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Ver y oír

La memoria residual

Hasta el 31 de julio se expone en el Museo de Bellas Artes de la ciudad de Buenos Aires una selección de esculturas de Juan Carlos Distefano, realizadas entre 1972 y 2022 y curada por Maria Teresa Constantin, en las que establece a modo de homenaje un vínculo y reinterpretación de pintores de distintas épocas que fueron inspiradores para el artista.

Pepe Mateos

Los girasoles de Van Gogh, los juegos de niños de Brueghel, los campos etéreos de Policastro, la mirada de la niña de Gómez Cortnet, las mujeres de Spilimbergo y otras tantas referencias pictóricas están presentes en las potentes esculturas de esta exposición.

“Originalmente era una muestra que se iba a llamar “Por amor a la pintura”, aunque sonaba un poco raro una muestra de escultura que refiriera directamente a la pintura”, dice Juan Carlos Distefano sentado a la mesa de su casa en una mañana fría, mientras deja enfriar un café.

“En los cartelitos que está el nombre de cada pieza hay una referencia a de dónde sale. Algunas son conscientes, otras no. Quise hacer un homenaje a esos pintores que son extraordinarios, como Spilimbergo, Gómez Cornet, Policastro, Castagnino.”

Las referencias no son solo a los grandes de la pintura argentina sino que también se nutre de la pintura renacentista italiana y alemana e incluso hay una explícita vinculación con Van Gogh en dos de las obras.

“Traté de ser pintor, pero al pasar a la tercera dimensión y tomar la arcilla nunca más la pude dejar por el placer que me da. El cariño que tiene la arcilla es extraordinario: es tocar carne. Es maleable, se hace lo que se quiere con ella. Una vez que la probé no pude parar, por la sensualidad que tiene tocar el material”, expresó Juan Carlos Distefano el día de la apertura de la muestra en Bellas Artes.

El título de la muestra “La memoria residual” es una clave para entender el funcionamiento del proceso de creación del artista. Luego de hacer un recorrido y quedar impactado por las formas y lo que estas transmiten, entrar en las particularidades de cada obra, con sus cruces de épocas y autores, adquiere un sentido que abre significados y amplía su valoración. La historia del arte se mezcla con los avatares de la historia política y social de nuestro país, desde el horror de la tortura hasta los ciclos de depreciacion de la moneda o las distintas formas de degradación social.

“Yo no tengo ideas, tengo imágenes. Es lo primero que sale, y después con esas imágenes comienzo a trabajar. Sobre todo, me importan cuando hay errores. Estoy muy atento a los errores, y si hay algo bueno en ellos se abre un camino que yo no imaginaba. Aparece la aventura que es lo mejor que hay en mis trabajos: lo irracional. Salvando las distancias, es como cuando Leonardo Da Vinci aconseja que para hacer una batalla miraba las manchas de humedad de la pared.De alguna manera, es eso. Creo en la imagen”, son otros de los conceptos que Distefano expresó el día de la inauguración.

Pintor, diseñador gráfico, dibujante y escultor, Juan Carlos Distefano, nació en Villa Celina el 29 de agosto de 1933. En 1952, inició sus estudios en la Escuela de Bellas Artes Manuel Belgrano. Fue clave como diseñador gráfico en el Instituto Di Tella en los 60, vinculado a figuras como Humberto Rivas, Juan Andralis, Rubén Fontana, Roberto Alvarado, Norberto Coppola y Carlos Soler.

La incorporación en su trabajo escultórico de materiales como la resina y el epoxi le dieron características muy particulares. Sus obras vinculadas a la tragedia de la dictadura y en particular al sometimiento de los cuerpos a la tortura son uno de los hitos mas destacados y quizás por lo que es más conocido.

Es uno de los grandes artistas argentinos. Hijo de inmigrantes italianos del sur y españoles de Castilla, “una mezcla rara”, dice. “Mis padres tenían un almacén, siempre los vi trabajando, nunca vi que se sentaran a descansar, una vida muy dura. En casa no había nada de gráfica, pinturas, solo los almanaques de Alpargatas con las imágenes de Molina Castro. Empecé a dibujar mucho desde chico, son cosas extrañas eso de agarrar imágenes”, dice quizás como una forma de desentrañar el misterio que dio origen a la construcción de una obra artística que ha sido el eje de su vida y de la cual se puede apreciar una parte importante en esta muestra.

La muestra podrá visitarse en avenida del Libertador 1473 (Ciudad de Buenos Aires) hasta el 31 de julio en el MNBA, de martes a viernes de 11 a 20, sábados y domingos de 10 a 20, con entrada libre y gratuita.

29/07/2016

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