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04/05/2021

La UTEP trabaja para que “Argentina no se transforme en un polvorín”

La UTEP trabaja para que “Argentina no se transforme en un polvorín” | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

“Es fundamental que el personal de merenderos sea vacunado”, dijo el recientemente nombrado secretario adjunto gremial de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular, Gildo Onorato. Sostuvo que la situación en los barrios “es dramática”.

Diego Colao

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Gildo Onorato, dirigente del Movimiento Evita, recientemente nombrado secretario adjunto gremial de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), planteó que la situación social “es dramática, la demanda alimentaria, la desigualdad en todos sus órdenes han ido creciendo” y destacó que “es fundamental que el personal esencial de comedores y merenderos tengan prioridades como sector estratégico para ser vacunados”.

“Vamos a seguir insistiendo, no nos vamos a amedrentar ante la estigmatización, porque el trabajo principalmente de nuestras compañeras es decisivo, determinante y estratégico para que Argentina no se transforme en un polvorín social”, definió Onorato en esta entrevista con Va Con Firma, en relación al pedido que le hicieron al gobierno para que destinen vacunas a quienes desarrollan tareas en los barrios.

La UTEP presentó el jueves sus autoridades en un acto en su sede de Constitución, que ratificó como secretario general a Esteban “Gringo” Castro, como secretarias generales adjuntas a Dina Sánchez y Norma Morales, y a Freddy Mariño como secretario general de organización, y el próximo paso será presentarlo ante el ministerio de Trabajo para avanzar en la consolidación del sindicato.

Onorato explicó que con este paso iniciaron “la parte final de la legitimidad y legalidad de un sindicato que tiene en su componente las organizaciones comunitarias, los movimientos populares, pero principalmente aquellos trabajadores y trabajadoras que a lo largo de casi tres décadas se han ido inventando su propio trabajo desde el descarte social producto de un capitalismo salvaje que genera ganancias, que genera productividad pero que destruye mano de obra”.

A la par de esta presentación, la UTEP va a buscar “transformarse en el sindicato más importante en su cantidad de miembros de todo el país” porque según afirmó el secretario, este “sector nucleaba antes de la pandemia a más de 4 millones y medio de habitantes de nuestro país” y van a “lanzar una campaña de afiliación para extender la representación”; además de avanzar en la integración con la CGT.

Sobre la ayuda social del gobierno, Onorato consideró que “todos los paliativos en una situación de emergencia son importantes y sirven, siempre y cuando no se transformen en permanentes”.

“Cada vez que ha habido un acuerdo con organismos multilaterales de crédito siempre han tenido cláusulas para destinar parte de esa "ayuda" a la contención social, y eso lo que ha hecho es que la política se haya enamorado de ese facilismo para resolver el conflicto social y hayamos estructuralizado la pobreza en dimensiones inaguantables en la Argentina”, consideró el militante social y agregó que “por eso los planes, subsidios, y todas las políticas paliativas, sirven cuando son transitorias, cuando se transforman en permanentes lo único que hacen es garantizar la pobreza estructural y garantizar la desigualdad”.

- ¿Cuál es la importancia de la consolidación de la UTEP?

- Un paso muy relevante en la historia de la nueva realidad del conflicto social y de la clase trabajadora, hemos iniciado la parte final de la legitimidad y legalidad de un sindicato que tiene en su componente las organizaciones comunitarias, los movimientos populares, pero principalmente aquellos trabajadores y trabajadoras que a lo largo de casi tres décadas se han ido inventando su propio trabajo desde el descarte social producto de un capitalismo salvaje que genera ganancias, que genera productividad pero que destruye mano de obra. Estas nuevas actividades del mundo del trabajo que no están sujetas bajo convenio nos han permitido elaborar una serie de ideas desde la práctica concreta, hay una nueva relación social, trabajadores y trabajadoras que se inventan su propio trabajo y que quieren derechos y que quieren legalidad y por sobre todas las cosas. Una relevante definición de nuestra fuerza y de nuestro sindicato es que haciéndonos eco de las transformaciones que viene impulsando el feminismo popular nuestro sindicato es el primero que tiene paridad en todos sus cargos directivos.

- ¿Cuántos integrantes tiene el sindicato y qué herramientas les va a dar esta legalidad?

- Nuestro sector nucleaba antes de la pandemia a más de 4 millones y medio de habitantes de nuestro país. Tenemos registrados en el registro nacional de trabajadores y trabajadoras de la economía popular, desde agosto hasta el día de hoy casi dos millones y medio, eso significa que vamos a lanzar una campaña de afiliación para extender nuestra representación mucho más allá de lo que las organizaciones que componemos la UTEP tenemos organizadas. Tenemos organizadas prácticamente 400 mil personas, ese es el piso de nuestra representación, pero sabemos que vamos a triplicarla mes a mes, por lo tanto, entendemos que podemos transformarnos en el sindicato más importante en su cantidad de miembros de todo el país.

- ¿Cuáles son los desafíos hacia adelante?

-Tenemos que discutir las condiciones laborales de nuestro sector, generar nuevos puestos de trabajo, tenemos que plantear que no se puede seguir con la política de subsidios y de planes porque el ordenador social y lo que da dignidad es el trabajo y para eso tenemos que modificar profundamente la matriz productiva de nuestro país. El mutualismo y el cooperativismo tradicional producen el 10% del PBI. La economía popular nuclea en su seno al 30% de la población económicamente activa. Esa alianza social, económica que hay que consolidar tiene que servir para modificar los circuitos productivos de la Argentina, brindarle trabajo a aquellos que están en el descarte o en la precariedad y de esa manera empujar el crecimiento económico del país de abajo para arriba generando integración social, dignidad en el trabajo y haciendo la Argentina un poco más justa porque este modelo tal cual se ha impuesto en el mundo no se soporta más.

- ¿Cómo está el pasaje de los planes sociales a la formalidad?

- Cuando hablamos de formalidad estamos hablando de las actividades establecidas en los convenios colectivos de trabajo. Nosotros lo que estamos planteando es que además de que hay que formalizar una parte del sector de la economía popular tenemos que legalizar actividades de nuevo tipo, que están vinculadas a sectores sociales que provienen de familias de dos, tres y cuatro generaciones de desocupados por lo tanto hay que plantear actividades y dinámicas de trabajo de nuevas características. Porque nuestra realidad tiene una base fundamental que es la vida comunitaria. El barrio como instrumento organizativo, y a partir de ahí se han definido un montón de actividades como las tareas del cuidado, los trabajadores y trabajadoras esenciales de comedores y merenderos que tienen que ser legalizados y legitimados; y eso también tendría un impacto en la recaudación del Estado porque van a poder aportar. El gran desafío acá es modificar las estructuras productivas de la Argentina, basados en consumo en origen, reserva de mercado, abastecimiento local y por sobre todas las cosas, generar la defensa de los procesos productivos para que tengamos el fortalecimiento de las economías regionales desde una perspectiva federal, pero desde un federalismo popular, no desde el federalismo de las elites que siempre han planteado el desarrollo de las regiones sosteniendo los niveles de desigualdad y de explotación de la clase trabajadora.

- ¿Van a incorporarse a la CGT?

- En el acta constitutiva que planteamos en la asamblea una de las mociones era iniciar los trámites formales para integrar a nuestro sindicato en un gremio confederado. Por supuesto que vamos a profundizar nuestras iniciativas y venimos con una gran cantidad de articulaciones y de diálogo para que esto pueda llevarse adelante antes del próximo congreso de la CGT.

- ¿Cómo está la situación en los barrios teniendo en cuenta las restricciones, la segunda ola de pandemia y la vacunación?

- La situación es dramática, la demanda alimentaria, la desigualdad en todos sus órdenes han ido creciendo como lo indican las estadísticas de pobreza, de indigencia, de marginalidad, de deserción escolar, por eso para nosotros es fundamental que el personal esencial de comedores y merenderos tengan prioridades como sector estratégico para ser vacunados. Vamos a seguir insistiendo, no nos vamos a atemorizar ante las acusaciones que vienen planteando distintos comunicadores públicos, no nos vamos a amedrentar ante la estigmatización, porque el trabajo principalmente de nuestras compañeras es decisivo, determinante y estratégico para que Argentina no se transforme en un polvorín social. Por eso aquellos que intentan estigmatizarnos ante el pedido de vacunación les queremos decir que estamos dispuestos a desarrollar todas las tareas que implican el riesgo del abastecimiento alimentario en los barrios populares, porque lo hemos hecho, porque no hemos parado un solo día desde el 20 de marzo y porque nos parece justo, la razón de esa justicia se explica en que la estabilidad de nuestro país, entre otros factores, también se la debemos a los sectores populares.

- ¿Cuál es su evaluación sobre las medidas de aumento de Asignación Universal por Hijo o incremento de 15.000 pesos para monotributistas de esta última etapa?

-Todos los paliativos en una situación de emergencia son importantes y sirven, siempre y cuando no se transformen en permanentes. Porque si nos remitimos a la historia cada vez que ha habido un acuerdo con organismos multilaterales de crédito siempre han tenido cláusulas para destinar parte de esa "ayuda" a la contención social. Eso lo que ha hecho es que la política se haya enamorado de ese facilismo para resolver el conflicto social y hayamos estructuralizado la pobreza en dimensiones inaguantables en la Argentina. Por eso los planes, subsidios, y todas las políticas paliativas, sirven cuando son transitorias, cuando se transforman en permanentes lo único que hacen es garantizar la pobreza estructural y garantizar la desigualdad. Por eso vamos a insistir profundamente en el trabajo como el verdadero y único ordenador social que le brinda dignidad a aquellos que han estado excluidos y descartados durante décadas.

29/07/2016

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