal, Manuela Castañeira, Marta Dillon, Estela Díaz, Nora Cortiñas, Ornella Infante, Nina Brugo, entre otras de las muchas que en los últimos años supieron enhebrar las demandas, articular las divergencias y sumar, siempre sumar

Liliana Daunes, histórica militante feminista, fue la encarga de leer el documento consensuado por los colectivos que confluyen en “Ni una menos”. Los ocho ejes meditados de esa síntesis anclaron en la historia internacional de las luchas populares, en el dolor y el sufrimiento de tantas postergaciones, repasaron los logros y detallaron con contundencia las reivindicaciones. El apoyo a las huelgas docentes, el reclamo por la liberación de Milagro Sala, contra el ajuste y la precarización laboral se sumaron a las tradicionales consignas en contra de lo femicidios, la violencia de género, el sexismo y las demandas a favor del aborto legal, seguro y gratuito, Estado laico, y el cese de la intervención de las iglesias en el cuerpo femenino.

En medio de la desconcentración se produjeron incidentes en la Catedral metropolitana que salpicaron lo que venía siendo una manifestación pacífica. Un grupo minoritario arremetió contra el edificio vallado con botellazos, pintadas, fuego. La represión policial no tardó en llegar. La policía detuvo a una veintena de mujeres y algunos hombres que sólo estaban en la calle sobre el final de la marcha. Hubo tres hospitalizadas y mujeres llevadas por la fuerza por varones de civil. 

Clamor de igualdad