Entrevistas
13/04/2020

Ricardo Rouvier sobre el coronavirus

“Las consecuencias reproducen la desigualdad preexistente”

“Las consecuencias reproducen la desigualdad preexistente” | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

El sociólogo y analista político consideró que “se descuenta” que “el mayor peso de la crisis” caiga sobre “las espaldas de la clase trabajadora”. Indicó que el presidente tiene entre el 70% y el 80% de imagen positiva.

Diego Colao

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Ricardo Rouvier, sociólogo y analista político se refirió a la imagen del presidente de la Nación Alberto Fernández y remarcó que tuvo “un fuerte incremento de la popularidad que hoy ronda entre el 70 al 80% de la ciudadanía”; sobre todo por el “hecho de ponerse al frente de un desastre biológico, considerando los efectos psicológicos que esto tiene en la población”.

Sobre la oposición indicó que “está desorganizada” y que “le falta una conducción única”; además de sostener que “Patricia Bullrich no solo carece de una imagen favorable sino que su estilo no corresponde al momento de suspensión de la grieta”.

El director de la consultora Rouvier & Asociados indicó a Va Con Firma que “se descuenta, que como en otras oportunidades, caiga el mayor peso de la crisis sobre las espaldas de  la clase trabajadora, los pobres y los descartados” y señaló que a pesar de que “el virus es democrático en el ingreso al individuo”, las “consecuencias reproducen la desigualdad social preexistente”.

Para Rouvier, el “sistema-mundo en su conjunto” no caerá “en su totalidad” producto de la crisis provocada por la pandemia, por lo que “el núcleo del régimen económico continuará, pero con un reforzamiento de la  presencia del Estado”.

-¿Cómo está la imagen de  Alberto Fernández a casi un mes de cuarentena? ¿Cree que lo pueden erosionar los efectos económicos negativos de la pandemia?

-La imagen del presidente ha crecido a mayor ritmo en el último mes. Justamente, el hecho de ponerse al frente a un desastre biológico, considerando los efectos psicológicos que esto tiene en la población, le ha significado un fuerte incremento de la popularidad que hoy ronda entre el 70 al 80% de la ciudadanía. La situación extrema que significa la amenaza de la pandemia más la economía, obliga a analizar día por día ambos frentes. No hay largo plazo, hoy, en gran parte del mundo. La incertidumbre ha llegado a un nivel muy alto. En nuestro país, el gobierno ha elegido priorizar la salud, lo que en ese plano le ha significado hasta ahora una performance comparativamente mejor a los países desarrollados. Mientras tanto, la economía acumula negatividad dentro de una generalizada recesión. Pero, queda claro que la actividad económica se ubica por detrás de la evolución de las curvas que miden infectados y fallecidos.  Se  saldrá de la cuarentena en forma gradual y con alguna flexibilización destinada a recuperar poco a poco la actividad económica como la bancaria y algunas industrias y servicios. No obstante, la economía está muy dañada y empeorará; la deuda ha pasado a un segundo plano mediático.

-¿Cómo analiza el comportamiento de las empresas que echan empleados o bajan sueldos cuando hay un decreto que lo prohíbe? ¿Hay una puja de poder contra el gobierno?

-Sí, hay un decreto al respecto destinado a preservar la fuente de trabajo y hay empresas que no lo cumplen. Esta crisis generará la destrucción de muchos puestos de trabajo. El virus es "democrático" en el ingreso al individuo, no discrimina salvo por edad, pero no por clase social o sexo; sin embargo las consecuencias reproducen la desigualdad social preexistente. Se descuenta, que como en otras oportunidades, sobre las espaldas de  la clase trabajadora, los pobres y los descartados caiga el mayor peso de la crisis. Sin duda, que las grandes empresas que funcionan en base a una dinámica capitalista privilegiando la tasa de ganancia exhiben su escasa responsabilidad social. Ahora, la desocupación no provendrá solamente de las grandes sino también de las medianas y pequeñas; y en ese sentido un desocupado de una multinacional o de un kiosco es socialmente lo mismo. 

-¿Qué opina de la oposición y el papel de Patricia Bullrich como principal opositora a ciertas acciones del gobierno?

-La oposición está desorganizada, le falta una conducción única. El principal referente es el ex presidente Mauricio Macri y él está cuestionado como dirigente principal. Si bien, ésta interpelación es sorda, existe en el seno de la alianza. Está la carrera sucesoria de Larreta, el de mejor imagen, y Vidal que ha perdido popularidad pero mantiene un cierto nivel de reconocimiento. Patricia Bullrich no solo carece de una imagen favorable sino que su estilo no corresponde al momento de suspensión de la grieta. Por estos motivos es que la ex ministra de Seguridad no puede caracterizarse hoy como principal opositora. La convivencia y el diálogo abierto que mantiene el gobierno con otros opositores le impiden a ella lograr un posicionamiento relevante. Su futuro está en el futuro, no ahora, y del futuro de este presente no sabemos nada.  

-¿Cuáles cree que son los principales cambios que va a dejar el coronavirus tanto en la Argentina como en el mundo?

-Esta es una pregunta que es muy difícil de contestar en pocas líneas porque son contadas las veces en que la historia se alcanza un nivel de incertidumbre tan alto. Hay conjeturas, hipótesis y deseos relacionados con el cambio en la post pandemia. No hay acuerdo entre los filósofos de la política y ensayistas. No creo que el sistema-mundo en su conjunto caiga en su totalidad, esto quiere decir que el núcleo del régimen económico continuará, pero con un reforzamiento de la  presencia del Estado, o sea, que no veo ninguna reposición del dogma liberal puro, también. Se reforzarán los nacionalismos, sobre todo en Europa y los EEUU, con el peligro de que haya alguna restauración de los fascismos. China avanzará sobre el prestigio de haber terminado con lo que empezó en Wuhan, y tratará de lograr mayor preeminencia en la bipolaridad existente. Pero, no se advierten cambios internos en el régimen que hoy articula un capitalismo de Estado con la dirección del Partido Comunista. La competencia tecnológica continuará, y China tratará de ir difundiendo el yuan buscando desplazar lentamente al dólar. 

El individualismo continuará como filosofía moral del sistema, aunque el daño producido y la prevención generalizada se registran colectivamente. Habrá movimientos  a favor  del tercer sector, al cooperativismo, mutualismo y empresas familiares, aunque la contradicción con las multinacionales seguirá vigente.  Sin duda que en la mayoría de los países se revisarán los sistemas de salud y habrá interpelación en aquellos países, (EEUU tiene 27 millones de personas sin cobertura) en que el sistema público es muy escaso. 

Habrá cambios pero no desaparecerá la tensión entre el férreo individualismo, defensivo, y discriminatorio, de posiciones como las que hoy lidera mundialmente el Papa Francisco. Existe la posibilidad de  que se va hacia otro Plan Marshall o algo parecido. Ya hay  movimientos de  recuperación sistémica, para mantener el status quo.  Por ejemplo; Macron y Trump, acordaron una cooperación estrecha a través del G7, el G20 y los funcionarios permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU para apoyar a los organismos multilaterales, especialmente al FMI, la Organización Mundial de la Salud, y el Banco Mundial.

29/07/2016

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