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01/08/2017

Motivos de la evacuación del hospital de Centenario

Motivos de la evacuación del hospital de Centenario  | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

El reciente caso en el servicio de pediatría de ese centro asistencial es otra dramática señal del deterioro del sistema público de salud de Neuquén. La situación no se debe a la actitud caprichosa e irresponsable de un par de médicos, sino a políticas que descuidan lo público desde hace más de una década.

Daniel Esteban Manoukian *

Hace 13 años el entonces gobernador Sobisch pronunció una frase que resultó irritante pero que se le debiera agradecer porque sinceró una decisión política de alto nivel. Dijo en Zapala el 11 de junio de 2004: “Tenemos tan buen servicio de salud en Neuquén que los privados se están fundiendo y debemos revertir esa situación”.

Efectivamente, esa frase fue una señal de lo que marcó el inicio o profundización de una etapa de la historia del sistema neuquino de salud, signada por la fuerte transferencia de fondos hacia el sector privado. Ese flujo se generó, o directamente desde los hospitales incapaces de dar respuestas suficientes en cantidad (debe recordarse, como ejemplo, que hace casi 40 años el sector público cuenta prácticamente con la misma cantidad de camas de terapia intensiva), o bien usando a la obra social provincial como puente.

Esta semana, Neuquén y específicamente su sistema de salud, otrora ejemplo nacional y hasta regional, fue noticia en los medios nacionales, por el grave hecho generado al evacuar y cerrar el servicio de pediatría del Hospital Centenario, uno de los más recientemente inaugurados.

El hecho aparece como una señal alarmante por varias razones. En principio es reprobable que uno de los coletazos de la gestión del sistema de salud concluya en una restricción del acceso de niños de sectores vulnerables a un servicio esencial como es el de pediatría en un hospital general.

La situación se agrava aún más cuando las autoridades sanitarias admiten dificultades y déficit en muchos hospitales, pero sugieren que lo que ocurre en Neuquén no es más que reflejo de lo que ocurre en otras latitudes, pasando por alto que Neuquén cuenta con una inversión en salud solo en el sector público per cápita de $8.360/habitante/año. (Según cifras oficiales, el presupuesto ejecutado en Salud en 2016 fue de $5.257 millones, para una población estimada total de 628.897 personas). Resulta ser uno de las más altas del país, sin lograr que eso se traduzca en indicadores sanitarios equivalentes.

Es al mismo tiempo muy serio que quienes ponen el hombro para que, pese a las dificultades, los servicios no se interrumpan, sean sindicados por las propias autoridades como los autores del problema.

Los pediatras del servicio de pediatría del hospital cabecera de la provincia, el Castro Rendón, cuestionaron mediante un comunicado de prensa al ministro de Salud y Desarrollo Social, Ricardo Corradi Diez, y a la subsecretaria Alejandra Piedecasas, exigiendo su renuncia y advirtiendo que ambos exponen a sus colegas pediatras, responsabilizándolos de la particular situación del hospital de Centenario.

Manifiestan que el deterioro de ese servicio “comenzó hace más de 4 años con la autorización de múltiples licencias, jubilaciones y renuncias que generó un vaciamiento irrecuperable. Desde ahí en adelante, la situación ha sido de parche, sin lograr discutir los problemas tanto internos como externos de políticas de salud que resultan en un sistema expulsivo de personal capacitado y formado para tal fin”.

Advirtieron al mismo tiempo que “la falta de cuidado hacia el recurso humano y la violencia con la que las autoridades se están manejando, ha generado una situación de agotamiento total en nuestras queridas compañeras y que causará un efecto dominó sobre los demás compañeros y compañeras que terminaran por agotarse también”.

En efecto, en medios informativos nacionales pudo escucharse al ministro sugerir que los médicos, que renunciaron a continuar sosteniendo el servicio con menos de un tercio del plantel, habían hecho abandono de pacientes al generar una situación que obligó a la evacuación y traslado de 13 niños.

El caso Centenario aparece como una dramática señal que se agrega a otras recientes que marcan el deterioro del sistema público de salud, vale para ello revisar recientes notas referidas a la situación de varios hospitales de la provincia. El cierre del servicio de pediatría del Natalio Burd, en consecuencia, no es una cuestión aislada fruto de la actitud caprichosa e irresponsable de un par de médicos. Por el contrario, es el resultado de la aplicación de políticas que descuidan lo público, que profundizan aquella línea estratégica marcada hace 13 años por el entonces gobernador Sobisch, y cuyo rumbo no parece ser posible de modificarse si no cambia la matriz política provincial.

Sostenemos que la recuperación del sistema de salud neuquino está indisolublemente ligada a la decisión política de reivindicar lo público con convicción, con capacidad de planificación y gestión a favor de los intereses populares, y con la vocación de construir pactos proactivos con todos los actores involucrados, imbuidos de la idea de que no es posible salud para todos y todas sin un Hospital Público fuerte que marque el rumbo del sector.



(*) CUESEB (Centro Universitario de Estudios Sobre Salud Economía y Bienestar - Universidad Nacional del Comahue) y Centro de Estudios de la Sociedad de Medicina Rural de Neuquén.
29/07/2016

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