Leemos azorados declaraciones del intendente Quiroga  señalando que la semana próxima presentara un nuevo proyecto para elevar la edad jubilatoria. La agenda “urgente” es agredir a sus propios empleados públicos, y hacerlos responsables de las decisiones tomada por el propio intendente.

Es que no hace una semana que, con mucho autoritarismo y violencia, lograron aprobar una reforma legislativa que carga sobre el salario del trabajador y trabajadora el déficit previsional generado por la horrorosa falta de planificación respecto del empleo y la previsión social, de quien conduce los destinos de la ciudad, ya desde el siglo pasado.

Pasado el 2001, con una grave crisis de sus cuentas fiscales, el ya intendente Quiroga echa mano desaforadamente de los recursos de la por entonces, joven y vigorosa caja, el Instituto Municipal de Previsión Social –IMPS-.  Por un lado ofrece a sus empleados un régimen de jubilación con menor edad de la requerida, para reducir la cantidad de empleados municipales y el presupuesto salarial, que como contracara incremento “vertiginosamente“ y fuera de toda lógica de sustentabilidad de un sistema previsional, la cantidad de pasivos y jubilaciones a abonar por la caja previsional.

Por otra parte, tornó más atractivo para los empleados jubilarse antes de la edad, eximiéndolos de seguir realizando “aportes” al sistema, lo que lógicamente también impacto en las arcas del IMPS.

Pero no contento con ese daño Quiroga decidió dejar de efectuar las “contribuciones” previsionales propias del empleador público, las que tendría que haber pagado su administración, creándole a la caja previsional un gran agujero de recursos, como cavado con las topadoras que tanto le gustan, especialmente para usar contra las expectativas o deseos de los sectores populares.

Semejante agujero, y otros desaguisados como las tercerizaciones y precarizaciones, transformaron una caja superavitaria en otra con un déficit significativo y creciente, en pocos años; Pero el intendente pretende responsabilizar a los trabajadores, violentarlos y cargarles el problema, ahora que la caja no da más, por las decisiones que el tomo por años.

El tratamiento legislativo resulta revelador respecto a la idea institucional de cambiemos, que presento un proyecto contrario a las opiniones e intereses de activos, pasivos y administradores de la caja, el sindicato y todos los bloques opositores, y que no acepto propuestas de modificaciones ni participo de la comisión constituida al efecto y cuya aprobación logro exclusivamente por la complicidad neoliberal del gobernador Gutiérrez.

Podría llamar la atención que Quiroga se obstine en mantener en la agenda un tema que revela su incapacidad como administrador, solo disimulada por el blindaje del que gozan quienes obedecen al poder real, pero probablemente su interés radica justamente en el ataque a un colectivo previamente estigmatizado, los empleados públicos, como forma de interpelar las pulsiones de miedo y odio de la sociedad, forma de legitimación sobre explotada por el neoliberalismo en su variante del país y del continente.