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Neuquén cerró el 2019 ocupando el primer puesto del triste podio de provincia con mayor inflación anual, provocada por las ruinosas políticas del macrismo, pero también por cabalgar sobre la montura de Vaca Muerta, un viaje que construye una idea de prosperidad que no se corresponde con la realidad que vive la mayoría de la población.
El incremento en los precios del 61,13% interanual, que superó en 7,5% al índice de inflación promedio del país, es la señal de un nicho del mercado que siente que puede ponerle "precio Vaca Muerta" a todos los bienes y servicios, porque en definitiva responde a estímulos de un ideario de riqueza potencial que ciertamente derrama, pero concentra todo en un charco.
Neuquén es una provincia con profundas desigualdades y la sociedad también sufrió el derrumbe de la aplicación de políticas neoliberales, apoyadas por el MPN. Entre el segundo trimestre del 2016 y mismo período de 2019, en los hogares de Neuquén cambiaron los hábitos de manutención de las familias por necesidad. Perdió peso el porcentaje que tenía el empleo como fuente de financiamiento de los gastos corrientes y creció la ayuda intrafamiliar, el uso del crédito y el de los ahorros para llegar a fin de mes, según datos oficiales oportunamente difundidos por .
Gutiérrez gobierna una provincia que, según registros oficiales del primer semestre del año pasado, tiene un 26% de pobres y 3,6% de indigentes, un universo que, aun haciendo un cálculo modesto, supera las 100 mil personas. En la provincia de Vaca Muerta también hay hambre, y lamentablemente la prueba está en la próxima distribución de 16.000 tarjetas del programa que puso en marcha el gobierno nacional para frenar una de las consecuencias más graves que dejó la política del macrismo.
La inflación afectó incluso aquellos que, como los estatales y docentes, cerraron acuerdos de aumento salarial dignos, pero que igualmente quedaron por debajo de la inflación en un porcentaje que puede superar los 6 puntos, un dato que se conocerá con mayor precisión una vez percibida la última cuota del arreglo, después de enero.
Los gobiernos provinciales no manejan los hilos de la macroeconomía, pero el MPN tiene mucha responsabilidad en la construcción de este imaginario de enclave petrolero próspero, con “buenos sueldos” y “alto consumo” que las góndolas devuelven con precios que terminan fulminando el bolsillo de los que están del otro lado del yacimiento.
La "inflación Vaca Muerta" no es un cuento, como tampoco lo fue la "inflación Loma la Lata", otrora alimentada por otro período de fiebre de oro negro, similar a la actual, con el descubrimiento del por entonces mayor yacimiento de gas de Latinoamérica. Y en todos estos años, los gobiernos del MPN se han esforzado más por obtener mejores ingresos de regalías, que por plantear estrategias que compensen estos desequilibrios que aumentan la desigualdad.
Esta semana, el gobierno de Gutiérrez intentó disimular el número récord de inflación del país alcanzado en esta provincia. Incluso obtuvo el generoso aporte en materia de comunicación, con la transformación de una noticia que era mala en buena. Lo ayudó, entre otros silencios, un título que celebró que los estatales neuquinos, con el acuerdo salarial firmado el año último, habían logrado vencer a la inflación del país, un particular criterio editorial que llevaría a considerar que docentes, estatales y demás empleados públicos consumieron en Buenos Aires para ganarle puntos al aumento de precios.
El actual es un año particularmente de números para Gutiérrez. Tras el veranito macrista que terminó en salvavidas de plomo y los éxitos electorales recientes, llegó el tiempo de enfrentar momentos más complejos, empezando por cerrar con fórceps los gastos del 2019, e iniciar un 2020 con un compromiso de deuda elevado y mayoritariamente en dólares.
En ese contexto de ajuste se inscribe la apertura de un debate que ya empezó pero no se sabe cómo ni cuándo terminará: el del achique de gastos en el ISSN, vía reformulación del sistema previsional. En un presupuesto de casi 50 mil millones de pesos y con un déficit de 4,3 mil millones, Gutiérrez intenta echar mano, por segunda vez en cuatro años, a las jubilaciones para frenar el drenaje, y propone hacerlo en el rubro de los haberes porque concentra el 70% de las erogaciones.
El gobierno necesita juntar dinero de dónde pueda para enderezar un barco que se desmadró en el pasado año electoral, en el que hubo apuestas fuertes para recuperar el control político en ciudades perdidas hace tiempo, como la capital, proyectos que no han sido precisamente económicos, al igual que el armado de una sofisticada ingeniería de alianzas que el MPN necesita implementar para permanecer en el poder.
Y hablando de apuestas, y para aquellos que vinculan a los sueños con los números en los juegos de azar, el 61, el número redondeado de la inflación que afectó a la economía de Neuquén, es el de la escopeta. Pero… ¡Bingo! Se acabó el tiempo de la timba financiera y llegó el momento de hacerse cargo de los errores del pasado.
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