05/05/2018

Análisis rionegrino

Internas, externas y posicionamientos previos

Internas, externas y posicionamientos previos | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

No se conoce aún la fecha de elección del nuevo gobernador rionegrino, pero a pesar del frío otoñal hay calor electoral, aunque más en el interior de las fuerzas en disputa que afuera. Empezó la ronda de nombres en los partidos, incluso en el que ya parecía definido. Un pequeño repaso del panorama a inicios de mayo.

Hernán D´Andrea

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Mientras el gobernador Alberto Weretilneck anuncia en Bariloche que el candidato de Juntos Somos Río Negro (JSRN) recién se conocerá después del Mundial de Fútbol y en Cambiemos siguen apareciendo voluntariosos para encarar el desafío, el intendente de Roca y titular del PJ provincial -y ya desde hace tiempo candidato a intentar reemplazar a Weretilneck en la oficina de Laprida y Belgrano de la ciudad de Viedma- Martín Soria, salió de gira, iniciando con debida anticipación su campaña proselitista.

De todas formas nada indica que el camino encarado por el presidente pejotista estará expedito. Por el contrario, cada día que pasa se le va a ir poniendo más sinuoso y posiblemente con algunos obstáculos difíciles de sortear, no solo desde la oposición que analiza todas las posibilidades para bajarlo del sitial de privilegio que actualmente ocupa en cuenta a buenas perspectivas electorales, sino de las mismas entrañas del espacio político que hasta hoy ha venido liderando con tranquilidad, aunque también con un poco de displicencia.

Por lo pronto, tiene armado un cronograma de recorridas y actividades que en principio apuntan al Valle Medio y a la región Sur, sin todavía adentrarse en las grandes ciudades.

Como comentábamos el sábado pasado, sigue fiel a la línea que se impuso o le impusieron de no reacción ante las ofensivas y provocaciones que vienen principalmente desde el propio gobernador y su entorno, y en cambio les deriva las contestaciones a alguno de sus concejales, con lo que logra dos objetivos: por un lado evitar cualquier tipo de exabrupto, y por el otro minimizar la figura del primer mandatario provincial.

Por ahora su estrategia se basa en criticar en igual grado de posición a los gobiernos provincial y nacional, caracterizándolos como “socios”. Por ejemplo, en su reciente visita a Valcheta dijo que “hay dos mentirosos que gobiernan de la misma manera, con tarifazos, ajuste y endeudando a las futuras generaciones”.

El argumento seguramente se basa en la cada vez más baja imagen que tiene el presidente Macri en la provincia y la posibilidad que, tal como Soria asegura, Cambiemos y JSRN terminen conformando una alianza para la elección a gobernador.

Sobre este aspecto hay que decir que si bien desde el gobierno provincial la especie es negada con contundencia, desde el lado del macrismo cada uno de los que dicen tener intenciones de candidatearse manifiestan que es posible marchar hacia el objetivo junto al actual oficialismo rionegrino.

Volviendo a Soria y las posibles complicaciones internas, hay algunos indicios que se plantearon en la semana.

Por un lado el pedido que le hizo públicamente la senadora Silvina García Larraburu, para que convoque a internas a fin de dirimir candidaturas. Por el otro, el senador Miguel Pichetto anunciando el desembarco del peronismo federal, que si bien augura que no complicaría el proceso de unidad, hay que ver si eso es tan real. Y finalmente, la decisión de Unidad Ciudadana de estar presente en los 24 distritos, tal cual lo anticipó en Viedma el dirigente Leandro Santoro, quien además dijo enfáticamente “Unidad Ciudadana es la fuerza sobre la cual tenemos que empezar a construir una nueva mayoría".

Si no se lograran los consensos necesarios podría darse el caso de que surgieran dos o tres candidatos justicialistas: uno del peronismo federal, otro del kirchnerismo, y en todo caso el propio Soria. Plantearlo hoy puede ser una utopía, pero no hay que dejar de analizarlo.

Por supuesto las internas también van a afectar la estructura del oficialismo provincial, más aún si siguen estirando los tiempos y se siguen incorporando nombres a la pelea, lo cual -se quiera o no- siempre produce rispideces, y con más razón si en su gran mayoría, sino todos, son integrantes del gabinete.

El Mundial de Fútbol en Rusia termina el domingo 15 de julio. Después de esa fecha, según dijo el gobernador, estará la fórmula de Juntos Somos Río Negro para empezar la campaña. A priori, demasiada ventaja.

Al día de hoy, existen 6 o 7 candidatos con intenciones. Weretilneck que dijo que los iba a dejar andar y que no se iba a involucrar. En cada oportunidad que tiene dice que alguien de Bariloche debería integrar la fórmula, pero el jueves le agregó “y por qué no encabezarla”.

Lo dijo en el cumpleaños de Bariloche, por lo que podría tomarse como un cumplido, pero los barilochenses de los distintos sectores dirigenciales vienen pugnado hace mucho por tener esa posibilidad.

La historia indica que la ciudad lacustre tuvo su último representante político en la fórmula de gobierno cuando Edgardo Gagliardi fue vicegobernador de Horacio Massaccesi en el período 1991/1995. El otro antecedente se remonta a 1983 con el regreso de la democracia, cuando la ciudad tuvo a uno de sus hijos, Osvaldo Alvarez Guerrero, como gobernador de la provincia.

Después de esas dos situaciones, y a pesar de ser la ciudad con mayor densidad poblacional, Bariloche no tuvo más representación en ninguno de los dos más altos cargos del gobierno provincial.

Siguiendo el análisis de los dichos del gobernador sobre la integración de la fórmula, hoy habría que pensar en las figuras de la actual ministra de Turismo, Arabela Carreras, o en el actual titular de Obras Públicas, Carlos Valeri.

Parece ser que es a este último a quien se le está apuntando con mayor interés desde uno de los tantos sectores del gobierno.

Por lo pronto podemos anticipar que durante el pasado fin de semana se realizó una encuesta en la ciudad, en la cual los números para el arquitecto son muchos más buenos que malos. Además, es el segundo protagonista del “caballito de batalla” de la campaña, que es o será el Plan Castello, con obras diseminadas en toda la geografía provincial.

El ministro de gobierno, Luis Di Giácomo, al ser preguntado sobre la posibilidad de una fórmula anclada en el eje Alto Valle-Bariloche, señaló que “es una formula posible, y si bien no hay situaciones que sean absolutamente excluyentes, a priori puede resultar beneficioso, primero por un tema de caudal electoral, y en segunda instancia porque además se supone que nuestro adversario está ubicado en el Alto Valle y poder competir en ese espacio es muy importante”.

El viedmense Matías Rulli, ex secretario General de la Gobernación, planteó que una fórmula Alto Valle-Bariloche “atrasa”, y que ese eje de poder corresponde a otro tiempo, pero además sentenció que “si el (número) 1 no tiene reelección (por Weretilneck) es lógico que le corresponda al 2”, por Pesatti.

Quedan, de los lanzados desde el propio riñón del gobierno, los nombres de la ministra de Educación Mónica Silva, que es del Valle Medio, y el “indeciso” de Alejandro Palmieri, que es del Alto Valle.

En este último caso hay operadores cercanos al gobernador que insisten con que el longilíneo roquense debe ser el candidato, sobre todo porque les permite jugar la posibilidad de una alianza con Cambiemos.

Algunos dicen que es el candidato del gobernador; nosotros nos permitimos dudar de esa alternativa, teniendo en cuenta que se así fuera, el gobernador no manda emisarios a decírselo, sino que lo hace el personalmente.

Y después, cada vez con menos posibilidades, quedaría el intendente de Bariloche, Gustavo Gennuso, y alguien mencionó también a la jefa comunal de Allen, Sabina Costa, con alguna pretensión de ser segunda en una probable formula.

Por supuesto que debe tenerse en cuenta que en estas iniciales disputas, siempre aparecen nombres apuntando al cielo para finalmente pegarle a las estrellas. Como se sabe, también se eligen en la misma fecha legisladores, entonces siempre es oportuno que el nombre esté, en al menos algún medio, para no pasar totalmente desapercibido y con riesgo de perder la continuidad laboral.

Finalmente están los terceros en discordia, que son los seguidores del presidente Macri. Por allí aparecen los nombres de Sergio Wisky, y tres jefes comunales: Aníbal Tortoriello, de Cipolletti; José Luis Foulkes, de Viedma; y más tímidamente el de Sierra Grande, Nelson Iribarren.

El diputado nacional parece tener el padrinazgo de Marcos Peña, pero los sondeos no lo ayudan, ni siquiera en su Bolsón natal.

Tortoriello parece haber logrado asentar su gestión y asentarse él en un cargo público, aunque sigue siendo un hombre más ligado a lo empresarial que a lo público, de importante potencial económico, creyente, lo que por estos tiempos le puede sumar a favor.

Foulkes e Iribarren tienen sus orígenes en el radicalismo y parece que aun cargan sobre sus espaldas con algunas situaciones complejas de la historia reciente de su partido, que los hace aparecer como más dubitativos o como faltos de convicciones o de la necesaria confianza para encarar la cruzada, pero al menos han logrado expresar sus intenciones de anotarse.

En todos los casos, algunos con mayor incidencia que en otros, estos posibles candidatos están ligados a la suerte del gobierno nacional, que al menos por estas horas indica la existencia de un malhumor social en crecimiento dentro de un electorado con cierto enojo y con sentimiento de haber sido engañado.

De hecho, las encuestas en la provincia marcan un deterioro de la figura presidencial y la confianza en Cambiemos para solucionar los temas de la economía.

Igual, falta mucho aún, y esto solo pretende ser solo una fotografía del momento en cada una de las fuerzas que estarán disputando el gobierno provincial en pocos meses más.

29/07/2016

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