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Entrevistas
06/11/2022

Beatriz Gentile

"La interculturalidad es un proceso que se construye"

"La interculturalidad es un proceso que se construye" | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

Al evaluar el Encuentro de Pueblos Indígenas, la rectora de la UNC condenó la violencia de “quienes hoy están más preocupados por los recursos” que por “una comunidad democrática y solidaria". Dijo que el triunfo de Lula por escaso margen en Brasil es “un espejo para que ni Argentina ni otro país de América Latina se queden dormidos".

Laura D' Amico

La rectora de la Universidad Nacional del Comahue, Beatriz Gentile, dijo a Va Con Firma que, frente a la construcción del pueblo mapuche como enemigo, "la universidad argentina tiene el desafío y la obligación de ir desarmando un imaginario colonial, de conquista, donde el otro, la otra, la diversidad, no entran o tienen que ser eliminados".

Tras abrir las puertas de la Unco para la realización del 14º Encuentro de Pueblos y Naciones Indígenas, consideró que "cualquier manifestación de violencia, me parece, hay que buscarla por otro lado y hay que buscarla con las intenciones de quienes hoy están más preocupados por los recursos que por pensarse en una comunidad democrática y solidaria".

Sobre las proyecciones económicas para el año que viene, destacó que "por primera vez" en Diputados no recortaron el presupuesto que habían solicitado, en torno a los 14 mil millones de pesos, pero remarcó que la cifra quedó desactualizada. "Nosotros necesitamos, sí o sí, pensar en que este presupuesto pueda tener una pauta de actualización mensual o bimestral con partidas que refuercen, como ha sido este año, para por lo menos ir al ritmo de la inflación", detalló.

Dijo que decidió convocar a la Asamblea Universitaria en marzo de 2024 para discutir los lineamientos de los próximos 50 años y "volver a refundarla, volver a pensarla en un tiempo que es distinto", tomando como ejes la perspectiva de género, la dimensión ambiental y la dimensión intercultural.

La rectora se refirió también al triunfo de Lula da Silva sobre Jair Bolsonaro en Brasil y sostuvo que son "un espejo para que ni Argentina ni otro país de América Latina se quede dormido" porque "los modelos distribucionistas, cuando hay penuria económica tienen bastante poco para ofrecer. Por lo tanto, si uno mira que se radicalizan las derechas, se radicaliza el régimen de comunicación verticalista que cada vez es más concentrado y cada vez más dispuesto a generar brechas entre ricos y pobres, los progresismos o el campo nacional y popular quedan bastante indefensos frente a un poder que empieza a tener una actitud muy fuerte".

-En estos días usted dio a conocer la intención de retomar la realización de la Asamblea universitaria en marzo de 2024. ¿De qué depende que se pueda realizar en esa fecha y cuál sería su importancia?

-La Asamblea depende de la voluntad de toda la comunidad universitaria y del Consejo Superior de aprobar su convocatoria en ese mes. Yo creo que eso va a ser así. Por lo menos, seis meses antes hay que convocarla y nosotros estamos plantando convocarla para dentro de más de un año y a partir de ahí se comienzan a construir los proyectos de reforma o incorporación que son potestad de la Asamblea. Fundamentalmente creo que, en términos de oportunidad, como lo hemos dicho otras veces, es la posibilidad de que la Asamblea nos permita trazar los ejes, las líneas de los próximos 50 años de la Unco. Volver a refundarla, volver a pensarla en un tiempo que es distinto, que tiene algunas líneas de continuidad con aquel momento histórico en el que se fundó -en términos de que es una universidad regional, en dos provincias donde la producción de energía es importante así como la agrícola-. Pero en estos 50 años hubo un cambio importante en las sociabilidades; en las formas en que la articulación democracia, universidad y sociedad se ha dado. En eso a las tres dimensiones que nosotros nos propusimos, que son la perspectiva de género, la dimensión ambiental y la dimensión intercultural, queremos incorporarlas como líneas estructurantes de todo el quehacer científico, académico, administrativo y de extensión, investigación y vinculación y transferencia. Nos parece una apuesta fuerte a repensar la Unco a partir de esas tres dimensiones. Creo que la Asamblea es el ámbito adecuado porque es el órgano de gobierno, es toda la comunidad, todos los Consejos Directivos más el Consejo Superior -más de 200 personas- que van a tener en sus manos la posibilidad de pensar estos proyectos como otros. Creemos que un año es un tiempo adecuado, es pertinente.

-¿Se haría en Neuquén?

-Sí. Hay que prepararla bien por el espacio, por el ámbito, por los días porque justamente estamos hablando que tienen que venir los Consejos Directivos de Viedma, San Antonio, Regina, Zapala... Es decir, todos nuestros ámbitos que hacen a las unidades académicas van a estar presentes.

-Yendo al ámbito nacional, en este momento el Congreso está discutiendo el Presupuesto 2023, ¿qué proyección se abre para la Unco si se aprueba esa ley?

-Lo que estamos viendo, por el presupuesto que salió de Diputados y que creemos que se va a aprobar también en el Senado, es un presupuesto que contempla lo que en su momento la gestión saliente de la universidad. La presentación había que hacerla el 30 de julio y nosotros no habíamos asumido. El rector (Gustavo) Crisafulli planteó un presupuesto de 14 mil millones y ese es el número que figura. Por primera vez podríamos decir que en Diputados no se recortó el presupuesto que solicitaron, en general, todas las universidades. La propuesta que hizo la secretaría de Políticas Universitarias fue, de alguna manera, respetando esos números. El problema que tenemos es que, si bien esta es una buena noticia, no se podía saber en julio que la pauta inflacionaria fuera de las características que está siendo. Es decir, tenemos una economía muy volátil, una inestabilidad que no nos permite a nosotros realmente estar tranquilos frente a la aprobación de este. Hoy el 95 por ciento del presupuesto universitario se destina a salarios. Eso le está pasando también al Conicet, por ejemplo. Nosotros necesitamos, sí o sí, pensar en que este presupuesto pueda tener una pauta de actualización mensual o bimestral con partidas que refuercen, como ha sido este año, para por lo menos ir al ritmo de la inflación. Necesitamos un esquema que nos permita continuar, sobre todo, con lo que hace al funcionamiento, obras y ciencia y técnica, porque la paritaria es nacional. La verdad es que sin esas otras partidas nuestras posibilidades de funcionamiento van a ser muy complejas.

-Recientemente la Unco fue sede del 14º Encuentro de Pueblos Originarios, en un contexto donde nuevamente hay hechos que buscan criminalizar al pueblo mapuche. ¿Cuál cree que es el rol de la universidad ante estos discursos?

-En realidad fue un encuentro que es propio de los pueblos y naciones originarias. No lo organizó la universidad pero sí nos interesó prestar sus instalaciones, abrir las puertas de nuestra universidad honrando la tradición democrática y de diversidad que tiene la Universidad del Comahue. En ese sentido siempre van a estar las puertas abiertas porque nos parece un punto de partida. Cuando recibimos a la delegación de los pueblos originarios, que se acercaron a la universidad con el vicerrector, dijimos precisamente que para nosotros era comenzar a caminar juntos. Esa es la idea, en el sentido de que la interculturalidad es un proceso que se construye, no es algo que se pueda decretar. El encuentro del fin de semana pasado es uno de los tantos hitos que me parece necesario caminar y transitar para que toda la comunidad universitaria y que la comunidad en general empiece a poder mirarse en el espejo de la diversidad, de un otro de una otra, que tiene otros saberes, otra cultura, otra lengua otras memorias, y profundizar el diálogo necesario que la Argentina como Estado nación todavía no lo puede hacer, a diferencia de otros países.

Yo creo que la universidad tiene casi la obligación con respecto a lo que está pasando por fuera, en estas regiones y en el país en general, donde hay un discurso mediático ignorante, pero además de ignorante sumamente agresivo y absolutamente mal intencionado. La universidad argentina en general tiene, creo yo, el desafío y la obligación de ir desarmando un imaginario colonial, de conquista, donde el otro, la otra, la diversidad, no entran o tienen que ser eliminados. Nosotros, en términos culturales somos la institución capaz de sentarnos a la mesa, conversar y necesariamente abrir parte de esos imaginarios. Pensemos que en la provincia de Neuquén desde hace mucho tiempo, desde 1964 hasta la fecha, ha habido una construcción de reconocimiento de las comunidades mapuches; en Neuquén hay una iglesia con la pastoral indígena de De Nevares también comprometida en ese reconocimiento. Es decir, esa tradición que está presente en la memoria local de alguna manera contradice un poco estas salidas abruptas que hay respecto a que hay actores violentos, actores extranjeros, etc. Necesariamente nosotros formamos parte de la comunidad cultural, local, regional, que tiene mucho para empezar a hablar en términos de la experiencia propia y creo que está de sobra demostrado que las comunidades mapuches de la región, tanto de Neuquén como de Río Negro, no han apelado nunca a la violencia para plantear sus derechos. Al contrario, el reclamo de sus derechos tiene que ver con sentarse a conversar y con el diálogo permanente. Cualquier manifestación de violencia, me parece, hay que buscarla por otro lado y hay que buscarla con las intenciones de quienes hoy están más preocupados por los recursos que por pensarse en una comunidad democrática y solidaria en estos términos.

-La última pregunta tiene que ver con las elecciones en Brasil y el ajustado triunfo de Lula: ¿qué horizonte abre para la región?

-Lo primero que quiero decir es que estamos contentas con el triunfo. Creo que es un espejo para que ni Argentina ni otro país de América latina se quede dormido. Marca algo que se instaló, que es una fuerte polarización donde prácticamente algo que, a mi entender, parece paradójico es que si alguien había decretado el fin de las ideologías, creo que estamos ante escenarios electorales muy ideológicos, en el sentido de que en realidad la derecha o ese ámbito un poco más amplio que de conservadores y derechas radicales, y después gente del centro, y un poco progresismo y un progresismo más de izquierda. Toda esa gama empieza a diluirse y al ir el corrimiento del conservadurismo a la ultraderecha o a las derechas nazifascistas o fascistas, y el progresismo que cada vez necesita hacerse más de centro o empezar a ampliar su marco de alianzas porque en principio se están jugando modelos éticos, modelos morales, además de, por supuesto, modelos económicos. La diferencia que yo veo entre estas elecciones de Brasil y las otras que ganó Lula es que cuando Lula ganó anteriormente ganó discutiendo un modelo de distribución de la riqueza, anteponiendo claramente un modelo de organización social de esa economía hoy me parece que el discurso de Lula está colocando un modelo más asentado en los valores democráticos, en las libertades, en los derechos civiles. Es decir, incorpora derechos civiles y políticos que de alguna manera nosotros pensábamos que desde la transición democrática ya estaban consolidados. Eso es así porque las derechas se han vuelto antidemocráticas, se han radicalizado aún más, ponen en tensión permanentemente la estructura democrática -esto lo vemos en Brasil pero también en Argentina- y los modelos distribucionistas, cuando hay penuria económica tienen bastante poco para ofrecer. Por lo tanto, si uno mira que se radicalizan las derechas, se radicaliza el régimen de comunicación verticalista que cada vez es mas concentrado y cada vez más dispuesto a generar brechas entre ricos y pobres, los progresismos o el campo nacional y popular quedan bastante indefensos frente a un poder que empieza a tener una actitud muy fuerte. La prueba está en que hoy, Brasil, si bien no son muchos los que se estuvieron manifestando, directamente estaban pidiendo la intervención militar. La tensión a la democracia es evidente y creo que en ese esquema de polarización tan fuerte también la Argentina va a tener que pensarse en una coalición que enfrenta a una radicalización que además tiene al poder mediático y al Poder Judicial de su lado.

29/07/2016

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