El ex titular de la cartera económica de Cristina Fernández de Kirchner, Axel Kicillof, realizó una reciente investigación en la que analiza la relación del Estado nacional con las provincias en el gobierno de Cambiemos.

Según el diputado nacional del FpV, el macrismo ajustó el gasto y aumentó el déficit a la vez. Redujo el gasto en términos reales un 2%, pero como su política económica tiene efectos recesivos, al caer la actividad, baja también la recaudación, que se contrajo un 4% en términos reales. En este marco, el descenso de la recaudación contrajo la masa de coparticipación que reciben las provincias, generándoles un ahogamiento.

-¿Cuál es la relación económica que tiene el Ejecutivo nacional con las provincias y cuáles los criterios que observa según el signo partidario que las gobierna?

-En relación a esto realicé un trabajo de investigación para analizar cuál es ese fenómeno en términos globales, a pesar de que la información al respecto ni es pública, ni está reunida. Al investigar, me encontré con una situación que podría sintetizarse de la siguiente manera: hay muchas provincias que con lo que reciben de coparticipación y lo que recaudan no alcanzan a cubrir ni si quiera sus gastos corrientes. Es decir, que más allá de la política económica que estén desplegando, necesitan de la ayuda del gobierno nacional para directamente poder pagar sueldos. La política económica de Macri genera cada vez un mayor ahogo a las provincias, independientemente de cuál sea el desempeño o la situación precedente. Por ejemplo, los recursos coparticipables han crecido en 2016 un 28%. Esa es la masa de recursos a repartir por el criterio de coparticipación en las provincias, y la inflación fue arriba del 40%. Esto quiere decir que la transferencia automática del estado nacional a las provincias, es mucho menos que antes. En este marco, la base fiscal se va deteriorando a medida que avanza la recesión y la política impositiva de perdonar impuestos a los sectores más concentrados.

Hay un mecanismo montado que intento mostrar con números objetivos, y viene dado qué provincias reciben asistencia del gobierno nacional y cuáles no. Se puede hacer una clasificación bastante amplia, pero el caso más notorio es la provincia de Buenos Aires gobernada por el PRO, que no puede pagar los sueldos. En el año 2016 se giraron 190.000 millones de pesos a las provincias a través de los mecanismos que tiene la Nación para girar o permitir endeudamiento. Del total, 80.000 millones fueron a la provincia de Buenos Aires y 30.000 millones a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA). Pocas veces se ha visto una política tan anti federal, tan ligada a la afinidad política. La política económica de Macri genera cada vez un mayor ahogo a las provincias

Al mismo tiempo, Macri obliga a todas las provincias a aplicar duros programas de ajustes o bien recurrir al endeudamiento, como es el caso de Mendoza que emitió deuda por 500 millones de dólares. A veces la forma más perversa del endeudamiento. Deberíamos actuar rápidamente desde el Congreso Nacional para prohibirla, es permitir o más bien obligar a las provincias a endeudarse en dólares, cuando su recaudación no está atada al dólar. Esta política es cavar un agujero en el que tranquilamente podés caer.

-¿Ve una contradicción entre la idea de Macri de achicar el Estado mientras hace que las provincias dependan cada vez más del gobierno nacional?

-En 2015, después de muchos litigios con la Corte Suprema, salió un fallo del máximo tribunal que aumentaba el porcentaje un 15% de coparticipación a todas las provincias. Lo hacía en realidad a partir de tres provincias, pero nosotros consideramos que se volvía ilegal no hacerlo con todas las demás. Por eso incrementamos el porcentaje de coparticipación.

Sin embargo, también existe la cuestión estructural que planteás, porque indudablemente el modelo neoliberal trae consecuencias estructurales más allá de los problemas a corto plazo.

Hoy como problema a corto plazo tenemos que Argentina se está endeudando, que el gobierno tiene una política de tasas de interés de Lebac a través del Banco Central muy altas, y eso es más rentable que cualquier proyecto productivo. Entonces está ahogando las inversiones productivas y además facilitando la llamada bicicleta financiera. Es un problema que tiene consecuencias a corto plazo. Algunos impactos visibles son la caída del Producto Bruto Interno (PBI), la devaluación y la caída de los salarios.

A mediano y largo plazo lo que vemos es que están endeudando fuertemente al país, y que además se está desarrollando un proceso de desindustrialización de nuestro tejido productivo. Obviamente con la entrada de importaciones, el tipo de cambio atrasado, y el deterioro del mercado interno, la producción nacional de cualquier índole se ve muy perjudicada. Por otra parte, este gobierno tiende a concentrar regionalmente en la zona de la Pampa Húmeda y cercana al puerto, naturalmente esto ha pasado en todas las etapas de neoliberalismo. El gobierno está ahogando las inversiones productivas y además facilitando la llamada bicicleta financiera

-¿Cuál es la situación de las economías regionales?

-Es uno de los sectores que más daño está sufriendo. Macri les ofreció el oro y el moro. Dijo que devaluando y sacando retenciones iba a salvar a las economías regionales de las dificultades que han tenido, algunas de ellas bastante notorias a partir de la crisis del 2008 por la caída de los precios internacionales.

Sin embargo, cuando asumió el gobierno, lo primero que hizo fue pinchar el mercado interno. Las economías regionales, algunas exportan más pero casi todas colocan producción en el mercado interno, y están sufriendo mucho. La crisis es visible en peras y manzanas, en todo lo que es vinos, en la leche. A eso se agrega la apertura de las importaciones y la pérdida de mercado porque la situación mundial tampoco es positiva.

Macri le prometió a las economías regionales el paraíso y lo que encontramos es que si había crisis en alguna de ellas por situaciones internacionales, se profundizaron. Una de las causas fue el deterioro de la capacidad de compra de todos los argentinos, que hace que el mercado interno pueda ser aprovechado por los productores nacionales.

-En el caso de Santa Cruz el ministro Frigerio afirmó que ayudarán a la provincia siempre y cuando “cambie sus formas de gobernar”. ¿Cómo van a influir este tipo de prácticas en los armados electorales para las legislativas de octubre?

-Esa política extorsiva ya se ha reflejado en el tratamiento de determinadas leyes en el poder legislativo. Se daba la paradoja, o la sorpresa, de que el gobierno de Macri tiene minoría en las dos cámaras, y sin embargo le aprobaban todas las leyes.

Cuando los propios diputados y senadores hablaban, decían algo parecido a lo que nosotros estamos conversando: que Macri había planteado que no les iba a pasar recursos, en algunos casos necesarios para sostener aún el pago de los gastos mínimos de las administraciones, si no les votaban las leyes. Esta práctica no es propia de la democracia, porque ningún argentino votó a un gobernante o un legislador para que termine decidiendo su postura por una extorsión financiera del gobierno nacional. Esto ya ha tenido algún efecto, sin embargo hay algunos legisladores que han sostenido sus posiciones ideológicas.

En algunos casos la extorsión se da prometiendo obras, en otros amenazando con cortar recursos. Macri consiguió juntar los votos que necesitaba para que el Congreso apruebe leyes muy dañinas para el país como el blanqueo, la reparación histórica, el pago a los fondos buitres y un presupuesto endeudador.

Esto ha influido en la política, pero ahora estamos frente a una elección de medio término y me parece que muchos argentinos, incluso algunos que votaron al gobierno, se están replanteando la política que lleva adelante Macri más allá de sus propagandas y su discurso. El presidente habla de unir a los argentinos, sin embargo expresa un alto nivel de violencia discursiva y real, a través de la represión.

Macri planteaba en su campaña “pobreza cero” y las estadísticas de sectores muy afines al gobierno hablan de más de un millón y medio de nuevos pobres. La verdad es que aquellos que lo votaron por su campaña electoral, están en un proceso de replanteo que no necesariamente implica que cambien su idea respecto al gobierno anterior. Pero sí, repensar en los que mintieron en la prensa afirmando que Macri era un excelente gobernante y que iban a vivir mejor, que era la persona más honesta del mundo y que su grupo de gerentes eran el mejor equipo. Después de graves hechos de corrupción, como el caso del acuerdo con el Correo, Avianca, Odebretch, Arribas, y la plata de la vice presidenta, creo que muchos se están replanteando el voto.

Me parece que nada gana el gobierno de Macri apurando a los gobiernos provinciales para que hagan un ajuste porque eso va a terminar perjudicando a las provincias y a la Argentina en general. El presidente habla de unir a los argentinos, sin embargo expresa un alto nivel de violencia discursiva y real

-¿Qué impresión tiene de la reunión de Macri con el presidente Donald Trump?

-Veo a Macri más cerca de Trump que de los argentinos y de los problemas cotidianos de la sociedad. Se ha instalado, y creo que se convirtió en una especie de pieza del saber popular, que Macri gobierna para los ricos. Entonces, cuando uno lo ve tan a gusto en esos lugares obviamente hace el contraste con lo que le pasa al presidente cuando va al territorio y recorre el país.

Tanto a Macri como a su partido político le convendría un poco replantearse hasta qué punto es democrático prometer un montón de cosas que cuando se llega al gobierno no se cumplen. Es el caso del 82% móvil que prometió a los jubilados, la promesa de no cobrar impuesto a las ganancias a los trabajadores, o un salario más digno para los docentes. Vidal hablaba de 40 mil pesos y ahora lo que recibieron son palos. Prometieron además mantener el fútbol gratis, porque lo del fútbol para todos básicamente consistía en que todos los argentinos, tengan o no capacidad para pagar un cable, puedan ver el fútbol.

Se ha retrocedido en tantos derechos y se han generado situaciones que están tan reñidas con lo que prometieron, que me parece que están poniendo a prueba el sistema mismo, porque no se puede prometer cualquier cosa porque te lo recomienda tu agente de marketing o publicidad, para después gobernar con un manual o un recetario que tiene como mínimo 50 años de antigüedad, que es el neoliberalismo.

Si Macri y los gobernadores decían en campaña lo que iban a hacer, como decía Menem, nadie los votaba.