Sandra Rodríguez, compañera del maestro Carlos Fuentealba, asesinado el 4 de abril del 2007, prefirió en este décimo aniversario el calor de sus padres. Está en Buenos Aires, es la primera vez en 10 años que un 4 de abril toma distancia. Está cansada y especialmente afectada, particularmente por la absolución de los 15 imputados de la causa Fuentealba II, en septiembre pasado. Dicha causa investigaba las responsabilidades operacionales del operativo y las responsabilidades políticas de la represión.

“Estoy en la casa de los viejos. La primera vez que no voy a un acto. En septiembre la pase muy feo y ya había dicho a mis hijas que cada una haga lo que sienta. Fueron 10 años muy duros”, explica Sandra por teléfono.

Una familia docente

El 4 de abril del 2007 Sandra tenía 39 años, Carlos 40 y  las hijas, Camila, por cumplir los 15, y Ari 9, años. Sandra cuenta que en su momento fue imposible explicarles a las chicas lo que pasó. “Cómo explicar que salió papa un día a manifestarse y no volvió más. Yo misma no lo podía entender", concluye.

Refiere que  Carlos hizo un gran esfuerzo para recibirse y ser maestro. Era obrero de la construcción y militante sindical de la UOCRA. Comenzó a estudiar luego de acordar que sería  ella quien sostendría la economía del hogar para que él terminara el estudio. Comenzó a ejercer en el 2004, poco tiempo, como un suspiro.

Sandra recuerda: “Si yo lo había bancado en tiempos de desempleo,  cómo no lo iba a bancar para algo tan importante como invertir en estudio…”. Sin embargo reflexiona que “trabajó muy poquito de maestro, fue como un suspiro lo de la docencia. Actividad que le apasionaba. Él admiraba que fuera docente y creo que era lo que deseaba ser, maestro”.

El conflicto

El gremio ATEN presentó decenas de pedidos de audiencia en la Casa de Gobierno de Neuquén durante el 2006. En octubre de ese año el gremio empezó a pedir dialogar sobre salarios y los problemas de infraestructura. El gobierno de Jorge Sobisch, en cambio, decía que no hablaría de salarios.

En diciembre el gremio advirtió que se corría el riesgo de no empezar las clases si el gobierno no se sentaba a dialogar. El 5 de marzo del 2007 no comenzaron las clases y el 6 se movilizaron 5.000 personas.

El 8 de marzo, el por entonces ministro de Educación, Alfredo Esteves, insistió en que no se hablaría de salarios. El 19, 10.000 personas movilizadas llegaron desde toda la provincia en una marcha provincial.

A fines de marzo comenzaron los cortes de rutas parciales y flexibles en toda la provincia. Entonces que el gobierno hizo una oferta insignificante de un sueldo inicial de 1.100 pesos que mantenía el salario docente bajo la línea de pobreza.

El lunes 2 de abril ATEN levanta la medida como muestra de buena voluntad y para que el gobierno haga otra oferta. Ante el silencio del gobierno las asambleas deciden un corte de ruta en arroyito para el 4 de abril.

El gobernador Sobisch respondió enviando al lugar del corte anunciado a la Despo, el grupo especial de la metropolitana, la tanqueta hidrante y los grupos especiales (GEOP) de Cutral Co, Zapala y Junín de los Andes. Se dispuso llevar cerca de 600 municiones entre cartuchos de escopeta 12,70 y cartuchos de gas lacrimógeno, además de las municiones y armas reglamentarias.

 -¿Qué quiso hacer Sobisch?

 -Quiso demostrar un perfil de gobernador mano dura. Hay que recordar que en ese momento Sobisch era candidato a presidente y que en ese momento despliega el armamento que compró con el famoso Plan Integral de Seguridad, bajo el asesoramiento de Eugenio Burzaco (actual secretario de Seguridad de la Nación). Quiso mostrar que reprimía la protesta social y que era capaz de escarmentar a los docentes. El sindicato era la oposición más importante que tenía en ese momento.

 A mí en este momento, con el contexto actual, hay cosas que me remiten a ese tiempo: la intolerancia, el no poder dialogar sobre derechos adquiridos, no poder discutir salarios, condiciones dignas, la calidad educativa, la defensa de la escuela pública, los funcionarios “voluntarios”.

 - Es cierto que Sobisch no ha pagado su responsabilidad pero mucho se ha logrado. Digo, la condena a quien tiró del gatillo y la lucha incansable por Justicia. Es difícil pensar que un gobierno se anime a reprimir a docentes.

 -Cuando hablamos de un Nunca Más y de Justicia, hay 2 cosas. Algo para lo personal, para la familia, y también para lo colectivo. Fue muy difícil ser querellante y sostener una causa durante 10 años militando para que se haga justicia. Ahora nosotras somos víctimas del asesinato de Carlos pero víctimas de la justicia también. El Poder Judicial de Neuquén no esclareció toda la verdad de lo que pasó ese día, nos negó la tutela judicial efectiva prescribiendo la causa Carlos Fuentealba II, con las características de grave violación a los Derechos Humanos como si fuera una causa simple. Para nosotros fue un crimen de Estado con la estrategia de la dictadura.

 La causa judicial por el asesinato del maestro se desdobló. El cabo José Darío Poblete fue enjuiciado y condenado prisión perpetua en 2008 como autor del disparo que dio en la nuca del maestro.

La causa “Fuentealba II”, que investigó las responsabilidades operacionales y políticas de la represión termino con los 15 imputados sobreseídos, y Sobisch ni siquiera acusado. Se argumentó que se daba por  extinguida la acción penal. Ante la apelación de los abogados de Sandra el Tribunal Superior de Justicia dejó firme el fallo absolutorio.

Hoy el nuevo abogado de Sandra, Marcelo Medrano, será el encargado de llevar en queja el caso ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

La última herramienta para lograr que 10 años de permanentes reclamos de justicia no sean en vano. Para que Sandra pueda volver a ser, ni más ni menos, una sacrificada familia docente.