“Uno camina en todo el país y ve a los jubilados y los discapacitados, y lo que pasa en todos lados es lo mismo: empiezan a hablar y a los treinta segundos se quiebran a llorar porque tienen su vida desorganizada, desestructurada”, describió el ex ministro de Salud de la Nación, Daniel Gollán, al reflexionar sobre el contexto del suicidio de un jubilado en Mar del Plata, y destacó que “estamos asistiendo a un gobierno de ricos para ricos, que le saca hasta el bastón al ciego”.

Como integrante del gabinete de Cristina Kirchner explicó que “sería un desastre sanitario” la aplicación del proyecto de un legislador del Pro para que la vacunación no sea obligatoria, y aunque afirmó que no cree que esa medida se concrete, “seguramente con esta estrategia de tirar mil cosas y de avanzar con una sí y otra no, es probable que sigan avanzando con la intención de por lo menos sacar algunas vacunas del calendario y que la gente las pague de forma particular”.

En diálogo con , y respecto de la candidatura a senadora de la ex presidenta de la Nación, Gollán consideró que lo singular es que mide bien en las encuestas de intención de voto pero “no porque sea una candidata que ahora le cae bien al electorado, sino que es un electorado muy consciente de todo lo que obtuvo en términos de mejora de su calidad de vida durante 12 años”, y que además ella “tiene una transferencia afectiva muy fuerte con al menos un tercio de la sociedad”.

-¿Cómo impactan las políticas de ajuste del gobierno en el sistema de salud?

-Desde hace un año y medio están empezando a retirar todas las políticas de programas del ministerio de Salud de la Nación en todo el territorio. Algunos programas han desaparecido y otros están totalmente subejecutados, lo cual ha resentido muchísimo porque eran un complemento importante de las acciones de salud que están bajo la órbita de las provincias, como los planes Qunita, Argentina Sonríe, Salud Sexual y Procreación Responsable, Remediar, enfermedades transmitidas por vectores, inmunizaciones. Todos estos programas o han sido discontinuados, o han sido subejecutados, o se ha disminuido o prescindido de todo el personal. Esto genera un primer problema ya que se siente mucho la falta de esta asistencia. Segundo, hay un problema importante en todo el sector público prestador, hospitales y primer nivel de atención, producto de la merma de la recaudación impositiva, que ha generado una crisis en términos de insumos, de mantenimiento de centros de salud, de personal, etc. Hay una tensión muy fuerte entre los recursos con los que cuentan los Estados provinciales y municipales, y el incremento de los costos para prestar servicios de salud, por lo que entran en un déficit donde hay menos prestación y en algunos lugares se sale con medidas como generar el pago de bonos, de sacar recursos de los bolsillos de los contribuyentes para mantener las prestaciones. Por el lado de las obras sociales y el PAMI, se están desfinanciando por lo mismo. Como se nutren de un porcentaje de los salarios y aumentan a una razón de un 20% y los insumos y prestaciones médicas suben a un ritmo de un 60%, los fondos no alcanzan. Entonces se empiezan a cobrar coseguros, se empiezan a cobrar los medicamentos que antes eran gratuitos, empiezan a dificultar toda la tramitación para acceder a determinadas prestaciones, y se empieza a ver cómo la gente deja de hacer tratamientos y de asistir al médico porque no puede pagar de su bolsillo. Porque encima de esto hay un deterioro de la calidad de vida producto del aumento de los alimentos, del transporte, de la energía, y todo esto va impactando en la salud. El panorama que uno ve en el país, más allá de cualquier esfuerzo que pueda hacer una provincia, es de un deterioro causado por el deterioro de la situación general.

-¿Cree que se puede enmarcar en esta situación lo que ocurrió con el jubilado en Mar del Plata?

-Esa es una situación extrema muy lamentable, pero no hace falta rajarse un tiro en un lugar público para suicidarse. Uno camina en todo el país y ve a los jubilados y los discapacitados, y lo que pasa en todos lados es lo mismo: empiezan a hablar y a los treinta segundos se quiebran a llorar porque tienen su vida desorganizada, desestructurada, y tienen que ser ayudados por sus hijos pero los hijos no pueden, porque también han perdido sus trabajos o no les alacanza el dinero. Entonces se genera todo un círculo muy triste que hace que mucha gente por ahí no se pegue un tiro pero se deje morir. O hay gente por ejemplo que tiene que recibir tratamiento de diálisis y le sacaron la pensión de discapacidad, y junto con eso perdió la obra social Incluir Salud que le daba el Estado nacional, y no puede afrontar los 30 mil pesos por mes de esa prestación y se pone en riesgo su vida. O lo que le pasa a muchísimos jubilados que dejan de tomar la medicación porque es muy cara o dejan de aplicarse la insulina, o dejan de aplicarse la medicación para la diabetes o para la hipertensión porque les sale muy caro y antes le cubría el 100% y ahora no. Y tiene que ir a hacer colas y colas para ir a autorizar los remedios, que antes le entregaban diez y ahora cuatro, antes le entregaban hasta tres envases que cubrían todo el mes de tratamiento y ahora le entregan dos, por lo que si uno necesita 90 comprimidos ahora le dan 60. Todo es así, todo es complejizar los trámites, con todos los medicamentos y los tratamientos. Hay mucha angustia y mucha tristeza en nuestros ancianos y muchos de ellos empiezan a no querer comer, a dejarse estar, lo cual puede conducir a una situación de riesgo de vida.

-¿Cómo ve el proyecto que anula la obligatoriedad de las vacunas?

-Es un desastre, porque sería un desastre sanitario. Ha habido una reacción muy fuerte de las asociaciones científicas, médicas, de infectología, de inmunología. Es curioso que no haya salido el ministerio de Salud a decir que no va a acompañar. Sería un desastre para el país porque es un avance muy importante que tuvimos con la incorporación de trece vacunas nuevas, un proceso de concientización, la capacitación de miles y miles de vacunadoras, la conservación de cadenas de frío. Todo eso no está siendo financiado por el gobierno nacional pero todavía se sostiene, y se perdería si pasamos a que cada uno pueda decidir si se quiere colocar una vacuna o no. Ya estamos empezando a poner en duda si las vacunas son buenas o no, todo esto es muy malo porque empiezan a bajar los índices de inmunización y cuando hay muchos susceptibles porque no están inmunizados aparece la circulacion de los virus como está pasando con el sarampión en Estados Unidos y Europa. Y así aparece la recirculación de virus que ya no circulaban hace mucho. Creo que (el proyecto) no va a salir pero es un llamado de atención porque como vienen desfinanciando progresivamente todo el programa nacional de inmunizaciones, seguramente con esta estrategia de tirar mil cosas y de avanzar con una sí y con otra no todo el tiempo, es probable que sigan avanzando con la intención de por lo menos sacar algunas vacunas del calendario y que la gente las pague de forma particular.

-¿Cómo evalúa el fallo de la Justicia sobre el plan Qunita?

-El fallo es muy bueno porque si bien la parte final dice que todavía no se incluye el moisés y el saquito, ya estamos haciendo gestiones para que le llegue al Tribunal Oral la información de todos los expertos que opinaron que debía distribuirse todo el kit y que el ministerio de Salud ocultó maliciosamente. Si la justicia los llama, la Asociación Argentina de Pediatría, de primera infancia, de terapia intensiva, la Unicef, el INTI, todos van a afirmar que era una gran mentira y que debe distribuirse el kit completo. Estamos en ese trámite y vemos muy buena voluntad por parte del Tribunal Oral de poner primero el tema de salud pública para que los chicos puedan tener acceso a esto que tanto necesitan.

-¿Cree que todo esto evidencia políticas del gobierno que desprotegen a los más vulnerables?

-Es una política de sacarle todos los recursos a los más vulnerables, incluso a los discapacitados y los viejitos. Frente a este espectáculo obsceno de una deuda externa donde los que ponen 2.700 millones van a retirar 20.000 millones de dólares y endeudan a nuestro país de por vida. Vemos todos estos negociados que llenan los bolsillos de las empresas de las cuales son dueños el presidente y su grupo de colaboradores. Las compañías energéticas son de ellos y les dan ventaja, las autopistas son de ellos y les dan ventaja, todo es de ellos y hacen negocio para ellos. Estamos asistiendo a un gobierno de ricos para ricos, que le saca hasta el bastón al ciego.

-Usted afirmó que el gobierno está postergando medidas de ajuste para después de las elecciones. ¿Cómo analiza ese proceso?

-Lo dicen los diarios Clarín y La Nación, y todos los economistas amigos del gobierno, que están anunciando para después de las elecciones una serie de medidas como congelamiento de salarios, una medida similar de las jubilaciones, recortes por todos lados, una devaluación importante del dólar con un rebrote del proceso inflacionario. Todo esto es porque el déficit fiscal del gobierno es impresionante, lo han más que duplicado, y en algún momento van a tener que hacer el ajuste que le están exigiendo el Fondo Monetario internacional y otros organismos para seguir pidiendo dinero porque si no, no le van a prestar más. Le siguen prestando ahora hasta las elecciones para tratar de garantizar que siga este modelo con el que estos organismos hace pingües negocios. Pero una vez que pasen las elecciones se viene un ajuste feroz. Y el pronóstico nuestro es que el déficit fiscal, en la medida en que se siga achicando la economía va a seguir creciendo, porque la única manera de achicar el déficit es que el país empiece a producir fuertemente, que se empiecen a pagar impuestos y que haya dinero para la salud y para la educación. Porque si no, se genera un círculo vicioso. Así que el ajuste lo están anunciando, como en Fútbol Para Todos, hay que empezar a pagar pero lo van a poner en noviembre, todo pensando en las elecciones.      

-¿Cómo cree que se va a desarrollar el proceso de elecciones? ¿Cree que va a haber un juego limpio?

-Va a haber que ser muy cuidadosos, poner fiscales en todos lados, controlar a esta empresa que va a manejar las elecciones, que es privada y ha merecido el repudio de la junta electoral nacional. En definitiva tenemos mucha confianza de que la gente va a hacer un voto castigo hacia el gobierno porque en eso le va a la vida. Van a ver una posibilidad de tener un trabajo, un futuro, si cambiamos esto. Tal vez haya gente que se mantenga en su voto aunque esté muy embromada por el tema económico, porque tienen un poder publicitario a partir del bloqueo mediático que tienen, por la muralla de protección que han tejido los medios grandes alrededor del gobierno, pero lo que le pasa a la gente con el bolsillo a la larga termina siendo más importante. Creo que la elección va a ser muy buena, la candidata (Cristina Kirchner) está midiendo muy bien pero no porque sea una candidata que ahora le cae bien al electorado sino que es un electorado muy consciente de todo lo que obtuvo en términos de mejora de su calidad de vida durante 12 años. Es un persona que además tiene una transferencia afectiva con al menos un tercio de la sociedad que es muy fuerte, y que también hace a la política. No es lo mismo ser una persona con un buen carisma y que te conozcan, a que se agregue un factor importante como la transferencia afectiva y el amor que le tienen a Cristina, solamente equiparable con Perón, Eva Perón y Néstor Kirchner. Otros políticos no han tenido esa transferencia, y eso está muy fuerte y muy latente en la gente.