Entrevistas
20/11/2016

Marcelo Guagliardo

“En estas condiciones no podemos empezar las clases en 2017”

“En estas condiciones no podemos empezar las clases en 2017” | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

El secretario general de ATEN afirmó que si no se resuelve el reclamo salarial antes de fin de año, no habrá un comienzo normal del ciclo lectivo. Consideró que “Macri es un enorme retroceso” y eso impacta en las aulas.

Mauricio Rojas

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“El ciclo lectivo del año que viene está en un gran signo de pregunta, no solamente el inicio sino el desarrollo” afirmó Marcelo Guagliardo, secretario general de la Asociación de Trabajadores de la Educación de Neuquén (ATEN), quién va a comenzar su quinto mandato al frente del sindicato.

Para Guagliardo, el gobierno de Mauricio Macri implica “un retroceso enorme” y las coincidencias del gobernador Omar Gutiérrez con las políticas nacionales conllevan “el riesgo de que haya un retroceso”.

Gualgiardo, quien era secretario general de ATEN cuando fue asesinado el maestro Carlos Fuentealba, afirmó que “es una marca que me va a acompañar toda la vida”.

- Cierran el año con una disputa por la extensión del ciclo lectivo sin tener respuesta salarial, ¿cómo imaginan el año que viene?

- El año lo vamos a terminar con conflicto por la diferencia clara que hay en la política del gobierno en Educación y lo que estamos planteando. El fin de año viene complicado porque la mesa no se reabrió, la diferencia salarial entre lo que se trabajó a principio de año y la inflación acumulada supera en varios puntos al salario. No vemos hasta acá que el gobierno convoque para discutir eso, veremos si esto de acá al mes de diciembre se resuelve. Pero si esto no se resuelve y nos vamos a marzo con un acumulado de pérdida del nivel adquisitivo del 2016, más lo que va a haber que discutir en 2017, la verdad que el ciclo lectivo del año que viene está en un gran signo de pregunta, no solamente el inicio sino el desarrollo porque vamos a tener que estar reclamado, discutiendo y peleando el salario gran parte del año.

- ¿No empezarían las clases en 2017?

- En estas condiciones no podemos empezar las clases.

- Dijo que no comparten o que hay diferencias con el gobierno nacional, ¿Cómo evalúa este gobierno, desde lo sindical, a Macri en este primer año de gobierno?

- Para mí Macri es un retroceso enorme. Argentina venía con muchas dificultades pero con altos niveles de empleo, con consumo interno, con paritarias anuales que iban acompañando. El salario y el consumo no decaían porque las paritarias y los acuerdos salariales iban acompañando el proceso inflacionario, el desendeudamiento de la Argentina, la inversión creciente en cuestiones educativas, la repatriación de científicos. En lo estrictamente sindical teníamos una relación muy seria, muy de disputa; la disputa es con el que gobierna y administra el Estado cuando vas a discutir salario, cuando vas a discutir condiciones de trabajo. Todo eso era y fue, motivo de medidas de fuerza y acciones sindicales, pero en algún momento había una respuesta a los reclamos que se hacían. Y no sólo en términos económicos salariales, había también una respuesta en la necesidad de mejorar el sistema educativo, por eso los planes socioeducativos, el conectar igualdad. Hoy todo eso se modificó, aumentó el desempleo, tenemos ciento sesenta mil compañeras y compañeros en el sector privado despedidos.

- ¿Eso impacta en el aula?

- Eso se empieza a ver en el aula porque nuestros estudiantes provienen de familias que están teniendo esa dificultad. De hecho había un tiempo que el comedor no era una cuestión reclamada y hoy empieza a serlo.

- ¿Cuál es la posición del gobernador?

- Creo que Gutiérrez está en esa línea también y vemos que cada anuncio que hace el presidente está Gutiérrez al lado. Y acompañó el acuerdo por los Fondos Buitre y han acompañado distintas medidas económicas que son las que generan el descalabro que se vive socialmente. No lo estamos viendo en lo concreto en Neuquén porque tiene una matriz productiva distinta, porque tiene algún oxígeno todavía pero que también se va a ver afectado. Nosotros tenemos una gran dependencia a los hidrocarburos y eso en algún momento va a tener un problema y va a repercutir directamente. Ya no sólo sobre los trabajadores petroleros, que dicho sea de paso, están modificando su convenio colectivo porque le empiezan a no cerrar las cuentas o no quieren ganar menos las empresas.

- Fue secretario general de ATEN, con tres Gobernadores: Jorge Sobisch, Jorge Sapag y Omar Gutiérrez, ¿Cómo analiza esas etapas?

- Son etapas de épocas distintas, en contextos distintos. Lo que nos tocó a nosotros con el Sobischismo era una puja entre Nación y la provincia, y Sobisch se plantaba con el ideario claro de la derecha; de hecho así se presentó en las elecciones cuando fue candidato a Presidente, y todo su esquema y plan de Gobierno venía por ahí. Hubo una tremenda confrontación porque lo primero que hizo era desconocer la organización sindical, además de los ajustes que hubo en aquellos años y las transformaciones que se pensaban en Educación. En Neuquén vivimos un neoliberalismo tardío con el Sobischismo, porque lo que para una parte del país estaba superado a partir del 2003, nosotros lo vivimos quizá en su peor momento. Si vos registrás los hechos más graves de represión, no sólo a los docentes, sino al resto de las organizaciones, se produjeron entre 2003 y 2007. Recordá la represión a los desocupados con la tarjeta, la represión a los obreros de Zanon. Todos los hechos de represión más duros del Sobischismo fueron en esos años. Entonces ese fue me parece el peor momento de la provincia.

- ¿Cómo fue con Sapag?

- La matriz del MPN se mantiene, la matriz del partido - Estado. Cuando asume Sapag obviamente que cambió, para mí no es lo mismo; yo soy de los que creen que no todas las cosas son iguales, tienen su matices. Y otro matiz que tenía es que la relación con el gobierno nacional fue otra, igual hubo que confrontar, hubo que tironear. Cada vez que tuvimos que salir a reclamar algo hubo que tironearlo, pero se empezaron a habilitar instancias de negociación y discusión que estaban negadas en la época anterior. Creo que también mucho de eso estaba condicionado por la debilidad en que quedó el gobierno luego del asesinato del compañero Fuentealba.

- ¿Y Gutiérrez?

- Con Gutiérrez me parece que el riesgo que se corre es que haya un retroceso, porque cambia el contexto nacional y en Neuquén no son ajenos los contextos nacionales. En el caso de Gutiérrez está acompañando el proceso nacional, que nosotros claramente no compartimos y eso me parece que se ve. El gobierno nacional y el gobierno provincial tienen en un montón de temas en coincidencia y eso va a poner en tensión todas las relaciones sociales que hay en la provincia, no solamente con los sindicatos.

- ¿Qué representó para usted, como secretario general y para el gremio, el asesinato de Carlos Fuentealba?

- Es algo muy duro, muy difícil de procesar; solamente lo podés hacer porque la organización se mantuvo intacta a pesar del golpe durísimo que recibís cuando salís a la calle y salís a hacer un reclamo. En ese contexto uno evalúa: ¿Pero era necesario hacer eso? Pero era un contexto en el que no teníamos ninguna respuesta, el año anterior habíamos tenido que ir a la destilería de Plaza Huincul después de casi treinta y pico de días de reclamo, y antes de eso habíamos estado con el bloqueo en las rutas en Rincón de los Sauces casi 28 días. Entonces era una situación que yo no la comparo con ninguna posterior y ojalá no aparezca ninguna más, pero nunca esperás que la respuesta sea que te asesinen un compañero; uno espera una represión, una balacera de balas de goma. Ahora que se arme un dispositivo de la magnitud con el que se armó ese día, con lo pertrechada que fue la fuerza, lo numerosa, la representación política e institucional que había. Era la primera vez que un operativo se desarrollaba con los dos jefes policiales que había en la provincia, un representante del Poder Ejecutivo, cinco grupos especiales; el único que no estaba ahí era Sobisch. La respuesta fue tan brutal que para nosotros hubo una planificación para provocar el mayor daño posible. Eso queda demostrado en la condena a Poblete, en los videos que hay, en las declaraciones de todos los testigos, en los registros que hay de la prensa. El asesinato de Carlos se produce en el momento en que estábamos todos retirándonos y bloquean la salida de los últimos autos, que éramos los que nos habíamos quedado más atrás para organizar la retirada. Se produce la encerrona, donde Poblete en posición de disparo, asesina a Carlos por la espalda. Entonces eso no es lo esperable, no es la respuesta que en el peor de los casos se puede esperar de una represión. Y eso obviamente que golpea y golpea mucho. Como secretario general es una marca que me va a acompañar toda la vida, es algo que no se puede disociar del lugar institucional que te toca, de la responsabilidad que tenés en términos políticos y de lo que significa humanamente. Por eso es que nosotros hemos insistido siempre en la búsqueda de la justicia completa, que no quede a mitad de camino. Es algo que a nosotros como organización nos ha marcado mucho y para nosotros como espacio político es una prioridad, por eso seguimos insistiendo con la causa a nivel nacional.

- ¿Entre el tercer y cuarto mandato como secretario general volvió al aula?

- Exactamente. En el medio volví al aula, a mi cargo titular en la escuela 20, acá en el barrio Limay, y tengo el segundo cargo en el departamento de aplicación.

- ¿Y cómo fue la experiencia?

- Fue maravilloso, en principio porque yo venía con muchos años de actividad sindical, afuera de la escuela. Y volver a la escuela significa volver a lo cotidiano, a los problemas de todos los días. Yo tengo mi cargo de maestro de grado, o sea que volví al aula con mis estudiantes, a ponerme el guardapolvo y tener esa experiencia de compartir las clases cada día. Es un descubrimiento cotidiano, vos preparás una clase y resulta que aparece un pibe que trajo otra cosa o un disparador o un problema que surge, y hay que estar preparado ahí para hacer valer eso también como una situación de aprendizaje.

- ¿Tiene otro valor volver después al gremio?

- Si. Valoro eso que da el hecho de estar con los estudiantes, que te permite “oxigenarte” de lo que pasa en las escuelas y ver cosas que por ahí en la conducción del sindicato son más generales, son cuestiones de superestructura si se quiere. Y la escuela presenta una cotidianeidad que está bueno conocerla y vivirla, y eso me permitió también con muchos compañeros y compañeras establecer una relación distinta, porque yo había trabajado, mi anterior experiencia docente había sido en Chos Malal. Entonces aquí no tenía mi grupo de compañeros de escuela, y eso también me parece que me sirvió, que fue bueno.

- ¿Trabajó en Chos Malal y fue maestro rural?

- Empecé como maestro rural, me recibí el 17 de diciembre del ’85. Y el 13 de enero del ’86, menos de un mes después, un amigo que vivía y era maestro en Coyuco, Pancho Esandi, me dice “venite que Coyuco es muy lindo te va a gustar…” y cuando habíamos estudiado juntos siempre teníamos la idea y el sueño de ser maestro rural. Y así fue, que me vine a pasar unos días acá y había un cargo disponible que no se cubría, yo venía con un papelito que decía que había rendido la última materia, todavía no me habían entregado el título. Y con ese papelito ante la falta de docentes se pidió la autorización, me avisaron por radio “bueno maestro, empieza a dar clases”. Y ahí me quedé.

29/07/2016

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