Neuquén
10/08/2021

Pronostican lucha de intereses por la sequía de los ríos

Pronostican lucha de intereses por la sequía de los ríos | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

El tironeo será entre la generación de energía y el abastecimiento de agua para consumo, dijo Federico Horne, director del Instituto de Tierras, Agua y Medio Ambiente. "Hay que discutir cómo y cuándo se van a erogar las aguas", expresó.

Laura D' Amico

El ingeniero, profesor titular consulto de la Universidad Nacional del Comahue (UNC), y director del Instituto de Tierras, Agua y Medio Ambiente (Itama), Federico Horne, se refirió a la sequía que afecta a los ríos Neuquén y Limay, y dijo que para salir de la crisis hídrica "va a haber una puja entre lo regional y lo nacional", donde lo regional significa priorizar el riego y el uso poblacional, y lo nacional la producción de energía hidroeléctrica.

"Hay que discutir cómo y cuándo se van a erogar las aguas", dijo Horne a Va Con Firma porque "las represas fueron hechas básicamente pensando en una factibilidad económica dada por lo hidroeléctrico" pero este año, ante una disminución de caudales tan extrema, "va a tener que pensarse en guardar agua para tener cómo regar y cómo satisfacer el agua poblacional".

"Si en este momento se dejara de producir energía hidroeléctrica y se llenaran los embalses con la poca agua que viene, tendríamos sobrada agua en el verano", vaticinó Horne, que es Doctor en Ingeniería Civil y Ambiental en la Universidad de California al Davis, y advirtió que con el escenario actual se podría ver afectado el uso poblacional del agua.

Apuntó que para amortiguar los efectos de la crisis "hay que establecer una planificación del uso de los recursos hídricos de los próximos 30 años antes de pensar cómo vamos a conceder las hidroeléctricas", cuyos contratos vencen en 2023.

Con respecto a la sequía, el consultor de temas hidráulicos y ambientales dijo que al igual que ocurre en otras partes del mundo responde al cambio climático y advirtió que "tenemos que estar preparados para que esto suceda con relativa alta frecuencia".

-Se calcula que la sequía en los río Neuquén y Limay se viene produciendo en los últimos 13 años debido al cambio climático, ¿qué fue lo que ocurrió este año que encendió las alarmas?

-En realidad tenemos que estar preparados para que esto suceda con relativa alta frecuencia. Antes no sucedía y han aumentado la frecuencia de eventos extremos, entre ellos, la sequía. Lo estamos viendo en todo el mundo. California tiene una sequía terrible, se incendian los bosques, se queman casas y se paga para transformar el jardín normal en jardines secos. El río Colorado nuestro está hace 13 años en una sequía espantosa porque no hay suficiente manto de nieve. Nosotros estamos en agosto y el 1 de septiembre todos los años empieza la fusión de nieve. Tenemos prácticamente la cordillera sin nieve y estamos al final del periodo de acumulación, lo cual significa que vamos a tener un verano muy seco. Es relativamente importante la sequía pero tenemos que acostumbrarnos a que puede ser un régimen de ahora en más relativamente frecuente.

-O sea que responde al cambio climático global.

-Exactamente. El cambio climático, tal como se pronostica en los escenarios que se modelan, tiene aspectos importantes a considerar. Algunos de ellos son variaciones de los valores medios de la precipitación, de la temperatura, que definen los caudales que vamos a tener en los ríos. El régimen del río Negro, que es de más de 900 metros cúbicos por segundo, va a ir bajando en su caudal en los próximos 50 años. Nosotros tenemos pronósticos producto de estudios que hizo la Fundación Bariloche, nuestra Universidad del Comahue, la del Litoral y la Autoridad de Cuencas, donde la gente de Exactas de la UBA modela cinco o seis escenarios de cambio climático. Sobre eso basamos cómo van a ser los regímenes de los ríos en los próximos 50 años y esto pronostica una disminución del caudal de entre el 15 y el 25 por ciento, dependiendo de cuáles son las condiciones iniciales por las cuales se modela.

-En el caso de los ríos Neuquén y Limay se suma el manejo del agua que hacen las hidroeléctricas.

- El río Limay está muy regulado con cinco embalses y en el Neuquén tenemos uno con una capacidad de embalse tremenda que es Barriales y Mari Menuco. Eso nos da una ventaja enorme respecto de manejar los derrames anuales, que son los volúmenes que se juntarían en un año producto del escurrimiento de los ríos, porque podemos atenuar crecidas con sequías embalsando agua. Eso significa que tenemos cómo atenuar las condiciones extremas. Lo que ocurre también es que los embalses se manejan con ciertos propósitos. El objetivo principal generalmente en todos los ríos del mundo es controlar inundaciones que ponen en peligro a la población aguas abajo. El segundo es proveer agua potable; el tercero es agrícola, de riego; el cuarto es industrial y el quinto es hidroeléctrico. Ocurre que las represas fueron hechas básicamente pensando en una factibilidad económica dada por lo hidroeléctrico y de alguna manera ese es el patrón predominante después del control de crecidas. En este año, una disminución de caudales tan extrema, va a tener que pensarse en guardar agua para tener cómo regar y cómo satisfacer el agua poblacional.

-Y va a faltar energía eléctrica.

-Desde ya que sí. Aun priorizando la energía hidroeléctrica va a haber una disminución de la oferta. Y si se prioriza el riego también se afecta doblemente el aspecto hidroeléctrico. Yo creo que va a haber una puja entre lo regional y lo nacional. Lo regional tiene que ver con el riego y lo nacional con la hidroelectricidad.

-La diferencia es que el riego no se puede sustituir y la energía eléctrica sí.

-Exactamente. En la energía hidroeléctrica tenemos una red interconectada y hay una serie de oferentes hidroeléctricos, nuclear, térmico, eólico, y de alguna manera se puede optimizar sobre toda esa red y las fuentes de provisión.

-¿Cree que es importante que cuando venza la concesión de las hidroeléctricas, en 2023, pasen a manos de los gobiernos provinciales?

-Ese es un tema de discusión importante. Las hidroeléctricas fueron hechas con presupuesto nacional y el régimen depende de Nación. Si se conceden a las provincias se tendrán que conceder con una serie de restricciones en su manejo para seguir proveyendo energía. La otra es que se prolonguen las concesiones y la otra es que se haga cargo el Estado nacional, en vez de concederlas. Hay un documento importante que hicieron hace poco ex profesionales de Hidronor, que han hecho un resumen muy ajustado y un buen análisis de lo que podría llegar a hacerse con las hidroeléctricas en el próximo periodo, y es importante porque se conceden por 30 o 40 años. Y en 30 o 40 años nosotros tenemos que ver qué es lo que vamos a hacer de nuestra región. ¿Vamos a seguir cómo estamos? ¿Vamos a hacer mejor y mayor uso del agua para el desarrollo regional? Hay muchos proyectos muy interesantes en la provincia de Río Negro que distribuyen el agua sobre la provincia. En 30 años deberíamos desarrollarlos. Cualquier país europeo o del hemisferio norte ya los tendría. Ríos navegables, zonas de riego, hidroelectricidad, etc. en diversas zonas, distribuidas territorialmente. La concesión de las hidroeléctricas tiene que estar pensada en qué es lo que queremos hacer con nuestros recursos hídricos. Hay que establecer una planificación del uso de los recursos hídricos de los próximos 30 años antes de pensar cómo vamos a conceder las hidroeléctricas o a establecer el manejo definitivo que van a tener las hidroeléctricas durante ese periodo.

-Es paradójico que hay proyectos para distribuir el agua en la provincia de Río Negro mientras se destruye la zona productiva del alto Valle.

-Cualquier proyecto que salga tiene que tener restricciones en cuanto a cómo se va a distribuir la tierra, cómo se va a comercializar, cuáles van a ser las medidas para que no haya concentración. En el valle hay chacras abandonadas porque hubo una concentración brutal del manejo de la producción frutícola que llevó a condiciones no favorables para la producción familiar, pequeña. En cualquier parte del mundo la fruticultura es familiar. Nosotros hemos dejado avasallar por las grandes empresas a los pequeños productores. En el valle habían 6.000 productores ahora hay 1.100, y la mitad del valle es de cinco o seis y la otra mitad de los 1.094 restantes. Cualquier forma de desarrollo tiene que tener control del Estado para poder mantener una renta equitativa, distribución de la tierra equitativa y comercialización equitativa en la cadena de valores.

-Habló de hacer un plan a 30 años. ¿Qué cosas se podrían hacer en el corto plazo para comenzar a revertir la sequía?

-En el corto plazo, la única posibilidad que tenemos es usar las ventajas de tener los ríos regulados. Es evidente que hay que discutir cómo y cuándo se van a erogar las aguas. Si en este momento se dejara de producir energía hidroeléctrica y se llenaran los embalses con la poca agua que viene, tendríamos sobrada agua en el verano, que es donde los cultivos más requieren de agua. El agua potable que se necesita es insignificante en volumen. Lo que sí puede haber es, con la bajante de los ríos, quedan las tomas imposibilitadas de derivar el agua como lo hacía normalmente. Pero eso es un cambio de estructura en las obras de toma que hay que adecuar a esta bajante.

-¿La diminución del caudal aumenta la contaminación de los ríos?

- Todo el patrón de tratamiento de efluentes cloacales urbanos es muy dependiente de la dilución. El diseño de las plantas de tratamiento está sub diseñada en relación a la población. El Enohsa trabaja con una dotación de agua menor a la que utilizamos, que es de alrededor de 350 litros día por habitante, y nosotros estamos utilizando mucho más agua que eso, casi el doble. Entonces los efluentes cloacales también son mucho mayores y las plantas de tratamiento, aún si fueron diseñadas para los próximos 15 años, están al borde siempre. La segunda cuestión es que salen de servicio con frecuencia por problemas técnicos y ahí va todo al río. La tercera cuestión es todo el diseño aluvional que tienen las poblaciones es deficiente. Cada vez que llueve en Neuquén se junta el desecho cloacal con el agua pluvial y va todo, en volúmenes tremendos de agua, y la planta de tratamiento no puede tratarlo y lo deja pasar. Esas tres razones hacen que dependamos muchísimo de la dilución del río. Antes era sobrada la cantidad de agua para la población que teníamos y cada vez es menos. Por eso estamos teniendo los problemas de contaminación. Entonces, ante una diminución de caudal, eso se va a acrecentar notoriamente en los lugares críticos. Alto Valle en sí es un lugar crítico pero el tramo Ballester - Confluencia, sobre el Neuquén debe ser el más crítico de todos. Ahí van a parar efluentes urbanos de Cordero, Cinco Saltos, Centenario, Parque Industrial. Está demasiado comprometido ese tramo. Nosotros hemos estudiado y modelado el río en ese tramo, y nos hemos encontrado que una disminución del caudal del río en ese tramo podría afectar los umbrales admisibles para recreación en el río y probablemente pueda tener alguna interferencia en la calidad del agua potable.

-Años anteriores hubo advertencias sobre el uso recreativo pero hasta ahora no había habido afectación del uso del acceso al agua potable. ¿Cómo sería?

-Se puede clorinar el agua pero la clorinación no es buena. En otros lugares del mundo desclorinan el agua en la casa porque el cloro en sí mismo es un potencial cancerígeno. Se puede solucionar por clorinación pero estás corriéndote para el lado de la poca calidad de vida.

-Por estos días se llama a la población a hacer un uso racional del agua. ¿Qué tan significativo es el uso que hace la industria, en particular el fracking?

-El fracking consume agua, pero no son valores tremendos. Tenía el cálculo hecho, tendría que revisarlo, pero creo que son alrededor del equivalente a 4.000 hectáreas de riego lo que podría insumir el fracking. Nosotros en el Alto Valle tenemos alrededor de 40.000 hectáreas de riego. Son valores importantes, por supuesto, porque 4.000 hectáreas son 4 metros cúbicos por segundo. El fracking tiene otros tipos de problema, no tanto el consumo de agua, sino qué pasa con la contaminación, los micro movimientos de suelo, qué pasa con los acuíferos que atraviesa, etcétera. Pero el consumo d agua que necesita no es tan alto. El agua poblacional es mucho menos, el agua industrial también es baja, sobre todo en nuestra zona, donde el desarrollo industrial es relativamente escaso en relación a lo agrícola, y por supuesto lo agrícola es lo que más demanda. El Alto Valle utiliza 70 metros cúbicos por segundo y Neuquén utiliza tres metros cúbicos por segundo para toda el agua potable.

-¿Está en riesgo la actividad productiva para este verano si no se empieza a reducir la producción de energía eléctrica?

-Por supuesto. Si no se toman medidas, desde ya que sí. Pero tenemos cómo tomar medidas. Ese es el punto.

-¿A quién le corresponde tomarlas?

-Eso tiene que ver con la política nacional energética, con la AIC. El ENRE demanda energía y tiene políticas energéticas que las maneja Cammesa, y eso termina influyendo sobre la operación de los embalses. La concesión establece una serie de reglas: alturas mínimas y máximas de embalses, franjas operativas y demás. Sobre eso me parece que tienen que incidir las políticas provinciales.


 

29/07/2016

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