Dilma Rousseff, Fernando Lugo, Cristina Fernández de Kirchner, Luiz Inácio Lula da Silva, Rafael Correa, Jorge Glas, todos ellos han sido objeto de esta estrategia que los inmoviliza políticamente. Es, ante todo, parte de esa una nueva táctica de guerra no convencional que se conoce también como Lawfare.

El objetivo: “desacreditarlos a ellos y a las fuerzas políticas que representan, equiparándolos a delincuentes comunes e inhabilitándolos electoralmente”, sostiene Daina caballero, periodista cubana.

Para Rafael Correa, “en América Latina ya no hay solo cuartelazos para sustituir a gobernantes, como ocurría en el pasado, sino que ahora hay golpes de corte, que buscan socavar a los grupos progresistas que han ganado legítimamente el poder”.

En línea con el ecuatoriano, Evo Morales salió a criticar con dureza la persecución a Cristina Fernández de Kirchner materializada por la orden de prisión preventiva definida por el juez Claudio Bonadío.

Morales sostuvo que "rechazamos el hostigamiento judicial a la hermana Cristina Fernández de Kirchner, contra quien se ha dictado prisión preventiva. La oligarquía quiere encarcelarla y acallarla, pero no logrará disminuir el amor que le tienen millones de argentinos que la ven como su esperanza. ¡Fuerza Cristina!".

Desde twitter, el canciller argentino Jorge Faurie ensayó una respuesta, más militante que diplomática, en la que le replicó a Evo Morales su manifestación pública.

A través de la red social del pajarito, Faurie señaló que “en Argentina rige el pleno Estado de Derecho y todos somos iguales ante la ley. Existe división republicana de poderes y un sistema democrático basado en instituciones sólidas".

El presidente de Bolivia, comparó la situación de la actual senadora con la que atraviesa Lula Da Silva en Brasil, Rafael Correa en Ecuador y los demás líderes progresistas que se ven amenazados en su integridad y su libertad en cada uno de sus países.

También, los Eurodiputados junto a parlamentarios del Parlasur, Parandino, Parlatino y Parlacen manifestaron que "Condenamos la ofensiva imperialista en América Latina y la persecución judicial, política y mediática y las campañas de criminalización que sufren distintos líderes progresistas, como sean el compañero Lula da Silva, Rafael Correa o Cristina Kirchner, con el objetivo de su impedimento a candidatearse a las elecciones presidenciales", afirmaron en un comunicado en conjunto de las bancadas de izquierda.

La diputada Mayra Mendoza, se acercó al presidente ruso, Vladimir Putin con el objetivo de entregar ese documento y un conjunto de denuncias sobre la actual persecución a dirigentes políticos opositores en la Argentina y en Brasil por parte de los gobiernos neoliberales de la región.

En el Ecuador, la derecha aliada al converso Lenin Moreno se obstinó en retirar el monumento de Néstor Kirchner del ya casi sepultado Unasur y retirar las condecoraciones otorgadas a Cristina Kirchner por la Asamblea Nacional.

Ambas acciones denunciadas y repudiadas en el parlamento argentino por el diputado Alberto Ciampini y trabajadas en conjunto con la ex ministra de la Politica y actual diputada correísta Soledad Buendía, no pudieron ser evitadas, pero encontraron una unión que fue levantada por la diputada Gabriela Rivadeneira quien también sumó su repudio.

La ex presidenta del parlamento ecuatoriano sostuvo que “resulta triste la comparación de los gobiernos dignos con la Argentina de Macri o el Ecuador de Moreno; sin liderazgo, sin proyecto, a la deriva. Entregados de pies y manos a la partidocracia y al gobierno norteamericano; a los transitorios y encargados, los ungidos por la élite política para regresarnos a la era  de los “poderosos”.

Rivadeneira señaló que “en política, nos definen las alianzas que hacemos, los sectores que promovemos y favorecemos, nos define también a quiénes reconocemos y condecoramos y por qué lo hacemos. Todo eso nos define, a nosotros y a quienes hoy aprovechan la coyuntura para ganar protagonismo y atacar los símbolos de una era que temen que regrese. Porque no quieren perder sus privilegios. Pero volveremos, se los aseguro. La Patria volverá, la justicia social volverá, la soberanía y la democracia sin proscripciones, volverán”.

En su comunicado, la actual diputada ecuatoriana sostuvo que “anticipábamos una reacción revanchista de esta clase”, y señaló que resulta “decepcionante ver a los tibios y timoratos, a los sin convicción, a los que calculan y guardan silencio, a los oportunistas arrastrados a los pies de la derecha restauradora, a los parlamentarios que retiran la mirada frente a las inconstitucionalidades, que sentencian políticamente a falta de sentencias judiciales. Ahí están los que andan por la vida y la política buscando el favor de la prensa, especulando con lo que conviene decir para agradar a los dueños de la opinión y a los factores de poder”.

“Estamos en la vereda opuesta de esa gente” dijo, y  señaló estar “orgullosa hoy, de ser parte de los que resisten, de los leales y coherentes con la historia y sus procesos, orgullosa de ser parte de la proyección de una Revolución que triunfará y volverá. ¡Fuerza Cristina, fuerza Lula, fuerza Rafael!”

Si el canciller decide responder uno a uno a los cada vez más críticos de las operaciones de la derecha conservadora, deberá ensayar algunas dinámicas de respuestas que superen los 140 caracteres.

Las demostraciones de apoyo, se suman a algunos intentos de unidad ensayados en el continente, fundamentalmente ante la inminencia de las elecciones de Brasil, donde el principal líder se encuentra inhabilitado, pero el PT cercano a lograr una vez más, un sello en la historia.