Entrevistas
27/11/2016

Horacio Massaccesi

“Macri ganaba igual sin la Unión Cívica Radical”

“Macri ganaba igual sin la Unión Cívica Radical” | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

El exgobernador de Río Negro opina que su partido es uno más en Cambiemos y que el gobierno nacional intenta hacer el cambio que la gente votó y hay incertidumbre. La grieta, la falta de liderazgos, el federalismo y algunas similitudes de los ‘90 con la actualidad, son otros de los temas en los que se explayó.

El ex gobernador de Río Negro y ex senador Horacio Massaccesi sostuvo que no está tan seguro de que haya sido la proyección territorial de la UCR la que le dio el triunfo a la alianza Cambiemos, por el contrario opinó que “Macri ganaba igual sin la UCR”.

En esta entrevista con Va Con Firma, el hasta el año pasado presidente del radicalismo de rionegrino también opina acerca del presente y futuro de Cambiemos y de Juntos Somos Rio Negro. Anticipa que irán juntos en las legislativas.

Massaccesi fue gobernador de Río Negro desde 1987 hasta 1995. Candidato a presidente de la Nación en 1995 por la UCR enfrentando la re-reelección de Carlos Menem. Luego fue senador nacional.

-¿Cuál es su visión acerca de la actualidad en el país y este casi año de gestión de Mauricio Macri?

-No digo nada nuevo, si contesto que el país está inmerso en un gran cambio que es lo que la gente votó y que tenemos un gobierno que está intentando hacer ese cambio con señales contradictorias, algunas positivas en relación a ese objetivo y otras no tanto.

Por lo tanto, hay una gran incertidumbre que se traduce fundamentalmente en idas y vueltas de la gestión, con una increíble la pérdida de credibilidad que ha tenido el gobierno a partir de, por ejemplo el tema tarifario, y eso se traduce en pérdida de tiempo, y los tiempos en política y más aún en medio de tanta crisis, son muy importantes.

-Cuándo se define la integración de la UCR a Cambiemos, ¿imaginó que esta iba a ser la inserción radical en esa nueva alianza?

-No. Porque a esa altura, la idea era una alianza en términos integrales y finalmente eso no se dio. Yo creo que la bisagra, fue la negativa de Ernesto Sanz de integrar la fórmula presidencial.

Ese fue en paso en falso del radicalismo en función de Cambiemos. Ahí dejamos de ser protagonistas centrales de la alianza para ser un partido más de la intente Cambiemos.

Allí el partido perdió su condición de tal, para darle la razón a aquellos que pensaban que la unión no era conveniente, por lo cual se incrementa el internismo radical que es un flagelo o una condición que al radicalismo le cuesta sacarse de encima.

La bisagra de nuestra inserción en Cambiemos, fue la negativa de Ernesto Sanz de integrar la fórmula presidencial

Si a esto se le agrega que el partido carece de liderazgos fuertes como está pasando en la política argentina, más la crisis estructural del sistema político que vive el mundo, me parece que Cambiemos nace, para el radicalismo, debilitado como opción, ya que no alcanza a llenar las expectativas de una alianza y le cuesta al radicalismo sentirse protagonista del cambio que intenta liderar Macri.

-Muchos radicales imaginaron que la inserción del radicalismo aportando su “teórica” fuerza territorial iba a ser beneficioso para revitalizar al centenario partido.

-Yo coincido con lo de “teórica”. No estoy tan convencido del rol territorial del radicalismo, algo que por supuesto da para el debate. Y haciendo un poco de sincericidio le debo decir que creo que Macri ganaba igual sin la UCR. Soy de los pocos que opina esto, pero lo sostengo y puedo debatirlo y con conocimiento de causa.

Cuando yo fui candidato a presidente por el partido, la verdad que yo no aprecié tampoco esta pretendida fortaleza territorial y me parece que hay una cosa más fuerte en la Argentina que es que la grieta no se inventó con el kirchnerismo, que por supuesto la profundizó y fue terrible la división de la sociedad que instaló, pero en rigor a la verdad nuestra división viene instalada hace rato, sobre todo en la década del 50 y el País tiene algo que supera a los partidos políticos que es ser peronista o antiperonista.

Entonces el antiperonismo, tan fuerte como el peronismo, se lleva por delante todas estas cuestiones territoriales, de espacios y electorales.

De ahí que yo concluyo que es tan fuerte el sentimiento anti kirchnerista que planteó el propio kirchnerismo, que catalizar en una figura como la de Macri, tiene su explicación y no tiene nada de importancia ese rol de presencia territorial.

En Río Negro podemos dar fe de ello. El radicalismo era una fuerza en la provincia con gran presencia territorial, quizás el partido más desarrollado y más arraigado en Río Negro sobre todo por los más de 30 años de gobierno, sin embargo cuando necesitamos esa presencia territorial aunque sea para supervivir, no existe. La gente votó por intereses que están por encima de esa presencia partidaria o de estructura.

El antiperonismo, tan fuerte como el peronismo, se lleva por delante todas estas cuestiones territoriales, de espacios y electorales

El retroceso del partido en los últimos 10 o 15 años, sobre todo a partir del decaimiento de la figura del Raul Alfonsín ha sido constante.

-¿Y cuáles son los motivos, falta de liderazgo, falta de modernización?

-Se confluye en tres o cuatro cuestiones. La primera y más importante es que la estructura política tradicional tiene una devaluación fenomenal, como dice mi amigo Ignacio Zuleta en su último libro “Macri Confidencial”, el teléfono ha derrotado al comité, es decir el smartphone y las redes sociales se llevan por delante el rol de las viejas estructuras.

Si a esto le agregamos la ausencia de liderazgos en la política integral, más la ausencia de ideas y le agregamos la percepción de la ciudadanía acerca de que las estructuras políticas son obsoletas y no cumplen con el rol de generar esperanza y la ilusión que despierte a la gente, entonces tenemos crisis sobre crisis y llegamos a esta actualidad que hoy nos toca vivir.

-¿Los patagónicos en general estamos soportando algunas acciones poco federales del gobierno central?

-Así como hay un debilitamiento de la política, por las circunstancias que apuntábamos recién, también hay un debilitamiento de las instituciones; y una de las que más se ha devaluado sobre todo en las últimas dos décadas es la institución “gobernador”, porque no es casualidad que todos los gobiernos provinciales han perdido fuerza con respecto al poder central.

El kirchnerismo esto lo acentuó por cuestiones económicas, pero no hay una presencia nítida de los gobernadores en el escenario político y han perdido a partir de la presión económica herramientas necesarias para el desarrollo de las provincias.

Por ejemplo ahora se discute la eliminación del impuesto a las ganancias, pero nadie tiene en cuenta el efecto letal que tiene sobre la coparticipación o se crea un nuevo impuesto y es 80 para nación y 20 para las provincias y se concibe el federalismo como una de relación de subordinación  y no como una institución política de crecimiento armónico.

El federalismo argentino es una falacia, tampoco vamos a quedar solamente lamentándonos ni andar revoleando la lanza federal en cada discurso, pero yo siempre pensé en la creación de una tercera instancia entre el centro y la periferia y es la de hacer regiones fuertes y crear un polo de poder desde allí.

El smartphone y las redes sociales se llevan por delante el rol de las viejas estructuras

Así es posible, o por lo menos sería más fácil poder discutir con más fortaleza presupuestos y políticas regionales y lograr que el interés regional genere una fuerza que pese a la hora de tomar determinaciones.

En cambio hoy vamos camino al amiguismo que es una institución política argentina que nos hace bastante mal. Si uno es amigo del presidente consigue cosas y si no es amigo, no las consigue y ni te cuento si sos enemigo. Todo esto hace que el País siga siendo más esperanza que realidad.

-No es tan nuevo. Cuando usted fue gobernador hubo políticas muy duras hacia las provincias.

-A mí me tocó una etapa muy pesada donde éramos la variable de ajuste, porque la convertibilidad sometió a las provincias a un dólar retrasado, ajustes, la fruticultura fue para atrás y hubo que auxiliarla realmente, en una época de escasos créditos internos y mucho sometimiento político.

-Perdón ¿me está hablando del presente o de su gestión en épocas de Menem y Cavallo?

- (Risas)…Bueno para ser sincero hay momentos muy parecidos. Hoy las provincias van a sentir mucho más que el gobierno nacional el ajuste, las provincias no pueden emitir, por lo que van camino al endeudamiento y ese endeudamiento tiene la sola esperanza de que, como dice livianamente el gobernador Weretilneck,  que si a Macri le va bien a nosotros nos va a ir bien, como diciendo “no es problema mío”. La verdad que la actualidad de Río Negro tiene bastante de paralelo con lo que sucedió en la década del 90.

Por eso es preocupante también que no se hayan tomado los recaudos necesarios como cuando tuvimos los ingresos extras del petróleo, porque en general la prosperidad circunstancial es muy mal consejera y más en Argentina, que siempre se sabe y nunca lo terminamos de asumir, que es que a una época buena la sucede una complicada.

-¿Salvo en un principio de la gestión de Weretilneck, usted ha sido bastante crítico con su figura?

-Sí, porque hay un abandono de la idea de provincia que tiene un destino de protagonismo productivo exportable, de crecimiento sostenido por un mandato natural, geográfico, pero este gobernador ha reducido al Estado rionegrino a un papel de pagador de sueldos.

Panorama, que además tiene complicado porque los sueldos se pagan, hasta cuando hay plata, y si no hay actividad productiva y rentabilidad real en alguno momento el presupuesto colapsa y hoy Río Negro está resignadamente en ese papel.

Cambiemos en el País nació mal y en Río Negro directamente no nació

No lo hago responsable únicamente al gobernador porque acá somos responsables todos, y la oposición tiene que marcar la cancha, tiene que hacer sentir su peso y debería participar un poco más y hoy en Río Negro la oposición no ocupa ningún espacio absolutamente.

-¿Qué futuro o viabilidad le ve a Cambiemos y la presencia del radicalismo en la provincia?

-Cambiemos en el país nació mal y en Río Negro directamente no nació. Porque toma al radicalismo totalmente en baja y alicaído, y un sector se refugia en Cambiemos y otros se van al partido del gobernador. El faro del poder es muy atractivo y determinante y más aún para los radicales que en la última década se acostumbraron a hacer política, nada más, que desde los despachos oficiales.

Se ha abandonado la idea de hacer política desde otro lado, que lógicamente requiere de un camino más farragoso, muchas más ideas, mucha más entereza y como decía Irigoyen, “sostener también el mentón”, y ninguna de estas cosas está hoy presentes en la gran mayoría de la base del radicalismo rionegrino.

-¿Los referentes provinciales del Pro o Cambiemos no pudieron hacer pie de todas formas y desarrollar el partido?

Es un conjunto de cosas, pero también está la cuestión provincial. La figura del gobierno provincial monopolizado por Weretilneck y la soledad con que hace política el gobernador por esta falta de oposición, hace muy tentador el atajo.

Para la Nación es mucho más sencillo hablar y arreglar con el gobernador, que ir a recorrer el llano y construir el frente. Río Negro es una provincia que se acostumbró a hacer política solamente desde el Estado.

-¿Y en el País?

Cambiemos es un conjunto de gente, algunos jóvenes que decidieron hacer política tras la figura de Macri, pero estructurar un partido político requiere de una dirigencia muy apta, fíjese que todavía le cuesta ser un partido político al propio PRO.

Todo está muy atado a la suerte del gobierno de Macri, y si a Macri le va más o menos, al PRO le va a ir peor, de todas formas como decía Craxi “el poder desgasta pero desgasta mucho más al que no lo tiene” así que esta bueno empezar a hacer política con el partido en el gobierno.

-Y el justicialismo rionegrino. ¿Podrá retomar lo que logró Carlos Soria en el 2013?

En aquel momento Soria tenía el acompañamiento del gobierno nacional, su gestión en la Municipalidad de Roca y un radicalismo agotado con un disenso interno fenomenal. Yo creo que si el radicalismo se hubiera mantenido unido gobernando no tenía alternativas de perder.

Si el radicalismo de Río Negro se hubiera mantenido unido gobernando no tenía alternativas de perder

Lo que abre la puerta a eso es precisamente lo que ahora no sucede, es decir que el gobierno está en manos de un unicato, de una persona que es Weretilneck, una cosa que no logró evidentemente sostener, sobre todo en su segundo período, Miguel Saiz.

-¿También es cierto que el justicialismo ha vuelto a sus internas y una conducción bastante resistida?

-Hoy el problema del justicialismo no es Martin Soria, sino la figura de Weretilneck que trabaja para dividirlos. En rigor a la verdad,  los radicales podemos dar cátedra sobre el tema, porque lo hicimos durante 30 años.

-¿Cuál es su opinión acerca de este partido o movimiento provincial que armó el actual gobernador con antecedentes en la idea del Partido Provincial Rionegrino de Requeijo o lo que en Neuquén es el MPN?

-La idea de Requeijo con el PPR tenía mucho más sustento que esto que intenta Weretilneck. Y Con el MPN no se puede comparar, porque aquello arranca con una idea de federalismo, una idea de provincia, una defensa del recurso, tenía y tiene mística y esta agrupación de Weretilneck carece de todo eso y tiene solo el oportunismo de ejercer el poder con peronistas, radicales y gente que van a estar con Weretilneck mientras tenga el poder y el gobierno, cuando eso se acabe, se acabó el partido provincial, cosa que no va a pasar con el MPN.

-Finalmente, ¿una opinión acerca de las legislativas del año que viene en Río Negro?

-Creo que está muy atada a la suerte del gobierno nacional, si Macri afianza en estos dos o tres meses el rumbo creo que puede llegar a consolidar su proyecto y en Río Negro, si no aparece otra figura política, ineludiblemente el poder busca al poder, así que los más probable es que el macrismo o se resigna o toma el camino fácil de tirar juntos con el gobierno provincial y creo que así va a ser la cosa.

-¿Desde el gobierno provincial lo desmienten rotundamente?

-Bueno… una cosa es lo que decimos los políticos hoy, otra cosa es lo que decimos en febrero y otra la que se nos ocurre en Junio. Después otra cosa es lo que realmente pensamos y otra lo que finalmente hacemos.

A mí, esta etapa de mi vida y de la política, me permite decir lo que realmente pienso.

29/07/2016

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