Columnistas
04/07/2016

Un mundo agitado

El Brexit, visto desde el sur del Sur

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“El Reino des-Unido y sin poder de veto dentro de la UE, está solo y aislado en su incumplimiento de las 41 Resoluciones de Naciones Unidas que exhortan a reiniciar las negociaciones con Argentina”, señala la autora en su artículo publicado en la Sección Latina de “Open Democracy”.

Alicia Castro *

El Brexit trae una situación de gran complejidad para el Reino Unido y para Europa, que implica desafíos y conflictos aun desconocidos. Esta es una época de sorpresas y paradojas; también en nuestra región: el apartamiento de la presidenta de Brasil por medio de un golpe ejecutado por un congreso plagado de corrupción, la derecha golpista en Venezuela que pretende imponer su voz en la OEA, la restauración conservadora en Argentina. Tiempos de desorden mundial.

Desde el sur del Sur vemos que el Referéndum, creado y adelantado por el gobierno conservador, desató una guerra entre dos facciones del partido: por un lado, Boris Johnson, ex alcalde de Londres compitiendo por el liderazgo, por otro el Primer Ministro David Cameron y su tesorero George Osborne que defendían el status quo, mientras la derecha radical representada por el partido UKIP pedía su disolución.

Cameron llegó al referéndum en el peor momento, su popularidad terminó de caer con su involucramiento en los Panama Papers. Muchos votantes que han perdido su calidad de vida como consecuencia de los ajustes del gobierno conservador creyeron que saliendo de Europa podrían recuperar el estado de bienestar. La campaña por la salida estuvo plagada de mentiras: se prometió que los 350 millones de libras semanales que demanda Bruselas serian destinadas a mejorar el decaído Sistema Nacional de Salud (NHS) y el régimen de pensiones, rebajar impuestos y aumentar los subsidios. Sin embargo, inmediatamente después de triunfar el Brexit, Boris Johnson- un político que como periodista ya se había ganado fama de mentiroso-  dijo que aún es "incierta la implementación".

Ya aparecen miles de arrepentidos y se especula con que podría haber otro referéndum.

Prometieron un boom económico y al día siguiente se desplomaron las bolsas y la libra.

Nigel Farage, el líder ultraderechista de UKIP que manipuló descaradamente los miedos, el racismo y la xenofobia vociferando contra la entrada de inmigrantes de Europa, ya desnudó sus contradicciones en varios reportajes. Con el reconocimiento de las consecuencias, entre otras la salida del mercado común, ya aparecen miles de arrepentidos y se especula con que podría haber otro referéndum.

Lo que queda demostrado, y es muy preocupante, es que la campaña para dejar la Unión Europea no tenía un plan. En particular, parece que sus ideólogos ni siquiera tuvieron en cuenta los conflictos que inmediatamente traería al interior del Reino Unido. Escocia e Irlanda del Norte, que votaron mayoritariamente por permanecer en la Unión, ahora están demandando un referéndum para separarse de Inglaterra que los desmembró de Europa.

En este escenario faccioso- que permite a la prensa británica adornar sus análisis con metáforas Shakesperianas de dagas y traiciones- el opositor partido laborista hizo campaña para permanecer en la Unión Europea, tomando en cuenta la necesidad de reformular favorablemente las condiciones (Remain and Reform), acompañado por casi todos los sindicatos y la central sindical TUC.

El líder del laborismo, Jeremy Corbyn, insistió sin éxito en la necesidad de que el gobierno legislara para establecer igualdad de condiciones laborales y salariales que equiparen a todos los trabajadores europeos con los británicos, a fin de desarmar la campaña contra la inmigración, agitada por la derecha radical y la prensa amarilla. Corbyn fue elegido como líder del Partido Laborista causando gran sorpresa y revuelo en la política británica, y cientos de miles de ciudadanos se sumaron con entusiasmo al laborismo sólo para poder apoyarlo. Desde entonces, los diputados de su partido, los llamados Laborismo Parlamentario, moderados, algunos partidarios de Tony Blair, han intentado por todos los medios desprestigiarlo y correrlo de la escena.

El triunfo del Brexit es una nueva excusa utilizada por el denominado partido laborista parlamentario para cuestionarlo, y están conspirando para derrocarlo como líder. Probablemente se tendrán que enfrentar al laborismo que está en la calle, el viejo laborismo idealista y los jóvenes, trabajadores y sindicatos que ven en Jeremy Corbyn la única esperanza de un cambio progresista.

Escocia e Irlanda del Norte, que votaron mayoritariamente por permanecer en la Unión, ahora están demandando un referéndum para separarse de Inglaterra que los desmembró de Europa.

Corbyn es, además, el único líder político británico que conoce Latinoamérica, y que en lugar de hacer resonar los viejos tambores del Imperio en contra nuestro ha apoyado a los gobiernos progresistas de la región; toma en cuenta que los 33 países que componen la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC) constituimos la tercera economía mundial, desconocerlo sería una estupidez económica. Desde nuestro punto de vista, es francamente grotesco endilgar responsabilidad alguna a Corbyn en un referéndum montado y manipulado por los conservadores. La Unión Europea es una construcción colectiva, y ha perdido prestigio con los sacrificios económicos que ha impuesto a Grecia, a Portugal, a España, provocando grandes crisis políticas y sociales. Deberá reformularse para ser una Europa verdaderamente plural, sin hegemonías indeseables, que no sea vista como instrumento del sistema financiero y cuyo funcionamiento logre mejorar la vida de los pueblos de todos los estados miembro.

En una teleconferencia en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires el viernes 24 de junio, escuchamos la interpretación de Julian Assange, fundador de Wikileaks, sobre el Brexit "No ha sido el racismo que llevó a los británicos a votar la salida, sino los miembros de la clase trabajadora que se sienten como extraños en su propio país, que creyeron que no tenían el poder de controlar las cosas en el Reino Unido, de modo que decidieron votar contra el establishment político" argumentó. Describió " una guerra civil en la política, donde dos facciones conservadoras se están enfrentando duramente: una facción 'transatlántica' entre los que se encuentran los blairites, que promueve relaciones muy cercanas con los Estados Unidos y otra que quiere revivir el ideal del viejo imperio británico" concluyó. También señaló que la adhesión dada por las grandes corporaciones de negocios y los dirigentes políticos de Estados Unidos a la permanencia de Gran Bretaña en la Unión, fue un factor determinante. Está bien claro que las intervenciones militares de Estados Unidos y sus aliados en Libia, Siria, Iraq y Afganistán han provocado la enorme crisis de los refugiados en Europa, con millones de personas huyendo de esos países en guerra.

Respecto a la Argentina, el nuevo escenario puede contribuir, en principio, para que el presidente Macri comprenda qué es el Reino Unido. Cuando se reunió con el Primer Ministro David Cameron, en el mes de enero, el presidente argentino le expresó "Estoy muy contento de iniciar una nueva etapa de relaciones con Inglaterra " (England). Ahora, tal vez, tome en cuenta que se trata de cuatro Naciones: además de Inglaterra, el Reino Unido está conformado por Escocia, Irlanda del Norte y Gales, cada una con su dinámica, cultura e intereses propios y diferentes; el escenario es un poco más complejo que el que describió Macri en esa reunión a la que caracterizó como " muy linda"; por lo tanto, precisamos de mayor discernimiento y precisión para manejar las relaciones exteriores.

Creo que este es un momento oportuno para reforzar nuestro reclamo de diálogo y negociación por Malvinas e insistir para que se retire la base militar británica en este enclave estratégico y se dejen de expoliar los recursos naturales al sur de nuestro Continente.

Este es un momento oportuno para reforzar nuestro reclamo de diálogo y negociación por Malvinas

El Canciller español, por ejemplo, al día siguiente del Brexit, propuso ejercer la soberanía compartida en Gibraltar.

El Reino des-Unido y sin poder de veto dentro de la Unión Europea, está solo y aislado en su incumplimiento de las 41 Resoluciones de Naciones Unidas que exhortan a reiniciar las negociaciones con Argentina. Aunque el presidente Macri haya expresado ignorancia supina y su canciller Malcorra haya cuantificado la cuestión Malvinas como apenas "el 20% dentro de la relación bilateral”, el interés por desterrar un enclave colonial al sur de nuestro continente es un objetivo permanente de todos los pueblos del mundo que rechazamos el imperialismo y el colonialismo.



(*) Diputada nacional (1997-2005) / Embajadora en la Republica Bolivariana de Venezuela (2006- 2011) / Embajadora ante el Reino Unido (2012-2015).
29/07/2016

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