En materia de política exterior, quizás la mayor catástrofe perpetrada por el gobierno de Javier Milei en contra de los intereses de Argentina haya sido rechazar que nuestro país formara parte del grupo Brics (el cual debe su nombre a las iniciales de los integrantes principales: Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica; los cuatro primeros fundadores del bloque de naciones, más el quinto miembro que se sumó posteriormente).

(Dicho grupo “expresa al mundo emergente que crece, en contraste con el estancamiento relativo de la mayor parte de Occidente y el Norte Global”, consideró el estudioso de los asuntos internacionales Gabriel Merino en diciembre pasado, poco después de que el presidente argentino asumiera el cargo y su gobierno anunciara que se negaba a formar parte del Brics. Ese bloque “desde 2020 supera, en porcentaje del PBI mundial, al Grupo de los Siete” conformado por Estados Unidos, Japón, Alemania, Italia, Francia, Reino Unido y Canadá, explicó Merino tras calificar a la decisión de Milei como “lamentable, propia de una política exterior ultra-ideologizada”. El caso fue analizado en Página 12, nota del 30/12/2024). 

No obstante la gravedad de aquella estratégica medida, el tema está ausente en los debates políticos nacionales. Ello ocurre no solo por el aluvión de daños arrasadores que el régimen de extrema derecha descarga día tras día sobre la mayoría de la sociedad, y que se constituyen en urgencias excluyentes para las preocupaciones populares, sino también por la frivolidad habitual de las dirigencias democráticas, y sus criterios marketineros según los cuales solo se debe hablar de “lo que le importa a la gente”.

Más todavía: cuando el actual jefe del Estado anunció en la campaña electoral que sus aliados serían Estados Unidos (EU) e Israel (por ejemplo en declaraciones al canal televisivo La Nación Más reproducidas en la revista Semana, de Colombia; nota del 16/08/2023), ni su rival Sergio Massa ni ninguna otra figura importante del peronismo salieron a discutirle ese posicionamiento.

Así, desde la etapa previa a las elecciones hasta hoy, los actos de humillación contra nuestra Patria por parte del actual presidente de la Nación han sido permanentes y cada vez más alevosos. Lo hace con el apoyo de sus aliados mediáticos y empresariales, pero además con la indiferencia de los sectores que debieran comportarse como “oposición”.

Milei, quien nunca realiza viajes a provincias argentinas (con excepciones como aquella presencia fugaz y desvergonzada en Bahía Blanca cuando la ciudad sufrió un temporal en diciembre, o una visita a Corrientes en febrero para que un grupo ultraderechista le diera un premio), a principios de este mes se trasladó a Ushuaia para reunirse con la jerarca militar estadounidense Laura Richardson.

Allí, en la región más austral del país y del continente, en la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Altántico Sur, el mandatario nacional anunció nada menos que la construcción de una base naval conjunta con EU en la zona. (Información del diario El País, de España. Nota del 05/04/24). La reacción de la oposición argentina fue… cric, cric, cric…

Asimismo, en otro brutal acto de sometimiento bajo los intereses norteamericanos, el gobierno de nuestro país paralizó la construcción de las dos represas sobre el río Santa Cruz, financiadas por China y con un presupuesto inicial de 4.700 (cuatro mil setecientos) millones de dólares. Se trata de las obras más importante encaradas por la superpotencia oriental fuera de su territorio.

Tras la paralización de los trabajos por decisión de Milei, hace un mes la empresa constructora despidió a 1.800 trabajadores/as. El gobierno provincial inició gestiones para evitarlo. China podría requerir ante tribunales internacionales que Argentina pague un resarcimiento de 30.000 (treinta mil) millones de dólares. (Información del portal La Política Online, nota del 13/03/24). 

El servilismo ante Estados Unidos incluye la compra de 24 aviones de guerra denominados F-16, fabricados por sus empresas y luego comprados por Dinamarca, que ahora los revende a Argentina. La costosa operación económico-militar desecha una oferta china para similar equipamiento.

Ese tipo de aeronaves bélicas estadounidenses han sido usadas por el país fabricante, también por sus aliados de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte, la alianza guerrerista entre EU y naciones de Europa) y asimismo por Israel. Este martes (16/04) se realiza en Dinamarca una puesta en escena por la compraventa de los aviones, con la presencia del propio Milei. (Reporte de la revista Noticias, nota del 10/04/24). 

Apoyo de Milei a Israel

Los hechos transcurren de forma impune mientras nuestra Nación se derrumba económica, social, cultural, institucional y -lo más grave de todo- humanitariamente, por los sufrimientos de los sectores más empobrecidos de la sociedad. Además del retroceso de las clases medias en el acceso a derechos, prosperidad y perspectivas de bienestar.

Por si todo lo anterior fuera poco, el máximo jerarca del régimen de ultraderecha también humilla al pueblo palestino -un pueblo mártir- y a la necesidad de paz en el mundo, con su apoyo a Israel en la masacre de Gaza. A pesar del repudio internacional, Milei ha dicho que “Israel no está cometiendo ni un solo exceso” en territorio gazatí, y que en cambio “todo lo que está haciendo” lo realiza “dentro de las reglas del juego”. (Así lo expresó a fines de marzo en una entrevista para la cadena televisiva CNN en Español, en cuyo sitio web se puede recuperar el video de un minuto con tales declaraciones. Posteo del 26/03/24). 

En la Corte Internacional de Justicia (CIJ), órgano que forma parte de Naciones Unidas, se desarrollan desde comienzos de año las audiencias por la denuncia de “genocidio” en Gaza, presentada por Sudáfrica y que cuenta con el respaldo de unos 70 países, entre ellos los 57 que integran la Organización para la Cooperación Islámica.

A fines de marzo, la Relatora Especial de la ONU para los Derechos Humanos en los territorios palestinos ocupados, Francesca Albanese, dijo que Israel mató a más de 30.000 palestinos después de los ataques de la organización terrorista Hamás contra territorio israelí, el pasado 7 de octubre, que ocasionaron 1.200 muertes.

“Cuando la intención genocida es tan conspicua, tan ostentosa, como lo es en Gaza, no podemos apartar la vista; debemos hacer frente al genocidio, debemos prevenirlo, debemos castigarlo”, expresó la funcionaria internacional. (Información oficial de Noticias ONU, reporte del 26/03/24). 

Incluso Estados Unidos, cuyas estructuras militares, civiles, económicas y comunicacionales constituyen el verdadero poderío internacional que sustenta a Israel, ha tomado distancia de los ataques contra la población palestina aunque sin dejar de respaldar a su principal aliado en Medio Oriente.

El presidente Joe Biden calificó recientemente como “un error” la forma en que actúa el gobierno de Benjamin Netanyahu en Gaza. Agregó que solicitaba “que los israelíes simplemente pidan un alto el fuego”. Mientras que su secretario de Defensa (nombre que tiene en EU el cargo equivalente a ministro), Lloyd Austin, desechó las denuncias de genocidio pero reconoció la grave situación de hambre para los cerca de 2 millones 300 mil habitantes gazatíes, a causa de los bloqueos de Israel contra la llegada de alimentos. (Informe de la plataforma periodística francesa France-24, nota del 10/04824). 

Por último (dicho esto en el sentido de que está finalizando esta columna de opinión), el “combo” de Milei contra la paz, la cooperación y el respeto entre las naciones se completa con sus habituales injurias a otros jefes de Estado. Semanas atrás trató de “ignorante” al mexicano Andrés Manuel López Obrador y de “asesino terrorista” al colombiano Gustavo Petro.

Ambos presidentes agredidos contestaron sobriamente y con razonamientos políticos serios, al comprender que el desquicio psíquico, emocional, político y diplomático del argentino no ameritan generar más problemas todavía entre los países. (El portal de Telesur publicó detalles de cómo respondieron los mandatarios insultados. Nota del 29/03/24). 

Además de las calamidades que el régimen ultraderechista desata cotidianamente contra las mayorías nacionales, también en las relaciones internacionales Argentina sufre la humillación de su propio gobierno.

Las dirigencias democráticas y populares, perplejas y atónitas, ni siquiera comentan en público las implicancias del accionar en política exterior de Milei y las corporaciones que lo respaldan, para la vida de la Nación y de las personas comunes del pueblo.

Es más: si bien decir política “exterior” es técnicamente correcto, quizás sea un concepto que induzca a confundir sus significados profundos. Las decisiones que adopta un gobierno -representante de todo un país ante el conjunto de la humanidad- en su forma de vincularse con las demás naciones y con los poderes del mundo, tiene consecuencias directas para su propia comunidad nacional aunque esta lo ignore.

Solo pensar en las posibilidades de desarrollo perdidas por el fanatismo ideológico contra China, en la instalación de una base militar de Estados Unidos en territorio de nuestra Patria, o en el desprecio ético que puede generar en otras sociedades el apoyo a la matanza de Israel contra el pueblo palestino.

Desprecio ético, más el riesgo de involucrar a Argentina en guerras extranjeras y tragedias terroristas.