Un pequeño lugar del planeta explica sin palabras el significado del neocolonialismo y del imperialismo. En un territorio de 6.220 kilómetros cuadrados, mil menos que la superficie del departamento Confluencia de la provincia de Neuquén, viven más de 4,8 millones de personas según datos de 2016. Esa población pertenece a una nación en fragmentos cuyos límites varían de acuerdo con el humor y las necesidades del imperio genocida.
Casi en la mitad de la antigua ruta de caravanas entre Irán y el estrecho de Gibraltar, se ubica Palestina, cuya historia se escribió entre el esplendor y la sangre, y acaso fueron inseparables el uno de la otra también en su literatura. Si bien gran parte de la poesía palestina en el último siglo y medio se compuso en un contexto de urgencia –persecuciones, exilio, matanzas, devastaciones y una contemporánea versión del apartheid-, la épica comparte cartel con el lirismo más exquisito.
Así como otros poetas árabes, los palestinos se ocupan de recuperar las tendencias, los ritmos y las imágenes que en la Europa occidental cultivaban los habitantes del al-Andalus, que se mantuvo –y se profundizó- tras la expulsión de la península ibérica a manos de los católicos españoles.
La épica reconstruye los acontecimientos históricos y políticos del pueblo palestino, en especial desde la partición de 1948, la constitución del estado de Israel y la continua e indetenible usurpación de territorios después de la guerra de los seis días en 1967. Pero los poetas no olvidan las dominaciones previas: turcos otomanos, británicos y más lejos griegos, persas y romanos. Los exilios y las deportaciones de los años cincuenta, la colonización de Israel y las apuestas de los sucesivos imperialismos en la antigua Palestina aparecen en los textos poéticos como expresiones de una voz nunca silenciada y configuran una alternativa a la imagen que actualmente se tiene de eso que el centralismo occidental denomina Cercano Oriente. Es que la urgencia bélica no agotó la inspiración poética: el lirismo convive con lo épico y así la poesía transcurre y circula por senderos que buscan la paz. Esa poesía, que también es fragmentada, procura unir esos pedazos dispersos de la nación palestina en un universo que contenga el dolor y la esperanza, la resistencia y la victoria, el territorio y la bandera.
Esta selección de poemas permite aproximarse a la vida cotidiana del pueblo palestino y asomarse a cómo la poesía pone algo donde antes nada había, o había otra cosa: un grito en rebelión, un clamor, una caricia, la resistencia al dolor y a la muerte, el canto del erotismo: el amor, siempre.
Es Mahmud Darwich (1942-2008), el poeta por antonomasia y principal referente de los palestinos actuales, quien devuelve a los árabes esa supuesta “reconquista” castellana: como en un espejo de Federico García Lorca, Darwich escribe que “Viajaría de nuevo por los caminos que llevan o no llevan a Córdoba... volvería, si pudiera volver, a mi misma rosa, a mis propios pasos... pero no regresaré a Córdoba”. Esa ciudad “lejana y sola” es el paraíso perdido y anhelado por la memoria colectiva de los árabes. Darwich también evoca la gesta católica: escribe que “Castilla izará su corona sobre el alminar de Dios”, mientras que ahora “desde que he aceptado el pacto de paz no tengo presente para pasar mañana cerca de mi ayer...”
El lazo con García Lorca es aún mayor. Pide el palestino que lo maten “deprisa / bajo mi olivar / con Lorca...” pues “yo soy uno de los reyes del fin... soy el último suspiro árabe...”, y “...no hay amor que interceda por mí...”.
Darwich nació en 1942 en Birwa, una aldea cerca de Akká, que fue arrasada seis años después. Vivió mucho tiempo en Ramallah, donde dirigió la revista literaria “Al-Karmel” -El Carmelo-, cuyos archivos fueron destruidos en el año 2002 por el ejército israelí.
Estuvo en recitales organizados en países de todo el mundo árabe, pero su fama también se ha extendido en Occidente. Obtuvo los premios Lanzan Cultural Freedom Price (2001) y Príncipe Claus de Holanda (2004). Su poesía se caracteriza por la innovación. Los críticos lo asimilan por igual al sirio Muhammad Al Magut y a los occidentales Pablo Neruda, Louis Aragon, Federico García Lorca y Thomas S. Eliot. Murió en 2008 en Texas, Estados Unidos, cuando iba a ser operado del corazón. Entre sus obras publicadas figuran: Pájaros sin alas; Enamorado de Palestina; Los pájaros mueren en Galilea; Mi amada se despierta; Elogio de la alta sombra; Menos rosas; Once astros. (de estos dos últimos hay traducción castellana). (Más información).
ESPERANZA
Mientras en vuestros platos haya un poco de miel
espanten a las moscas de los platos
a fin de conservar la miel
mientras haya racimos de uva en los viñedos
echen a los zorros
Oh guardianes de viñedos
a fin de que madure la uva
mientras quede en sus casas
un mantel... y una puerta
protejan del viento a los pequeños
a fin de que los hijos duerman
viento... frío... cierren las puertas
mientras en sus arterias haya sangre
no la dila piden
pues en ustedes hay recién nacidos...
mientras haya fuego en la chimenea
y café... y una brazada de leña
DESAFÍO
Átenme
prohíbanme los libros
los cigarros
obstruyan mi boca con arena
la poesía es sangre
el agua de los ojos
se imprime con las uñas
las órbitas
las cuchillas
La clamaré
en la cárcel
en el baño
en la cantera
bajo el látigo
la violencia de las cadenas
Un millón de pájaros
sobre las ramas de mi corazón
inventan el himno combatiente
EL IMPOSIBLE
Yo muero de esperanza
de ardor
muero
muero colgado
degollado muero
pero no digo nunca
nuestro amor terminó y murió
nuestro amor no morirá
VEO LO QUE DESEO
Miro hacia atrás esta noche
en las hojas de los árboles y en las hojas de la vida.
Contemplo la memoria del agua y la memoria de la arena.
No percibo esta noche
sino el final de esta noche,
sonidos del reloj que roen mi vida segundo a segundo
y reducen la vida de la noche.
No queda de la noche ni de mí tiempo en el que combatir
pero la noche regresa a su noche
y yo caigo en la fosa de esta sombra.
TU NOCHE ES DE LILAS
La noche se sienta donde tú estás. Tu noche es de
lilas. A veces, de los rayos de tus hoyuelos
se escapa un signo que rompe la copa de vino
y alumbra la claridad de las estrellas. Tu noche es tu sombra,
un fragmento de tierra legendaria para igualar
nuestros sueños. Yo no soy el viajero ni el residente en
tu noche de lilas. Soy el que un día fue
yo. Cada vez que la noche te rodea, mi corazón
duda entre dos moradas: y
ni el ser ni el alma se satisfacen. En
nuestros cuerpos, un cielo abraza a una tierra, y toda tú
eres tu noche... una noche que resplandece como la tinta de los astros. Una noche,
bajo la protección de la noche, repta por mi cuerpo
aletargada, cual sopor de zorros. Una noche que rezuma misterio,
luminosa sobre mi lenguaje. Cuanto más se aclara, más
temo el mañana en el puño de la mano. Una noche
que contempla segura y tranquila su
inmensidad que sólo rodean su espejo
y las canciones de los antiguos pastores al verano de unos emperadores
enfermos de amor. Una noche que florece en la poesía
preislámica sobre los brincos de Imru Al Qays y otros
y, para los soñadores, ha ensanchado el camino de la leche hacia una luna
hambrienta en los confines de las palabras...
(Imru Al Qays es el poeta más famoso de la época preislámica. Es autor de una de las casidas que componen las muallaqat (las “colgadas”), los poemas más logrados de la época que constituyen el prototipo de la casida árabe. Según la tradición, recibieron ese nombre porque cada año los mejores se escribían con letras doradas y se colocaban en la Meca “colgados” en el templo de la Kaaba).
Fadwa Touqannació en Nablusa en 1917, en la Cisjordania ocupada, y murió en 2003. Simbolizó la resistencia palestina y no llegó a ver su nación liberada. De origen cristiano en una familia de intelectuales y políticos, Touqan vivió su infancia y su juventud encerrada en el harén, aislada y en su primer poemario titulado Sola con los días, de 1952, critica esa vida a la que era destinada ayudada por su hermano, el también poeta Ibrahim Touqan (1905-1941), que fue su único -y reconocido- maestro. Desde su primer diván (colección de poemas no extensos, pertenecientes a un solo autor, que se recitan o se cantan), compuesto luego de la muerte de su padre, en la Nakba de 1948, habla de la tragedia de la dispersión palestina. Es una de las principales voces de la poesía palestina contemporánea. Estudió literatura en universidades de Inglaterra. Es la única mujer palestina cuya obra se difundió internacionalmente antes de la guerra de los seis días.
Tras esa invasión, Nablusa quedó bajo dominio israelí, hecho que incidió directamente en la poesía de Touqan por lo cual se enroló definitiva y activamente con los “poetas de la resistencia”. El sentimiento del exilio y del desgarramiento adquirieron protagonismo en sus textos. El general Moshe Dayan, que comandó las operaciones israelíes, dijo que los poemas de esta mujer eran más subversivos que diez atentados guerrilleros. En su último libro -Julio y otra cosa- hay un homenaje a la Intifada. Entre otras, sus principales obras son La noche y los jinetes; Ante la puerta cerrada. . (Poema “Mi libertad”, video). (Poema “Basta...”, video).(Poetisas árabes, presentación de libro).
LA PESTE
Cuando la peste se propagó por mi ciudad
salí
con el pecho descubierto
gritando al viento lo implacable de la tristeza
Sopla oh viento
y tráenos las nubes
haz que la lluvia caiga
para que purifique el aire de mi ciudad
para que lave las casas, las montañas y los árboles
Sopla oh viento
y conduce las nubes a nosotros
y que la lluvia caiga
que la lluvia caiga
De La noche y los caballeros
ME BASTA PERMANECER EN SU REGAZO
Me basta con morir en mi país
ser enterrada allí
y disolverme allí y anonadarme
resucitar hierba sobre su tierra
resucitar flor
que arrancará un niño crecido en mi país
me basta estar en el regazo de mi patria
tierra
hierba
flor
SÓLO QUIERO ESTAR EN SU SENO
Sólo quiero morir en mi tierra,
que me entierren en ella,
fundirme y desvanecerme en su fertilidad
para resucitar siendo hierba en mi tierra,
resucitar siendo flor
que deshoje un niño crecido
en mi país.
Sólo quiero estar en el seno de mi patria
siendo tierra
hierba
o flor
EN LAS OLAS
Aquella noche
las caras se desvanecieron en torno nuestro
y todo desapareció
menos el brillo azul de
tus ojos y la llamada
En aquel brillante azul
donde mi corazón
navegó cual barco
guiado por las olas.
Las olas nos condujeron
a un mar sin playas,
sin límites
y sin resistencia
a que las olas contaran
la eterna historia de la vida
resumida
en una mirada.
Y la tierra se inundó con
el impulso de la marea, el viento y la lluvia.
Aquella noche
mi jardín se despertó
y los dedos del viento
arrancaron su cercado.
En mi jardín, la hierba,
las flores y los frutos se estremecieron
con la danza del viento y la lluvia.
Todo se desvaneció
aquella noche
menos el brillo azul de tus ojos
y la llamada
en el brillante azul
donde mi corazón navegó
cual barco guiado por las olas.
Samih al-Qásim(1939-2014) vivió en Palestina toda su vida, rechazó un exilio que en muchas ocasiones lo tentó y que varios de sus amigos, como por ejemplo Mahmud Darwich, eligieron. Si se leen las cartas que ambos intercambiaron, puede reconstruirse el surgimiento de los “poetas de resistencia”, que sumó también a Tawfik az-Zayad en 1948 tras la Nakba -el desplazamiento forzoso de 800.000 palestinos para dejar lugar al establecimiento del Estado de Israel. La familia de al-Qásim pudo permanecer en su casa del pueblo de Rameh, en Galilea. Rameh forma parte de un puñado de poblaciones que sobrevivieron a la destrucción de la Nakba y que concentra hoy la mayor densidad de población palestina de Israel.
De la obra poética de al-Qásim se destacan los aspectos políticos, que por momentos esconden sus otros registros, especialmente los de reflexión filosófica que se nutren de la tradición esotérica del islam druso. En la cosmología drusa, muy compleja, chií y neoplatónica, al-Qásim se inspiró en busca de un significado que trascendiera lo ilusorio, lo falso, de la realidad contemporánea. Ciertos críticos consideran que Persona non grata (1986), es el título más representativo de su obra ya que en él se aúnan lo político y lo filosófico. Como ocurre con Darwich, su relación peculiar con España tenía a García Lorca y a Alberti como dos de sus principales fuentes. Publicó más de veinte libros de poesía. (Acceso a video).
ASÍ
Como se plana una palmera en el desierto
como mi madre deja un beso en mi frente
como mi padre se cubre con su capa
y revisa con mi hermano la lección de lectura
como la espiga brota de la tierra
como sonríe a los enamorados una estrella
como un soplo que borra la fatiga del rostro del obrero
como se alza una fábrica entre las nubes
como cantan algunos amigos un refrán
como sonríe el extranjero al extranjero
como retorna el pájaro a su amado nido
como un niño que lleva sus cuadernos
como el desierto cuando recibe la lluvia
así late en mi pecho mi condición de árabe
LOS LABIOS CORTADOS
Yo habría podido relatar
la historia del ruiseñor asesinado
habría podido relatar
la historia...
si no me hubieran cortado los labios
TE QUIERO COMO AMA LA MUERTE
Más pesado,
más bajo,
cargo con mi experiencia y me marcho.
mientras seas la cima del mundo,
mientras la superficie de la tierra sea convexa,
descenderé y me alejaré,
descenderé y me alejaré.
Un día las arenas movedizas me engullirán,
me hundiré poco a poco
en la oscura eternidad de tu amor,
perderé el conocimiento,
me esconderé de las miradas,
las masas asistirán a la celebración de mi muerte,
los aventureros y los poetas me envidiarán
y tú
arrojarás una nueva joya
al cofre de tus mártires.
Te quiero,
no te arrepientas,
no tiendas la mano para socorrerme,
permíteme quererte
como ama la muerte.
te quiero como ama la muerte.
EL MIEDO
El fuego se apagará en la chimenea,
la botella se vaciará,
el disco se parará,
los invitados se marcharán,
haremos juntos la cama
y dormiremos juntos.
Te levantarás por la mañana,
prepararás nuestro maravilloso café,
los pájaros de tu apacible bosque cantarán en mi honor,
me preguntarás: ¿te despiertas?
temo que la muerte me sorprenda en mi sueño.
No, no me dormiré,
velaré hasta la mañana amiga
y observaré en tu rostro dormido
los astros de nuestro mundo futuro.
al alba
te tapo con la colcha
y me deslizo como un gato familiar,
ligero, hasta la cima del mundo,
preparo nuestro maravilloso café,
corro hacia ti,
beso tu mano dormida
y exclamo: ¡Vamos, despierta!
buenos días, razón de mi vida.
¡Vamos, despierta!
sin ti el sol no se pondrá,
sin ti el sol no saldrá.
Tawfik az-Zayad (1940-1994) fue tal vez el primer palestino que supo macerar y revalorizar la poesía popular de su país, entroncada en una tradición milenaria rica en resistencias contra la ausencia y el dolor. Nació en Nazaret, fue miembro del Partido Comunista de Israel y diputado en el parlamento de ese estado. Estudió en la Unión Soviética y en 1973 fue electo alcalde de Nazaret. Durante su actividad política, asumió la defensa contra la intolerancia de las autoridades israelíes y del sionismo en general hacia la población palestina.
Zayad fue uno de los máximos exponentes de la obra lírica de la resistencia palestina. Su propuesta poética consiste en revalorar e integrar los recursos y tópicos de la literatura popular de su país. En sus poemas los hechos se transfiguran según las formas expresivas de los ritmos y los refranes de la poesía árabe palestina. Se dirige siempre a un interlocutor: el pueblo y su ansia de liberación. Fue también novelista y dramaturgo y escribió ensayos sobre la literatura palestina. Entre sus obras, se mencionan: Estrecho sus manos; Entierren sus muertos y levántense; Canciones de revolución y rabia; Comunistas; La hoz, el sable y la melodía; Júbilos de la muerte y el martirio; Los prisioneros de la libertad y otros poemas prohibidos; Circunstancia del mundo. Zayad disfrutó de una gran popularidad y el 30 de marzo de 1976 lideró «el día de la tierra» (día de la Intifada Nacional) a pesar de la oposición de los comités locales. (Acceso a video).
NO NOS IREMOS
Aquí
sobre vuestros pechos
persistimos
como una muralla
en vuestras fauces
como cascos de vidrio
imperturbables
y en vuestros ojos
como una tempestad de fuego
Aquí
sobre vuestros pechos
persistimos
como una muralla
en lavar los platos en vuestros tugurios
en llenar los vasos de los señores
en frotar el enlosado de las cocinas negras
para poder sacar
el bocado de nuestros hijos
de vuestros colmillos azules
Aquí
sobre vuestros pechos
persistimos
como una muralla
hambrientos
desnudos
provocadores
declamando poemas
Somos los guardianes de la sombra
de los naranjos y de los olivos
sembramos las ideas como la levadura en la masa
nuestros nervios son de hielo
pero nuestros corazones vomitan fuego
cuando tengamos sed
exprimiremos las piedras
y comeremos tierra
cuando estemos hambrientos
Pero no nos iremos
y no seremos avaros con nuestra sangre
Aquí
tenemos un pasado
y un presente
Aquí
está nuestro futuro
PROVERBIOS
Según nuestro primer antepasado
se ha dicho en los proverbios
“Como un zorro
que se traga una hoz”
“Lo que el viento trae
se lo lleva la tempestad”
“Quien despoja a los demás
vive
todo el tiempo
en el terror”
Traducción del árabe: María Luisa Prieto
Versiones del inglés: G.B.
Fuentes: www.poesiaarabe.org/www.banipal.org y “Poesía palestina de combate”, La Habana, Nuestra América, 2003.
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