Columnistas
25/08/2018

El papa disparó contra “la dictadura comunicativa”

El papa disparó contra “la dictadura comunicativa”  | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

Francisco comenzó una estrategia anticipatoria a las crecientes críticas de diferentes sectores de la sociedad vinculadas a los montos que el Estado argentino destina al pago de sueldos de funcionarios religiosos, y otras concesiones relacionadas a la institución católica. En paralelo cuestionó “la adulteración de la comunicación” y a “los gobiernos sin escrúpulos”.

Agustín Mozzoni *

Los reclamos de una gran parte de la población en torno a la despenalización de la interrupción voluntaria del embarazo (IVE) abrieron un abanico de debates que se direccionan con dureza a los vínculos que la Iglesia mantiene con el Estado y al nivel de intervención que el dogma católico tiene sobre las instituciones de la democracia.

Decididamente las manifestaciones de laicidad no solo apuntan a la fe cristiana, pero los vínculos de sus instituciones con la Argentina superan ampliamente a todas las demás manifestaciones religiosas.

En épocas de profundos cambios estructurales, el papa Francisco busca retomar la iniciativa de ciertos eventos que el catolicismo enfrenta en la Argentina.

En el informe de prensa de la 180º reunión de la Comisión Permanente presidida por el obispo Oscar Ojea de San Isidro, presidente del Episcopado, se difundió que el Vaticano y la Argentina trabajan en una reducción gradual de las asignaciones que reciben los obispos de parte del Estado Nacional.

También la decisión se enmarca en el brutal ajuste que el gobierno de Mauricio Macri lleva adelante sobre los sectores productivos y vulnerables de la sociedad, y la decisión del líder máximo del Vaticano, parece además tener un guiño hacia la población argentina.

Actualmente la Iglesia percibe un subsidio de 130 millones anuales de parte del Estado, que deriva de un decreto del año 1979 basado en el artículo 2 de la Constitución Nacional. Actualmente existen 100 obispos argentinos que cobran una mensualidad de $46.800, al tiempo que los párrocos de frontera y seminaristas menores acceden a una pequeña ayuda económica orientada a cubrir sus necesidades básicas.

Si bien no están claras las posiciones, el gobierno argentino parece decidido a introducir con mayor énfasis el debate, en tiempos de shows y circos, que sirven más como métodos divisorios y disuasorios que como cambios estructurales en favor del colectivo.

Por este motivo, fueron disputados de Cambiemos los que presentaron proyectos en la cámara de Diputados con el objetivo de avanzar en una separación del Estado de la Iglesia. Incluso, a partir de la iniciativa, algunos diputados opositores se manifestaron a favor de la medida, volviendo a generar una lógica transversal en discusiones que superan los límites de lo partidario. Precisamente en temas, donde la derecha “cool” encuentra bunker compartidos.

No quedó del todo claro si el gobierno incitó la discusión sobre el IVE o si la lucha del colectivo feminista logró doblegar al poder y marcar su propia agenda. Sin entrar en discusiones sobre cuál fue el origen, el gobierno utilizó la discusión para desviar la atención sobre la profunda crisis económica que atravesaba y evitar así la crisis política.

Hace pocos días, en una misa matutina celebrada en la Capilla de la Casa Santa Marta, el Papa Francisco mencionó la seducción que provoca la difusión y generación de escándalos y del poder de la comunicación calumniosa.

El Sumo Pontifice señaló que la historia de Nabot (personaje bíblico calumniado e injuriado falsamente) es paradigma de todos los mártires que han sido condenados usando un escenario de calumnias, y también del modo de proceder de tantos jefes de Estado y de gobierno. “Se comienza con una mentira y después de haber destruido a la persona, se juzga y se condena“, señaló.

Desde la web del Vaticano, compartieron las palabras de Francisco, en donde menciona que las dictaduras adulteran las comunicaciones que “comunicar escándalos es un hecho que tiene una seducción enorme“. Y así la comunicación crece, y esa persona, institución, o país, termina en la ruina. Al final, no se juzga a las personas, se juzgan las ruinas de las personas o de las instituciones… porque no pudieron defenderse.

“Muchas personas, y países han sido destruidos por dictaduras malvadas y calumniosas. Pensemos por ejemplo en las dictaduras del siglo pasado. Pensemos en la persecución a los judíos, por ejemplo. Una comunicación calumniosa, contra los judíos; y terminaban en Auschwitz porque no merecían vivir. Es un horror, pero un horror que sucede hoy: en las pequeñas sociedades, en las personas y en tantos países. El primer paso es apropiarse de la comunicación, y después la destrucción, el juicio, y la muerte”.

Finalmente, Francisco señaló que “las dictaduras, todas, han comenzado así, con adulterar la comunicación, para poner a la comunicación en las manos de una persona sin escrúpulos, de un gobierno sin escrúpulos”.



(*) Lic. Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales
29/07/2016

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