Las fotos de esos días, imágenes de una gran intensidad, han quedado estampadas en la memoria colectiva de la sociedad, aunque no dejan de sorprender como si la siguiéramos  viendo por primera vez. Quizás la imagen más emblemática, la que sintetiza mejor el espíritu de esos días, es una foto de Enrique García Medina, en la que un joven arroja una piedra a un enemigo lejano, poderoso, una especie de David contra Goliat contemporáneo.

“La cantidad de veces que no puedo ver por la cámara porque estoy llorando”, dice Enrique en una entrevista reciente. En esa frase quizá resida la intensidad de sus trabajos que son parte de nuestra historia reciente.

“Llegué a la plaza temprano el 20 después de los cacerolazos y la represión de la noche anterior y todo estaba bastante tranquilo hasta que de repente empezó a avanzar la policía montada con los caballos sin motivo aparente y se nos tiran encima a los que estábamos ahí, sin ninguna razón, en un intento de cumplir la orden de desalojar la plaza”. Así relata Diego Levy lo que fue el inicio del violento y salvaje accionar policial en la mañana del 20.

Carlos Brigo, que en aquellos días trabajaba para el Diario Popular dice, “no hay algo en particular de esas jornadas, pero sí siento muy vívidamente aún la emoción de ver a la gente resistir, avanzar, ser reprimidos ferozmente y volver a avanzar una y otra vez a lo largo de todo el día, fue heroico, muy emocionante, de no haber tenido una cámara habría tirado piedras. Muy emocionado por la heroicidad de un pueblo que dijo basta. También fue el horror porque vi caer a Gustavo Di Benedetto a metros míos”.

Paloma García durante los 90 trabajaba en una consultora internacional, estudiaba periodismo y fotografía, militaba en distintos grupos, formó parte del colectivo Argentina Arde. Tenía una mirada múltiple sobre la realidad que estábamos viviendo. Este año de un modo urgente volvió a mirar las fotos que hizo esos días y las convirtió en un libro, 2001 Fotografía Diciembre 2001 Junio 2002.

Las fotos convierten los hechos en un núcleo que condensa los significados, los sentidos, los interrogantes.

Los hechos del 19, 20 y 21 de diciembre de 2001 siguen siendo el punto de partida de nuestra historia reciente y muchos de sus elementos causantes siguen sin respuesta.