Entrevistas
20/06/2016

Remo Costanzo

“Veo el gobierno de Macri con mucha expectativa y confianza”

“Veo el gobierno de Macri con mucha expectativa y confianza” | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.
Foto: Gentileza web

El ex senador dio su visión acerca de las gestiones provincial y nacional, su fuerte oposición al kirchnerismo y su acercamiento al macrismo. Cree que el país está “frente a un verdadero cambio cultural”.

Su apariencia, su incesante actividad, hoy más relacionada con el mundo del periodismo y la literatura, sus ganas de hacer y proyectar y su vida política y social, nos hace dudar cuando nos dice que en noviembre cumplirá 83 años.

Es escribano, inició su carrera política en el 56 como delegado estudiantil en la universidad de La Plata, en 1969 se afilió al justicialismo en el que ocupó innumerables cargos provinciales y nacionales, secretario de planeamiento provincial en el gobierno de Mario José Franco en el ‘73, dos veces candidato a gobernador de Río Negro en el ‘95 y el ‘99 y senador nacional. 

-¿Cuál es su visión del frustrado gobierno de Carlos Soria y la posterior proyección del gobierno de Alberto Weretilneck?

-A poco de andar el gobierno de Wertilneck se produjeron diferentes conflictos con las autoridades del PJ, que con el tiempo llevaron no sólo a la fractura del Frente para la Victoria, sino también a la división del PJ, lo que provocó la constitución de la Alianza “Juntos Somos Río Negro”.

No tengo dudas que los dirigentes justicialistas carecieron de una proyección estratégica de permanencia en el gobierno por el que habían luchado durante tantos años entregando el poder al representante de una fracción ampliamente minoritaria del FpV.

Esa nueva realidad posibilitó que se terminara con una histórica política bipartidista en la provincia que tuvo concluyentes consecuencias.

Entre ellas, la legitimación de los dirigentes políticos de distintas fuerzas, incluidos representantes de aquellos partidos mayoritarios que permanecieron en el gobierno, el nacimiento de un nuevo agrupamiento político de heterogénea composición pero  fuertemente consolidado en esas  elecciones, con el indudable liderazgo de Weretilneck y el real y profundo debilitamiento de las estructuras hasta entonces mayoritarias del PJ y de la UCR.

Luego, con el sorpresivo triunfo de Cambiemos a nivel nacional, se provocó un aún mayor debilitamiento de aquellos partidos provinciales al apreciar que muchos de sus militantes y algunos dirigentes se suman a esta nueva fuerza nacional.

-¿Cómo visualiza esta nueva etapa Institucional en la provincia?

-No hay dudas que “Juntos” ha logrado un fuerte fortalecimiento territorial, unificar a las distintas corrientes que confluyeron en el gobierno logrando impulsar la conformación de un nuevo partido en la provincia. Esa consolidación se muestra aún más evidente apreciando la diáspora que muestran los partidos de oposición.

Está muy claro la fortaleza del gobierno y el liderazgo de Weretilneck, pero no hay mucha claridad en cuanto a una definición de las ideas, propósitos y objetivos de esta nueva  experiencia política.

Es necesario erradicar la improvisación emergente del acceso al gobierno teniendo en cuenta sólo el resultado electoral -sin minimizar sus méritos-, porque si bien aún hoy sigue siendo el medio más objetivo e idóneo para el funcionamiento de la democracia, no exime a los mandatarios de la obligación de implementar una acción de gobierno acorde con los nuevos tiempos.

Creo que se debería trabajar fuertemente en el desarrollo provincial, imaginar futuros posibles. Está fuera de toda discusión que las posibilidades del desarrollo demandan recursos materiales, pero también es cierto que no se puede dejar de lado la importancia estratégica de otros aspectos como los modos de hacer, de calificar la gestión pública, impulsar el arte de pensar considerando que el pensar fácil sin fatiga intelectual no alcanza.

-Generó mucha expectativa la creación del Instituto de Planificación en la provincia, ¿cómo marcha hoy ese proceso?

-Después de tantos años de carecer en la provincia de una propuesta vinculada con la planificación y orientación de políticas públicas, la creación de ese instituto generó buenas expectativas pero también dudas acerca de su ejecución y concretos resultados. A casi seis meses de la sanción de la ley aún no asoma su implementación y concreción. Su ubicación en el área de economía no me parece lo mejor. En ese ámbito hay problemas cotidianos que resolver que impiden una mirada a mediano y largo plazo. 

Sus propósitos, según al mayor impulsor de la propuesta el vicegobernador Pedro Pesatti lo definía como un instrumento que asegure una planificación provincial con el máximo nivel de excelencia. Inspirado en el Copade se intenta generar planes y políticas públicas de largo plazo que promuevan la integración y el desarrollo de la provincia. Las intenciones son loables, es de esperar  su pronta implementación.

-¿Es posible una planificación integral de la provincia?

-No sólo es posible, creo que es absolutamente necesario planificar las políticas de Estado, pero para esto se tiene que tener una visión clara acerca de los objetivos de un gobierno.

La geografía provincial muestra claramente la necesidad de utilizar esa herramienta fundamental. La persistente crisis valletana, la parálisis del Idevi, el cambio de un  paradigma productivo en la Línea Sur, la posibilidad de un desarrollo ganadero a partir del corrimiento de la barrera sanitaria, el desarrollo pesquero y minero constituyen una problemática que solo podrán solucionarse con planes de políticas públicas de larga plazo.  

La planificación no solo asegura esos logros, sino también una eficaz gestión y garantiza las prioridades establecidas en las metas preestablecidas de un gobierno. Por todo eso la planificación casi es una exigencia.  

-¿Qué lectura hace de los gobiernos del matrimonio Kirchner?

-Considero inoportunos y desafortunados los extremos, tanto lo de la década ganada como lo de la década perdida. Fueron 12 años de gobierno con cosas buenas, regulares, malas y muy malas por lo que se desnuda en este último tiempo. Pero en lo que nunca estuve de acuerdo con esa cosmovisión mesiánica de los años ‘70, y aún menos con un relato autoritario constituido en un mundo de beneficiarios que tenían castrada la capacidad de disentir.

No niego que haya quienes están convencidos y comprometidos de buena fe. En Río Negro alguien dijo alguna vez, el peronismo será kirchnerista o no será nada. Puede haber mayor convencimiento. A mí personalmente me cuesta creer las razones de quien hizo tamaña y desafortunada manifestación, pero no por eso reniego de su existencia pese a estar convencido que son los favores del poder las que impulsan esas actitudes, de lo contrario podrían manifestar alguna vez alguna disidencia.

Ya vendrán los tiempos para hacer un revisionismo de una década donde se mezclaron los barones del conurbano, las largas gobernaciones feudales recibiendo el apoyo de reivindicaciones y luchas históricas en la que jamás coincidieron. 

Tales mezclas de izquierdas y de derechas no suelen soportar las derrotas. El poder amontonó enemigos irreconciliables. La pérdida del poder los vuelve a sus lugares mostrando que más de uno ha perdido su dignidad en la supuesta patriada.

-¿Cuál es su visión de estos seis meses del gobierno de Mauricio Macri?

-Con mucha expectativa y confianza. Estoy en el lugar de los convencidos que hay que darle tiempo al nuevo gobierno que impulsó las obligadas y necesarias medidas económicas. Después de leer las 223 páginas de “El estado del Estado” referido a la herencia recibida amplié mucho más aquel tiempo necesario para que esas medidas económicas de fortalecimiento y desarrollo tengas el efecto esperable. No es adecuado analizar al gobierno por lo que vemos hoy.

Comparto la actitud política de los opositores incluidos peronistas que han asumido una oposición constructiva alejada de quienes sólo pretenden poner palos en la rueda en nombre de incomprensibles reivindicaciones.

Creo que estamos frente a un verdadero cambio cultural en la política donde juega un papel preponderante las nuevas generaciones en los distintos partidos políticos. Rechazan el atajo deplorable de la violencia que, según lo enseña la historia, empieza con la palabra y termina con los hechos.

Lo vemos en el Congreso que dejó de ser una escribanía para convertirse en el ámbito natural de la discusión democrática. Se terminaran las leyes aprobadas a libro cerrado, la ley de pago a los jubilados y blanqueo recibió más de 30 modificaciones mostrando no sólo la apertura del gobierno sino también una oposición que las enriquece.

29/07/2016

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