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"Habíamos acordado que íbamos a seguir conversando y al otro día nos enteramos por un comunicado que ya estaba resuelta la presentación del candidato que habían definido", dijo la candidata a intendenta de Neuquén por la Lista 67 Kolina, Soledad Salaburu, al referirse a por qué no se llegó a una lista de unidad en el espacio del Frente de Todos en la capital provincial.
Sobre la propuesta política de Ramón Rioseco, a quien acompañan en la provincia, valoró que "es el único que ha plantado desde hace muchos meses no entrar en la interna del MPN y es el único que plantea la modificación de la renta petrolera, que es una cuestión de fondo".
La actual diputada provincial del Frente de Todos afirmó que si consiguen los votos necesarios para obtener una banca en el Concejo Deliberante, ese lugar será ocupado por la primera candidata, Soledad Urrutia, y sostuvo que ese ámbito legislativo local "se ha transformado en un lugar donde abundan las colectoras que tienen acuerdos con distintos partidos grandes y que en definitiva no representan a sectores sociales".
En diálogo con , aseguró que "la política sigue siendo un territorio de hombres cis, heterosexuales, de clase media; sigue siendo un territorio muy difícil para las mujeres y ni hablar para las diversidades". Consideró que la violencia política por motivos de género "es una práctica propia de todos los espacios políticos, no solamente del peronismo" porque "hay cuadros fantásticos de mujeres en los diferentes espacios, de todo el arco, de derecha a izquierda, y sin embargo los que terminan discutiendo y resolviendo en la mesa chica son siempre varones".
-¿Cómo surgió la decisión de ser candidata a intendenta de Neuquén?
-En primer lugar fue una decisión colectiva porque no es fácil lanzarse así, en la más profunda soledad, no desde el punto de vista de la compañerada, pero sí claramente sin ningún apoyo de quienes siempre definieron la política y las candidaturas en el Partido Justicialista. Entonces, esa decisión la tomamos muchos, hicimos una especie de asamblea grande con los compañeros, teniendo en cuenta que con el PJ local no podíamos jugar o no teníamos el apoyo ahí porque mayoritariamente ese consejo local se pasó a las huestes de Rolando Figueroa, cosa que cuestionamos mucho el año pasado porque entendemos que para armar un proyecto político hay que tener un borde ideológico mínimo y claramente ir en el mismo proyecto que Nadia Márquez o que Marcelo Bermúdez es impensado, por lo menos para nosotras. Desde el PJ de la provincia no hubo una instancia interna para poder dirimir las diferencias o los matices que tenemos con cualquier otro candidato que también quería presentarse. No hubo una instancia de internas, que hubiera sido lo correcto y lo que nos hubiera encantado que suceda, justamente, para no ser sometidos a un dedo que te pone en un lugar o en otro. La actitud de conversar con otros sectores para una lista de unidad estuvo de nuestra parte pero antes de poder concretar eso lanzaron la presentación de un candidato. Claramente no había una intención de presentarnos en un espacio de unidad sino de imponernos, como se ha hecho en otras oportunidades, candidatos que no sabemos en qué mesa se han elegido. Nosotras veníamos trabajando desde hace rato, sobre todo, con las compañera de Kolina, que son con las que trabajamos en la Confluencia en la cotidianeidad de las cosas: en políticas de género, en un proyecto de formación para la creación de espacios de cuidado. Y desde ahí surge la estrategia de presentarnos como una colectora de la candidatura de Ramón (Rioseco) y de Ayelén (Gutiérrez), que siempre dijimos que acompañamos eso luego del congreso del PJ. Es la Lista 67 de Kolina y nosotras, con Soledad Urrutia, encabezamos la lista de Neuquén capital.
-¿Hubo alguna instancia donde hayas podido expresar que querías ser candidata, antes que se tome esa decisión a dedo?
-Sí, la tuve. De hecho, habíamos acordado que íbamos a seguir conversando y al otro día nos enteramos por un comunicado que ya estaba resuelta la presentación del candidato que habían definido. Nosotras nunca nos escondimos, ni en los momentos más duros de la militancia, como fue el macrismo, donde no queríamos abrir comedores y merenderos y los abríamos igual porque la gente tenía hambre. Trabajamos muchísimo la problemática de la violencia de género, aceitamos los mecanismos de acompañamiento comunitario, trabajamos todos estos años con apoyo escolar, trabajamos algo muy difícil, que es el abordaje de consumos problemáticos, estuvimos resolviendo problemas de salud, sobre todo en la pandemia... Desde ese lugar de la militancia social y sobre todo desde los pequeños espacios donde podíamos construir solidaridad, este sentido de la red comunitaria, nosotras creemos que tenemos mucho para proponer, mucho para hacer y por supuesto llevando una compañera como primera candidata a concejal que es Soledad Urrutia, que es una compañera que vive en el barrio, que toma el colectivo, apuesta a la organización como la forma de superarse, de superar las dificultades y de lograr mejores condicione de vida. En todos lados aclaro que yo no voy a asumir como candidata a concejala si logramos los votos necesarios. Creo que este Concejo Deliberante se ha transformado en un lugar donde abundan las colectoras que tienen acuerdos con distintos partidos grandes y que en definitiva no representan a sectores sociales que están alejados de estas instancias institucionales de representación política. A nosotras mucha gente nos conoce de distintos lugares. Somos las dos nacidas y criadas en Neuquén; militamos desde hace muchos años, en el Movimiento Evita desde hace diez años; siempre somos frontales... Si hay algo que no nos pueden decir a nosotras es que no planteamos las cosas de frente. Planteamos las cosas con transparencia y desde esos principios estamos acá para presentarnos.
-¿Hubo compañeros del propio espacio que te pidieron que bajes tu candidatura?
-Sí, pero una vez que tenían consumado su candidato entonces la respuesta nuestra era conversar para lograr una unidad, no ir ustedes con sus candidatos y nosotras a la cola. Definimos que si hay que disputar en internas, si hay que disputar con votos y militancia nosotras lo vamos a hacer. No estamos dispuestas a que nos sometan a un dedo o a una voluntad política. La discusión que tuve con ellos es sobre quién define al mejor candidato a intendente o a concejales. En definitiva, los define la gente. En el caso nuestro, nosotras representamos a un sector y somos conscientes que es a un sector. Pero nosotras salimos de ese espacio grande en donde nos juntamos y definimos jugar. Si no hay instancias de discusión interna para dirimir los candidatos, si no se generan las internas, suceden estas cosas. Por lo tanto creemos que es un escenario muy complejo, es muy complejo a nivel nacional y a nivel provincial también por la externalización de la interna del Movimiento Popular Neuquino. A nuestro criterio, muchos sectores con el objetivo de lograr un lugar en un posible Ejecutivo no han sido consecuentes con lo que siempre dijimos. Nosotras, y digo nosotras porque somos casi todas mujeres, estamos re convencidas de que tenemos que ir para adelante. Venimos trabajando en este proyecto de ciudad desde 2017, basamos nuestro proyecto en esta gran preocupación, que no se ha modificado demasiado con el cambio de gestión, que tiene que ver con el crecimiento vertiginoso de Neuquén con unos índices de desigualdad impresionantes, y lo que pusimos como prioridad en este momento histórico es, aparte de este municipio que pueda generar oportunidades, imprimimos esta cuestión de la construcción comunitaria. Por eso en nuestro programa desarrollamos la propuesta de promotores territoriales de género, de salud, en ambiente, en recreación y deportes. Desarrollamos cada una de estas cosas que es lo que hemos venido haciendo desde la militancia y en pequeños reductos.
-Decías que son casi todas mujeres en el espacio. ¿Crees que esta violencia política, la de no dejarte ir a una interna, tiene que ver con motivos de género o crees que es una práctica propia de algunos espacios del peronismo?
-Es una práctica propia de todos los espacios políticos, no solamente del peronismo. Hay cuadros fantásticos de mujeres en los diferentes espacios, de todo el arco, de derecha a izquierda, y sin embargo los que terminan discutiendo y resolviendo en la mesa chica son siempre varones. Esto lo charlo con mujeres de muchos espacios políticos. Eso es muy típico porque básicamente la política sigue siendo un territorio de hombres cis, heterosexuales, se clase media, sigue siendo un territorio muy difícil para las mujeres y ni hablar para las diversidades. Creo que la apuesta nuestra, que somos dos mujeres a la cabeza, es una apuesta de algunamanera disruptivacon lo que siempre pasó adentro del PJ o adentro del FdT y en la política en general. Que dos mujeres se decidan a ponerse a la cabeza de un espacio que fuimos construyendo durante el año pasado o acercándonos con el sector de Unidos (Usina de Ideas), con muchos compañeros de la Universidad (Nacional del Comahue).
-¿Qué otros espacios las están acompañando?
-En el espacio de Unidos tenemos aportes de grandes compañeros como Enrique Mases, como Gustavo Crisafulli, como Nora Díaz, que nos vienen aportando a ver cómo le damos una vuelta para concretar esos grandes postulados o esas grandes ideas que habíamos planteado hace muchos años, en políticas muy concretas. Por ejemplo, la creación de un fondo que permita cobrar por etapas a los edificios de alta gama y poder redistribuir esa renta y llevarla para infraestructura a los barrios populares. Estamos trabajando con las compañeras de Kolina en propuestas para la erradicación de las violencias, y estamos trabajando con todos los grupos con los que hemos ido articulando en territorio: algunas escuelitas deportivas comunitarias, con algunos espacios de juventudes que abordan la cuestión de consumo... También tenemos mucha cercanía en relación a la militancia territorial con los compañeros del PTP, con su herramienta territorial que es la CCC. Así que venimos construyendo esto desde hace tiempo y lo plasmamos en esta propuesta electoral.
-¿Cómo ves el proyecto de Ramón Rioseco a nivel provincial?
-Ramón Rioseco es el único que ha plantado desde hace muchos meses la cuestión de no entrar en la interna del MPN y es el único que plantea la modificación de la renta petrolera, que es una cuestión de fondo. Y lo viene planteando en las anteriores apuestas electorales entonces. Nosotras fuimos testigasde lo que fue el "cutralcazo", cuando privatizaron YPF, y sabemos de la gestión de Ramón Rioseco ahí, y de José Rioseco en esta última, y sabemos que claramente han construido justicia social, han construido oportunidades, hay acceso público a la recreación, a políticas de la tercera edad, al desarrollo de industrias. Ha plasmado en su pequeño territorio una política que, a nuestro criterio, es una política que debemos implementar, con todos los matices que quieras, en la provincia de Neuquén.
-Uno de los ejes en los que ustedes hacen hincapié es en la soberanía alimentaria. ¿En qué consiste su propuesta?
-La soberanía alimentaria nos preocupa muchísimo. Vemos cómo avanza el negocio inmobiliario sobre las tierras productivas. La ordenanza del loteo de las Valentinas es un ejemplo claro de que se prioriza el desarrollo inmobiliario por sobre el desarrollo de las zonas periurbanas productivas, lo que nos lleva a consumir alimentos caros, alimentos que vienen de afuera, alimentos que no sabemos la calidad, sin una política seria de desarrollo de huertas urbanas familiares o comunitarias. Sí hay una dirección de Huerta Urbana, que es interesante el asesoramiento pero claramente no es una política de desarrollo del municipio y a nuestro criterio tiene que ser una cuestión fundamental. Los estudios de Unicef que tenemos en nuestras manos arrojan que el 30 por ciento de la población infantil neuquina (no está establecido si es Neuquén Capital) presenta índices de mal nutrición. Eso es un alarma porque la malnutrición desde la infancia genera después enfermedades que podrían ser prevenidas, como diabetes, hipertensión. Nosotras hemos tenido algunas iniciativas que son muy difíciles de sostener desde las organizaciones sociales y desde la voluntad, sobre todo, porque es muy difícil el acceso a la tierra. Nosotras proponemos una política de desarrollo de huertas urbanas con seguimiento cada quince días con un agrónomo. Queremos promover la huerta comunitaria y asociado a eso, la creación de mercados populares de alimentos en los barrios para poder achicar los intermediarios, que son los que encarecen todo.
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