Entrevistas
12/02/2020

Fernanda Vallejos

“Reestructurar la deuda es condición para desplegar las energías del Estado”

“Reestructurar la deuda es condición para desplegar las energías del Estado” | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

La economista y diputada del Frente de Todos afirmó que la falta de dólares “le pone límites a las posibilidades de expandir la economía”. Calificó de “deplorable” la situación del Estado tras el macrismo, y denunció que “muchos” funcionarios siguen en sus cargos e “imposibilitan decisiones” del gobierno actual.

Diego Colao

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Fernanda Vallejos, economista y diputada nacional por el Frente de Todos, analizó el escenario económico actual y planteó que “la reestructuración de la deuda” que dejó el macrismo “aparece no como un fin en sí mismo” sino “como una condición necesaria para poder desplegar plenamente las capacidades del Estado y volcar las energías en atender las cuestiones que son prioritarias para todos los argentinas y argentinas”.

“La falta de disponibilidad de dólares le pone un límite a las posibilidades de expansión de nuestra economía y a las posibilidades de la política económica que el Estado lleva adelante en materia de expansión”, explicó a Va Con Firma la ex integrante del gobierno de Cristina Kirchner. Explicó a modo de ejemplo “que en el 2019 la administración destinó el 20% de los recursos presupuestarios solamente al pago de intereses de la deuda”, una cifra que en el año 2015 “no llegaba al 8%”.

En cuanto a la situación en que quedó el Estado luego de la gestión de Cambiemos, Vallejos la calificó de “deplorable”, indicó que fue “desguazado”, en todos “los ministerios y en todas las áreas”, y sostuvo que el hecho de que algunos funcionarios no dejen sus cargos “están imposibilitando determinadas decisiones, porque están en lugares con la capacidad de obstruir o de limitar la toma de decisiones”.

-¿Qué importancia tiene la reestructuración de la deuda para poder reactivar la economía? 

-Es importante, sin lugar a dudas es un elemento gravitante frente al escenario en que el gobierno anterior dejó a la economía. Fueron cuatro años donde la restricción externa, que es un problema estructural de nuestra economía, se llevó al límite. Y la falta de disponibilidad de dólares le pone un límite a las posibilidades de expansión de nuestra economía y a las posibilidades de la política económica que el Estado lleva adelante en materia de expansión. Con lo cual reestructurar la deuda es un elemento ordenador que es necesario. Por ejemplo, en el 2019 la administración destinó el 20% de los recursos presupuestarios totales de la Argentina solamente al pago de intereses de la deuda, sin contar amortizaciones de capital, y esa proporción en el 2015 no llegaba al 8%. La situación de la deuda compromete seriamente en un esquema donde no estamos hablando solo del volumen impresionante de cómo se ha expandido la deuda en los últimos cuatro años, sino que además se ha dolarizado, porque el 80% de la deuda está nominada en moneda extranjera y eso condiciona el desenvolvimiento de la economía y se han condensado vencimientos en los próximos cuatro años de manera impresionante. El esquema es bastante desquiciado y Argentina tiene la necesidad de reestructurar, de alcanzar una solución ordenada como dice el ministro Guzmán, y justa, para los argentinos que han venido sufriendo a lo largo de cuatro años un persistente deterioro de su calidad de vida, perdiendo derechos, y perdiendo el Estado capacidad de poder hacerse cargo de responsabilidades que son indelegables, como salud, educación, seguridad social. Todos los aspectos que se han deteriorado y sin lugar a dudas necesitan una urgente reparación.

-¿De qué manera el gobierno puede avanzar en este escenario con políticas económicas, además del trabajo con la tarjeta alimentaria?

-Es indudable que la reinstalación del hambre es la herida más dolorosa que nos golpea como sociedad, porque pensar que 1 de cada 3 argentinos según datos de la ONU, no pueden asegurar su alimentación en un país que históricamente se jacta de ser productor de alimentos para 400 millones de personas, es muy doloroso y vergonzante. En ese sentido la puesta en marcha del plan Argentina contra el Hambre está absolutamente en sintonía con las prioridades de nuestro proyecto político y resolver el problema del hambre y curar esa herida es urgente. Después, no todo se termina allí, porque además del hambre se ha extendido fuertemente la pobreza, porque se ha duplicado la inflación en estos cuatro años, porque se ha deteriorado el mercado de trabajo, con tasas de desocupación en torno de los dos dígitos y además se ha precarizado el trabajo, ha perdido la calidad y los niveles salariales. El Estado tiene que desahogar a las pymes para que puedan volver a generar empleo en la Argentina, el trabajo es un eje ordenador absolutamente vital para nuestra sociedad y es históricamente un elemento central de la política económica de nuestro proyecto político.

-¿La moratoria para las pymes es importante?

-Es un reclamo que venían sosteniendo nuestras empresas nacionales desde hace mucho tiempo, significa un alivio muy importante. Pero lo central es restaurar los ingresos, el poder de compra de los argentinos y las argentinas. Los aumentos extra que se han dado en busca de recomponer los ingresos de los jubilados que cobran los haberes más bajos va en ese sentido, el congelamiento de tarifas también, porque es salario indirecto. La política insoportable de tarifazos que tuvo el gobierno anterior implicaba una erosión permanente de los ingresos reales de los argentinos y es algo que había que cambiarlo. La rueda de la economía funciona como un engranaje donde todas las partecitas tienen que armonizarse unas con las otras, y recomponer los ingresos es absolutamente prioritario porque a partir de allí vuelve a ponerse en funcionamiento el motor del consumo. Y si hay consumo y podemos reparar la demanda efectiva que se ha dañado en los últimos años, también nuestras empresas nacionales tienen espacio primero para volver a ocupar la enorme capacidad ociosa que dejó el modelo que privilegió la especulación financiera dejando completamente de lado la producción y el trabajo, que es lo que tenemos recuperar. Y una vez que se ocupe la capacidad ociosa, dejar espacio para que vuelva la inversión a la Argentina que es una de las variables que se ha desplomado y necesitamos que retome para expandir nuestra capacidad productiva, que es condición de la propia sostenibilidad de la deuda. Todo tiene que ver con todo, la Argentina, para poder ordenar un esquema saludable en materia de deuda, no solamente necesita una buena renegociación sino que necesita volver a crecer, volver a generar riqueza y empleo. Una cosa viene de la mano de la otra. Los lineamientos generales hasta aquí y la idea que ha planteado el gobierno en la Ley de Solidaridad que aprobamos en diciembre van en ese sentido y me parece muy auspicioso poner en debate la cuestión de la desigualdad que se ha deteriorado en los últimos cuatro años. Colocar dinero en las bases, recomponer los ingresos de los que están en situación de mayor vulnerabilidad también implica poner recursos allí donde la propensión a consumir es más fuerte y eso robustece con más énfasis la demanda, a diferencia de cuando los recursos por ejemplo, como ocurría en el gobierno de Macri, van a parar a manos de sectores que tienen su capacidad de consumo satisfecha y lo que hacen con esos excedentes es acumularlos, dolarizarlos y fugarlos. Así llegamos a tener 90.000 millones de dólares de fuga en estos cuatro años y llegamos a esa situación límite de restricción externa. Son ejes ordenadores que hay que profundizar y hay que extender a un montón de frentes. Lo que está pasando en materia de precios es una preocupación y es un tema que hay que seguir de cerca.

-¿En qué situación recibió el gobierno al Estado?

-El Estado está en una situación deplorable, en absolutamente todos los ministerios y en todas las áreas. Se lo ha desguazado, se ha desvinculado al personal operativo que es el que en definitiva hace que el Estado funcione todos los días, se han encontrado prácticamente en todas las áreas deudas enormes en un Estado vaciado en materia de sus cuentas públicas, con lo cual la situación es muy compleja por donde se la mire. Después, están las noticias que conocemos todos los días que están en sintonía con la situación de deterioro del Estado, con funcionarios políticos atornillados a sus lugares reclamando indemnizaciones millonarias que están completamente fuera de órbita y desacopladas de la realidad que vive el país y de la realidad que vive el propio Estado.

-Y casos de funcionarios frenando políticas...

-En muchos casos están imposibilitando determinadas decisiones, porque están en lugares con la capacidad de obstruir o de limitar la toma de decisiones, lo cual agrava el cuadro. Es un escenario de muchos frentes abiertos donde obviamente no caben dudas que la prioridad número 1 son los argentinos, y cómo se restaña su calidad de vida empezando por los que están en mayor situación de vulnerabilidad, pero sin perder de vista que el deterioro ha sido generalizado. Con eso en vista, volviendo al principio, la negociación de la deuda, la reestructuración aparece no sé si como un fin en sí mismo, pero sí como una condición necesaria para poder desplegar plenamente las capacidades del Estado y volcar plenamente las energías en atender las cuestiones que son prioritarias para todos los argentinas y argentinas.

-¿En cuánto tiempo puede arrancar la economía? 

-No quisiera hacer futurología y pronósticos, no los tengo hechos. Pero indudablemente no tengo dudas de que debemos trabajar para que las posibilidades de expansión de la economía sean las mayores posibles. No perdamos de vista que en estos cuatro años el PBI per cápita retrocedió casi un 35% Entonces, se trata primero de detener la caída, porque venimos de un proceso de recesión profunda y prolongada en nuestro país, luego recuperar el terreno que se ha perdido, todo lo que se destruyó en nuestra economía y que la economía siga creciendo, porque de eso se trata la buena economía. A diferencia de lo que nos quieren hacer creer con manuales convencionales abajo del brazo de que la economía tiene que ver con la administración de recursos escasos. Sabemos que no. La economía tiene que ver con cómo se administran y se multiplican los recursos para atender las necesidades de la comunidad. Y las necesidades de nuestra comunidad son muchas y el Estado es un agente movilizador fundamental de los recursos de la economía, por lo tanto esa capacidad movilizadora tienen que estar al servicio de generar más riqueza y de distribuirla mejor entre el conjunto de los argentinos, fortaleciendo primero a los que están en una situación de mayor desprotección para construir una sociedad más igualitaria, que es algo que necesitamos recuperar.

 

“Pobres más pobres y clase media empobrecida”

En su entrevista con Va Con Firma, la diputada nacional Fernanda Vallejos afirmó que “Argentina, desde la irrupción de la última dictadura cívico-militar hasta el año 2003 vivió un proceso ininterrumpido de retroceso en su matriz distributiva”. Durante ese periodo “los más ricos de la pirámide de ingresos cada vez captaban una porción mayor, y los más pobres y la clase media iban perdiendo participación”, afirmó.

La legisladora precisó que “recién en el año 2003 ese proceso se revirtió y empezamos a avanzar en materia de igualdad distributiva en nuestro país hasta el 2015. Pero ni bien asumió Macri eso fue otra vez para atrás, y nuevamente los ricos fueron cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres, y porciones de la clase media fue empujada por debajo de la línea de pobreza”.

Destacó que “es un eje fundamental que tiene que ver con un criterio de justicia social y, como dice el presidente, las sociedades que más avanzan son las más igualitarias. Y esto es así. Lo muestran los datos y los hechos”, aseguró la diputada.

Explicó en ese sentido que “las sociedades que ostentan los mejores indicadores de desarrollo humano, que tienen las estructuras de distribución más igualitarias, son al mismo tiempo las más avanzadas y son esos países que muchas veces observamos como modelo a seguir, por ejemplo los países nórdicos (del norte de Europa) que han logrado construir economías tan desarrolladas y sociedades tan igualitarias, y estas cosas son indisociables”.

Vallejos concluyó que “hay allí una razón de justicia social pero también hay una razón de racionalidad económica”.

29/07/2016

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