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Entrevistas
27/08/2023

Beatriz Gentile

"Para ir a un camino de equidad e igualdad hay que ser audaz"

"Para ir a un camino de equidad e igualdad hay que ser audaz" | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

La rectora de la UNC dijo que para defender la democracia hay que tomar “medidas más fuertes”, en términos económicos y políticos. Sostuvo que "el coqueteo con Macri” con Milei le parece “totalmente lógico" porque "hay una coincidencia plena".

Laura D' Amico

La rectora de la Universidad Nacional del Comahue, Beatriz Gentile, analizó el escenario político luego de las PASO y sostuvo que "a la democracia hay que radicalizarla desde lo material", en cuanto a que "hay que tomar medidas más fuertes, en términos económicos, sin duda, y en términos de carácter político, también". Señaló que en este momento hay dos "miradas de futuro" en puja y que "los que pensamos en un horizonte de una Argentina más igualitaria, más humana, más inclusiva" exigimos "cambios importantes" porque "no podemos pensar en una Argentina futura sin derechos".

En dialogo con Va Con Firma, Gentile analizó que el amplio caudal de votos que obtuvo La Libertad Avanza el 13 de agosto "es un llamado fuerte de atención a todo el sistema político, a las identidades políticas, y a repensar los partidos tradicionales o los movimientos como el peronismo o el progresismo", porque quedó en evidencia que "aspiran a la equidad pero están cada vez más lejos" de poder lograrla.

Sobre el acercamiento que Milei mostró en los últimos días a Mauricio Macri, dijo que "el coqueteo con Macri me parece totalmente lógico" porque "hay una coincidencia plena, por lo menos, en las cuestiones estructurales" que tienen que ver con lograr una transferencia de recursos de los sectores más bajos a los sectores más altos.

Respecto de la universidad pública, que se ve amenazada con un eventual triunfo de Javier Milei, dijo que "para mí sigue siendo la última institución del Estado de bienestar, la única que plantea un dispositivo de ascenso social", y por eso es blanco de ataque por parte de sectores de derecha "porque ellos creen que cualquier sociedad igualitaria no responde a los mecanismos del mercado".

-¿Cómo ve este nuevo escenario planteado en las PASO, donde emergió una nueva fuerza política que además obtuvo la mayor cantidad de votos?

-Primero fue la sorpresa. A esta altura uno leyó mucho análisis, escuchó, trata de pensar con todo lo que hay circulando. Sin duda el descontento y la insatisfacción democrática es uno de los elementos. Es un personaje disruptivo, que proviene de la anti política, que no tuvo responsabilidades de gobierno y por lo tanto, para mí, es un candidato sin historia y eso lo convierte en un personaje, por lo menos, para tener precaución. Esto es nuevo para Argentina, no es nuevo para el momento que estamos viviendo en occidente. Lo vimos en España, en Italia, lo estamos viendo en las derechas radicalizadas en Francia, en Estados Unidos... Así que me parce que estamos en un escenario donde la Argentina, en esta globalización de la política, también expresa estos descontentos. Las cuestiones no resueltas, en nuestro caso, por la democracia y por el sistema de partidos, encuentra un cauce en este nuevo actor que es Milei. De ahí en adelante creo que es un llamado fuerte de atención a todo el sistema político, a las identidades políticas, y a repensar los partidos tradicionales o los movimientos como el peronismo o el progresismo o todos aquellos que se identifican con un horizonte igualitario y más equitativo. Repensar si realmente están hoy expresando el mundo simbólico y material de los sectores que justamente no llegan. O sea, aspiran a la equidad pero están cada vez más lejos. Eso me parece que es lo que puso en evidencia esta elección.

-¿Le parece que Unión por la Patria está a tiempo de hacer cosas para entrar al ballotage y ganar en una segunda vuelta?

-Yo creo que sí. Primero, porque estuvieron todos muy parejos: 30 (Milei), 28 (Bullrich) y 27 y monedas (Massa), más de 11 millones de gente que no fue a votar. Me parece que claramente hay una posibilidad. Lo que es cierto es que UxP y ese gran espectro que puede fundarse en que hoy la disyuntiva no parece ser la misma de las PASO. Hoy estamos, claramente, frente a dos miradas, dos ideas de futuro distinta. Una idea de futuro, que es la que plantea el futuro por descarte, o sea, el todo o nada, la destrucción de todo lo que hay para refundar la Argentina. Me parece que es un discurso mesiánico. Ya ha habido en movimientos mesiánicos que suponen partir de cero, eliminar derechos, eliminar instituciones, como si fuera una gran fogata que purifique. Ese discurso encierra un modelo que no es más que volver a instalar en el gobierno los sectores que han estado fuera del gobierno, que es la casta militar. La familia militar vuelve con (Victoria) Villarruel, vuelve con Milei. Vuelve también un sector de la alta jerarquía eclesiástica y no la iglesia del papa, sino las otras miradas más vinculadas al conservadurismo católico arcaico. Y vuelve ese sector que con el macrismo tuvo su posibilidad, yo no diría el empresariado sino el establishment financiero. Esa combinación de sectores que detentan el poder económico, que de alguna manera si han aceptado ciertas regulaciones que no les agradaban demasiado, ahora contarían con la posibilidad de imponer directamente una política liberal absoluta. Esa es una idea de un país futuro. Me parece que la otra posibilidad de futuro que tiene la Argentina es repensar profundamente que para ir a un camino de equidad e igualdad hay que ser audaz. Veníamos diciendo que hay que radicalizar la democracia y yo creo que la democracia hay que radicalizarla desde lo material. No podemos seguir pensando en el gradualismo en la toma de decisiones. Hemos llegado a un punto en el que hay que tomar medidas más fuertes, en términos económicos sin duda, y en términos de carácter político también. El sistema judicial hace rato que viene coqueteando con una reforma pero esa reforma nunca se lleva a cabo. Me parece que es un momento en que la mirada sobre el futuro de la Argentina, para los que pensamos en ese horizonte de una Argentina más igualitaria, más humana, más inclusiva, esa mirada exige cambios importantes. Entre esos cambios, una idea de transformación que hoy no puede ser la transformación por la negativa. No podemos pensar en una argentina futura sin derechos. Me parece que la idea es radicalizar los derechos y ponernos a jugar en ese ámbito.

-Cuando dice que se deberían tomar medidas económicas, ¿piensa en una suma fija o en patear el tablero con el Fondo?

-Bueno, no soy economista. Yo podría decir las cuestiones que uno conoce. Creo que hoy ponerle plata en los bolsillos a la gente es fundamental. Creo que cuando la gente dice "no sé si voy a estar peor de lo que estoy ahora" es toda una declaración. Para quienes hemos militado y militamos en el peronismo y en un movimiento amplio, y coincidimos con otras ideas dentro del progresismo, esto es grave. Entonces ahí uno entiende que acá hay que tomar ya medidas. Si poner la suma fija implica al mismo tiempo ponerle un freno al Fondo y decirle al Fondo "vamos a pagar cuando se pueda, cuando crezcamos", como dijo Néstor Kirchner, si esos son los caminos, habrá que tomarlos. Me parece que hace falta una cuota de audacia.

-Decía que Milei se plantea como un hombre sin historia. Tiene además un discurso "anticasta". Sin embargo, dijo que Macri tendría un lugar en su gobierno.

-Me parece lo más lógico. Coincido con un artículo que escribió Sebastián Fernández en El cohete a la luna, donde decía que Milei es el cuarto momento de este plan de negocios que comenzó en 1976 en la impronta de instalar este esquema neoliberal de concentración de la riqueza o de una transferencia de recursos de los sectores más bajos a los sectores más altos. Esto vuelve a hacerse durante el menemismo, como segundo momento. Tiene un retroceso durante los gobiernos kirchneristas pero vuelve con Macri como tercer momento, y hoy Milei es el cuarto capítulo de una historia que plantea lo mismo, en un esquema de un capitalismo que ha ido mutando, que está lejos de ser un capitalismo productivo. El coqueteo con Macri me parece totalmente lógico, natural, hay una coincidencia plena, por lo menos, en las cuestiones estructurales. Ese acercamiento está dentro de ese abanico de identidades y de proyectos.

-Muchas de las propuestas de Milei sólo podrían realizarse, por ejemplo, pasando por encima del Congreso. ¿Cree que está en juego el sistema democrático?

-Creo que no tendría ningún problema en hacerlo porque además él confunde sistema de partidos o casta política con régimen democrático entonces cuando habla y aplica expresiones onda inquisición ("vamos a prender fuego", "vamos a aplicar motosierra", "vamos a mutilar"), todo ese discurso tan violento, tan cargado de significantes de odio y de exclusión, bajo ese discurso no me cabe la menor duda que es alguien que puede plantear cerrar el Congreso. Si no puede respetar los derechos que están planteados en la Constitución, cuando dice que la justicia social es una aberración, imagino que tranquilamente podría violar nuestra representación democrática.

-¿Qué rol tiene su compañera de fórmula, Villarruel, que trae un discurso negacionista?

-Tiene un rol central, como no ha pasado en otras oportunidades. En las otras candidaturas (Bullrich, Larreta o Macri), los segundos no tenían mucho peso. Acá tiene mucho peso porque Milei básicamente habla de economía y en el resto de las cuestiones la que toma la palabra es Villarruel. Creo que además ella representa a quienes estuvieron fuera en estos años, representa a estos sectores que en estos 40 años de alguna manera tuvieron que hacerse cargo de lo que habían gestado, de lo que habían apoyado durante la etapa del terrorismo estatal, y me parece que ella tal vez hasta tiene más claras algunas cuestiones de lo que las puede tener Milei. Una vez pensé y escribí una nota sobre los prólogos del Nunca más. Tenía el original, la segunda edición tenía el de (Eduardo Luis) Duhalde, y en la última edición del macrismo ese prólogo se quitó. Entonces yo decía que había tres momentos del Nunca más. Y yo me preguntaba ¿habrá un cuarto prólogo? Villarruel está diciendo que sí. Seguramente hay una mirada de replantarse toda esta construcción que costó tanto en Argentina. Por eso habla de memoria completa y todos esos eufemismos para defender el proceso que hicieron los genocidas en Argentina. Me parece que no tiene otra intención.

-En este contexto donde Milei marca la agenda, por ejemplo, diciendo que hay que privatizar el Conicet, ¿cuál puede ser el aporte de la universidad pública?

-Si hay una institución en Argentina que puede mostrar que tiene más en su haber que en su debe, es la universidad pública. Por eso creo que todos los gobiernos de derecha, todos los candidatos, siempre van a atacar a la universidad pública porque para mí sigue siendo la última institución del Estado de bienestar, la única que plantea un dispositivo de ascenso social, que es lo que cualquiera de estos candidatos rechaza porque ellos creen que cualquier sociedad igualitaria no responde a los mecanismos del mercado. En la universidad no hay que esperar cuatro, cinco años... Cuando estamos en una colación y entregamos los títulos, ahí están las familias de nuestros chicos y chicas, ahí está la alegría, ahí se puede palpar la inclusión, ahí se ven las transformaciones. La universidad es un ámbito en donde se muestra el ascenso, donde se ve de qué manera una sociedad construye conocimiento, vinculación y transferencia. No hace falta esperar para eso. La Universidad puede responder ya con lo que tiene, puede ya mostrar sus números, mostrar lo exitosa que es en términos de ser un instrumento en la producción de conocimiento pero también un instrumento que hace a la inclusión social. Desde 1970 la matrícula universitaria no solo viene creciendo y marcando la incorporación de cada vez más jóvenes en los estudios universitarios. También hay números de cómo la universidad ha incorporado más sectores populares. En ese sentido, si llegaran a ganar estos sectores, la universidad va a tener un rol muy importante porque es el sistema, no es solo cada universidad, hay un sistema científico universitario en Argentina muy sólido. Decididamente sólido como para sostener esta bandera que ha sido una característica de Argentina.

29/07/2016

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