La subsecretaria de Derechos Humanos de Neuquén, Alicia Comelli, consideró que “es razonable pensar y sintetizar que Milagro Sala es una presa política” dado que la causa por la que se la investiga “está vinculada a la actividad política”.  

La funcionaria agregó: “lo que se está haciendo” con Milagro Sala “es llevar un estado de sospecha a un estado de condena” y “en términos institucionales, eso es peligroso”.

Comelli destacó la relación con los organismos de defensa de los Derechos Humanos de la provincia y aseguró que hay un discurso que “se reproduce, pero es desde la ignorancia cuando se dice esto de que los DDHH no son para todos”.

En políticas de género, la subsecretaria dice que la legislación esta toda escrita, que ahora el cambio es cultural, y que hay que entender que “no hay políticas públicas sin recursos”.

- ¿Cómo ha sido el trabajo durante este primer año?

-Nos propusimos diseñar una herramienta que no sólo se aboque a la protección y promoción, que son las típicas áreas institucionales que exige Nación y la Convención Interamericana, sino también un observatorio con el cual pudiéramos progresivamente ir midiendo, desde la perspectiva del ciudadano, la realización o no de los DDHH en la políticas publicas comunes de todos los días.

Eso, sin por ello dejar de lado ni del área que creamos específicamente, de Memoria Verdad y Justicia, en el presente año, en el que se cumplen 40 años del golpe cívico militar. También, la incorporación en la subsecretaría del área de Diversidad Sexual, que tiene un rango de dirección, y la profundización de las tareas del área de Diversidad Cultural.

Así que fue un año de puesta en régimen, de apuesta y error, pero creo que estuvo bien; pudimos hacer consultas y atenciones, más de 4.000 a partir del programa Conociendo Nuestros Derechos, y a la vez pudimos dar respuestas individuales, puntuales, a situaciones que se desconocían. La mayoría de la gente tiene que aprender que tiene derechos, que tiene derecho a tener esos derechos, creo que es lo más esfuerzo nos está llevando.

-¿Había una deuda respecto de estas temáticas en la provincia?

-La primera área de Derechos Humanos en la provincia yo la cree cuando estaba en la subsecretaría de Seguridad Ciudadana, pero se concentraba más en las actividades vinculadas a las leyes preparatorias. En hacer el trámite para acogerse a las normas provinciales o nacionales y eventualmente algún registro por violencia institucional, no creo que fueran más allá.

La idea nuestra es, sin dejar de trabajar en lo que hace a la memoria colectiva, a la construcción de memoria colectiva, entender que cuando hablamos de DDHH hablamos para todos los días, para todos los hombres, para todas las mujeres, para el desarrollo armónico de nuestra vida en Sociedad. Que incluye el derecho al ambiente, el derecho a la ciudad. Trascender lo que conocemos como los derechos económicos, culturales o sociales, o de segunda o tercera generación.

-¿Cómo es la relación con los organismos de Derechos Humanos acá en la provincia?

-Bien, muy bien. El área de Memoria y Verdad está trabajando en eso muy bien, empezamos con el acompañamiento a los juicios y el requerimiento a Nación de sostenimiento y acompañamiento a los juicios y también nos acompañaron cuando hicimos el primer mural que hicimos sobre la avenida, en unas de las paredes de la universidad, ahí también empezamos a interactuar con la universidad, y recién hace un minuto terminamos de hacer menciones para destacar instituciones o personas por el trabajo en DDHH.

Lo hicimos para el doctor Goñi y estuvo la APDH para recibirlo en nombre de él y Noemí Labrune habló en nombre de él. Así que creo que es una de las veces en que estamos teniendo mejores canales, cada uno por supuesto en la diversidad de pensamientos, de defensas, de acciones y de posicionamientos porque tenemos un objetivo común. Y es que los Derechos Humanos en esta capital neuquina puedan estar en el centro de la escena.

- Hay un sector de la sociedad que se refiere a los Derechos Humanos de manera crítica, dice que son sólo para un sector. -¿Cómo se convive con ese discurso?

-Ese es uno de los temas que planteamos permanentemente. La gente asocia Derechos Humanos a la última dictadura o a las personas detenidas, y se queda ahí, entonces hace una falsa confrontación entre seguridad y DDHH. Primero que Seguridad Ciudadana y DDHH no son antagónicos sino que uno, la seguridad ciudadana, hace a la realización del otro. Y después, hay que entender que es un sistema internacional en el que nos hemos comprometido, después de siglos de considerarse los seres humanos que eran distintos, de primera, de segunda, blancos, negros, judíos, católicos, musulmanes, de entender que no, que somos iguales en derechos por la sola condición de ser humanos. Desde la ignorancia, se dice esto de que los DDHH no son para todas y todos, pero sí los son y el primer obligado es el Estado. El Estado es el que firmó una Convención Americana de Derechos Humanos

Estamos obligados porque así lo hemos convenido con el mundo. Y no significa que sea sesgado para un sector y doy un ejemplo muy claro. Siempre dicen: “la policía no tiene Derechos Humanos”. Si los tiene, por supuesto que sí. El policía que no fuere atendido como debe ser, como cualquier ser humano, en el sistema de salud, por supuesto desde el Estado se le violan los DDHH a esa persona, que debe ser asistido en igualdad de condiciones que cualquiera.

- ¿La policía en la provincia está capacitada? ¿Se trabaja en estos temas también con ellos?

-Estuvimos nosotros en la Escuela de Policía, donde están haciendo la tecnicatura en Seguridad, hemos dado varias charlas y también cuando avanzamos en conocer profundamente desmitificamos un montón de prejuicios. La policía es un servicio esencial de seguridad para todos, es la fuente de la división para la conformación del Estado mismo, pero quiero decir eso no significa que no tengamos que permanentemente ver y rever situaciones porque la dinámica es muy grande, no solamente a través de las nuevas tecnologías sino de las formas de relacionarse de la sociedad. Tenemos una sociedad que quieran o no es violenta, discrimina por clase social, uno de los primeros lugares aparece la cuestión del migrante, una provincia que es limítrofe con Chile, entonces esas violencias hacen que tengamos que tener muy en claro la función de la policía.

La verdad que cuando vemos en las estadísticas las mayores violencias institucionales no se dan en la policía, que las hay y por supuesto hay que cuidarlas y atacarlas, sino en los sistemas de salud público o priv. Allí, el maltrato al paciente que es lo que más se da. Las esperas, quienes se sienten muy mal y no consiguen turnos, en las internaciones la falta de información. Eso es lo que hemos visto más.

-En políticas de género y violencia este año se dio de nuevo el fenómeno ‘Ni Una Menos’ se visibiliza cada vez más, ¿Qué falta desde el Estado?

- Primero queda claro que esto no va a cambiar de la noche a la mañana, porque viene desde el principio de la historia, hay algo que tiene que ver con esta construcción cultural de los distintos roles de la sociedad patriarcal que hace que poco a poco se van dando las transformaciones. Tenemos 20 años en la provincia, muchos menos en Nación -10-, de reconocer que es la propia legislación la que en la mayoría de los casos facilitó la opresión de la mujer, desde lo que cobraba en relación a un hombre a las autorizaciones para recibir donaciones, todo en lenguajes que la iban poniendo en una condición siempre de subordinación. Eso va a cambiar. Empezó con la transformación, la agenda de género la firmamos mujeres de todos los partidos políticos en el Congreso en el 2008.

-¿Cuál es su opinión sobre la situación de Milagro Sala?

-En nuestro país la prisión preventiva es absolutamente restrictiva, es de carácter restrictivo, que es lo que analizan los organismos de Derecho Internacionales y en ninguna de las pautas o que haya peligro de fuga o que vaya a entorpecer la investigación, ninguno ha sido acreditado en el expediente, entonces procesalmente la verdad que si vos decís malversación de fondos, sea por los millones que sea y aunque tuviera la mayor prueba no hay condena, entonces lo que se está haciendo es llevar un estado de sospecha a un estado de condena. Y en términos institucionales, eso es peligroso.

-¿Es una presa política?

-Esa calificación no es de nuestros tiempos casi, pero si es una presa que no tiene una condena ni entra dentro de los parámetros procesales penales para tener una prisión preventiva, con lo cual y siendo de fondo una causa que está vinculada a la actividad política es razonable pensar y sintetizar que es una presa política.

-¿Cuál es su opinión sobre del gobierno Nacional en políticas de DDHH?

-En materia de DDHH, trato de verlo por la positiva, rescato aunque fue con algunas demandas que podamos haber continuado y más o menos con la misma dinámica los juicios por la verdad. Había mucho temor de que pudiera haber algún inconveniente para iniciar sobre todo los juicios de la primera etapa de la represión, el Operativo Independencia en Tucumán y sin embargo se iniciaron y se continúan a buen ritmo. Eso lo rescato y vamos a tener ahora, recién el lunes, la reunión para tratar el tema sitios de la memoria. Va a ser muy al final de la gestión, porque ya tendríamos que haber invertido y tener en la secretaría los recursos necesarios para terminar con el cumplimiento de la ley de señalamiento. En ese caso estuvo muy a contrapelo, por eso digo la políticas públicas se hacen con recursos. Cuando yo veo el presupuesto, los recursos nos encontramos con que han cercenado recursos y cuando toda tu función es promover derechos tramitar denuncias y hacer algunos estudios que den cuenta de la progresividad o no de los DDHH, a veces siento que el Estado Federal en eso está en deuda.

- Y en cuanto a las políticas que se están aplicando, que generan desempleo, pobreza, ¿se vulneran derechos también en esos casos?

-Siempre que una persona pierde el trabajo, claro que se vulneran derechos.

- ¿Se le puede seguir en el ritmo al gobernador, que se lo ve tan activo, en una ciudad en otra?

- No. Sinceramente no, es agotador. Salvando las distancias, me dicen, porque no estaba yo acá en esa época, que se parece a Salvatori, que también era un hombre difícil de seguirle el tranco.