Columnistas
01/08/2016

Unidad en la acción

Unidad en la acción | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

Como quiera que se mire, la cohesión del peronismo pasará por una defensa consecuente de los derechos adquiridos por la sociedad durante los últimos años, frente a un gobierno que intenta arrebatarlos.

Héctor Mauriño

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La crisis desatada en el peronismo por la derrota electoral del año pasado a manos de esta derecha conservadora, posmoderna y antipolítica que es el macrismo, ha puesto sobre el tapete la necesidad de definir bajo qué liderazgos y en pos de qué objetivos se reconstruye el campo nacional y popular.

No es algo nuevo, el movimiento creado por Perón ya vivió la crisis de perder el poder y tener que reconstruirse desde el llano en el ‘55, en el ‘66, en el ‘76 y en el ‘83. Pero aunque todas esas instancias históricas tienen algo en común que las identifica, ninguna es igual a las demás.

Lo que ocurre hoy tiene más que ver con el ‘83, porque es una derrota electoral y no el resultado de un golpe cívico militar. Pero también guarda relación con el ‘55, porque si bien el macrismo no recurre -de momento- a la violencia institucionalizada contra los sectores populares y sus dirigentes como hizo la Libertadora, a diferencia del ‘83, hoy existe una ostensible persecución política, mediática y judicial contra el peronismo kirchnerista.

En medio de este proceso de reacomodamiento, en el que el cuerpo social y político se resiente como el organismo humano ante un trauma poderoso, la pregunta que todos se formulan es cómo, bajo qué políticas, debe unirse el peronismo para poner dique a la ofensiva antipopular y antinacional, y volver a ser gobierno para culminar las transformaciones pendientes.

En una entrevista que se publica hoy en Va Con Firma, el ex canciller de Néstor y Cristina Kirchner Jorge Taiana sostiene que lo que hace falta hoy es definir “lo que tenemos que plantear como peronismo para volver al gobierno”.

También -dice Taiana-, es necesario “un fuerte compromiso con las luchas sociales que se están dando, porque la restauración conservadora busca restringir derechos y la participación del Estado en el ordenamiento del conflicto social”.

Lo que está en discusión hoy es el tipo de oposición que se debe hacer al macrismo para construir una alternativa de cara al futuro.

Digamos que esa disyuntiva se expresa por ahora en dos extremos, por un lado los gobernadores, senadores y diputados que coquetean con el poder macrista -esta semana algunos radicales se enojaron por los peronistas que se pasan a Cambiemos y los dejan sin lugar-, y el peronismo kirchnerista, más crítico y combativo que se expresa, en la postura de algunos legisladores del Frente para la Victoria, ciertos dirigentes gremiales y agrupaciones como por ejemplo La Cámpora.

En medio de ese amplio cauce hay de todo, desde los oportunistas que nunca faltan, hasta la conducción orgánica del partido Justicialista, expresada en las figuras de José Luis Gioja y Daniel Scioli.

 “Una de las tensiones que tenemos es que si los gobernadores conservadores andan corriendo detrás de Massa o detrás de Macri, y agrupaciones como La Cámpora se van para el otro lado, a ser una minoría testimonial, estamos en el horno”, confió un dirigente de peso dentro del justicialismo. “Por lo menos, que haya un procesamiento interno con todos los sectores, después veremos cómo termina”, añadió a modo de anhelo.

Este es, precisamente, uno de los temas más importantes al momento de plantear la unidad: ¿qué sectores hace falta sumar? Cuáles sí y cuáles no.

Es un hecho que la rosca político-mediático-judicial que hoy gobierna, intenta convertir al kircherismo en el hecho maldito -diría Cooke- de la nueva democracia neoliberal.

Algo no muy diferente de lo que se ha tratado de hacer casi siempre con los sectores más combativos del peronismo, tratando de introducir una ‘cuña’ entre el conjunto del movimiento y su ala más radicalizada.

El armado que plantea hoy el PJ que conducen Gioja y Scioli, si bien se cuida de alinearse detrás de la conducción estratégica de Cristina Fernández, tampoco se opone a que el sector que ella lidera participe como uno más del movimiento, más bien lo contrario.

En esta construcción, tampoco hay una condena explícita a los gobernadores ‘colaboracionistas’ y a sus legisladores. Pero al menos se reivindica una oposición consecuente. Como dice Taiana: hace falta “un fuerte compromiso con las luchas sociales, porque la restauración conservadora busca restringir derechos y la participación del Estado en el ordenamiento del conflicto social”.

El acto del martes en La Matanza para recordar el 64 aniversario de la muerte de Eva Perón, fue en cierta forma una expresión de lo que se describe. Allí se dieron cita todos los sectores del justicialismo que pugnan por consolidar una propuesta opositora en unidad. Tal vez, algunos de ellos no se cuentan entre los más combativos, pero no acuerdan con el gobierno ni le proporcionan los votos para que pueda concretar sus proyectos más controvertidos, como el ominoso arreglo con los fondos Buitre o el deliberado desfinanciamiento del sistema jubilatorio argentino.

Lo que llamó la atención en ese acto, que no casualmente se hizo en un municipio peronista que cuenta en su gabinete con varios ex integrantes del gobierno de Cristina Fernández, fue la presencia de dirigentes de la Cámpora como el “Cuervo” Andrés Larroque y otros militantes de la agrupación kirchnerista, recibidos con satisfacción por la conducción del PJ.

Aunque muchos dirigentes del PJ reclaman una lectura crítica de lo que ocurrió con el anterior gobierno, otros tantos, como Taiana, aclaran que no se trata de “echar culpas”, sino de no volver a cometer los mismos errores.

En ese contexto, no parece casual que en su discurso Gioja le haya reclamado al gobierno de Cambiemos que deje de agitar “la pesada herencia” y comience a “gobernar para todos”. O que haya dejado plantada como premisa de la unidad justicialista “convivir bajo el techo que nos da el pensamiento de Perón” y si no hay acuerdo  resolver las diferencias “en primarias abiertas”.

Sin embargo, como quiera que se mire, la necesaria cohesión del peronismo sólo puede pasar por la consecuencia en la defensa de los derechos adquiridos durante todos estos años, frente a las agresiones de un gobierno que intenta arrebatarlos.

Cristina Fernández de Kirchner, quien se reivindica peronista pero también expresa a un amplio sector no peronista de la sociedad, ya ha dicho que no va a pujar por la conducción del PJ.

Así las cosas, más allá de los que reconocen explícitamente la conducción estratégica de la ex presidenta y de quienes por el contrario se cuidarían muy bien de hacerlo, las figuras gremiales y políticas con verdadero respaldo popular surgirán al calor de la lucha contra el gobierno conservador.

Por casa

En el gobierno neuquino ven con optimismo los avances registrados esta semana en la negociación del gobierno nacional con el Banco de Desarrollo ruso, por el financiamiento de la obra de Chihuido.

Según una fuente cercana al gobernador Omar Gutiérrez, se avanzó bastante con varios acuerdos y ahora sólo hace falta acordar la tasa de interés, “que puede que no sea 4% como pretende el gobierno de Macri pero tampoco 6,5% como estaba planteado en un primer momento”.

En el gobierno local tienen la esperanza de que el acuerdo definitivo se termine de concretar en las próximas semanas, en Moscú o en Buenos Aires, con la presencia del propio Gutiérrez.

La principal fuente de preocupaciones de la administración neuquina sigue siendo el tema de las regalías ligadas al valor boca de pozo del gas. Por el momento -según la fuente-, como el gas no se paga, la provincia tampoco recibe nada.

Como se sabe, la resolución de este entuerto está ahora en manos del Poder Judicial, pero es un hecho que, en lo que respecta al aumento del valor del fluido y las regalías que eso genere para la provincia, la suerte de Gutiérrez está unida a la del gobierno nacional.

“Si queda firme los topes del 400 y 500% de aumento, después empezará la negociación con el gobierno y las empresas productoras de gas”, confió la fuente. “El tema es que el gobierno absorba la diferencia con el precio original con un subsidio, y que las empresas lo liquiden como regalías”, agregó.

Respecto del conflicto con ATE, que alcanzó un pico de beligerancia esta semana y amenaza con profundizarse en los próximos días, el gobierno deplora el nivel de violencia y asegura que ofreció un 11% de aumento. “Con eso, más lo que se les dio en el primer semestre se completaría un 31% que es la inflación prevista para Neuquén este año”, dijo, optimista, el interlocutor oficial.

En el gobierno rescatan la buena relación con la conducción de ATE, pero creen que en este momento el secretario general, Carlos Quintriqueo, “no quiere ningún arreglo”.

Sostienen que está embarcado en una puja con ATEN por ver quién es el sindicato más combativo dentro de la CTA, y también en una pulseada dentro de ATE contra Julio Fuentes y la conducción del gremio a nivel nacional.

29/07/2016

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