Residentes chilenos en Buenos Aires y ciudadanos argentinos se manifestaron frente al consulado de Chile en Capital Federal, a metros de la histórica plaza de Mayo, para solidarizarse con la lucha del pueblo del vecino país y repudiar la represión del Ejército y la Policía, ordenada por el gobierno de Sebastián Piñera. 

En las primeras horas de la tarde empezaron a llegar personas que se citaron a través de las redes sociales y sin una organización formal. Posteriormente llegaron otros grupos de personas, convocada por el Frente de Izquierda-Unidad. 

En el lugar hubo desde temprano despliegue de policías e instalación de vallas. Todo transcurrió dentro de un clima de relativa calma hasta que cerca de las 19, cuando había un millar de personas reunidas en el lugar, comenzaron a registrarse corridas, según describió el diario cooperativo Tiempo Argentino. 

En ese momento algunos de los convocados denunciaron frente a los periodistas la presencia de policías de civil infiltrados, que estaban empezando a detener a algunos de los manifestantes de manera irregular. No pasó mucho tiempo para que la Policía comenzara a reprimir a los manifestantes para obligarlos a dispersarse.

Cuando algunos de ellos se fueron retirando, las brigadas policiales motorizadas empezaron a perseguirlos y detenerlos por las calles internas del centro de la ciudad, disparando sobre ellos balas de goma. Hubo al menos una decena de detenidos. En medio de la represión resultó herido un camarógrafo del canal Crónica TV. 

Al menos doce muertos en Chile y un estallido social que no para