Hace pocos días los diputados provinciales Eduardo Fuentes y Ayelén Gutiérrez, presentaron en la Legislatura un proyecto de declaración instando a las autoridades provinciales a propiciar la cobertura de cargos de conducción del Sistema Público de Salud mediante concursos. La iniciativa se inscribe dentro de los esfuerzos para retomar la senda de jerarquizar el Sistema de Salud neuquino, que en los días que corren está dando reiteradas muestras de su estado crítico. 

Al fundamentar el proyecto los diputados mencionaron que los hospitales son organizaciones complejas, no solamente porque su principal objetivo es garantizar el acceso a un derecho esencial como lo es el de la salud, con todo lo que implica tratar con situaciones que resultan críticas para las familias, sino porque además para cumplir su cometido se debe asegurar el funcionamiento armónico de un equipo de trabajo integrado por componentes que por sus perfiles específicos responden a diferentes lógicas de planificación y ejecución de las tareas.

La gestión hospitalaria es una tarea que requiere del concurso de una conducción capaz de articular saberes, experiencias y capacidades en pos de un objetivo institucional. La misión de cada hospital y la visión que se pretende recrear para lograr que cada establecimiento responda a las necesidades de la comunidad asistida, deben estar claramente expuestas para contribuir a alinear democráticamente los intereses particulares de los trabajadores y los grupos que al interior de cada organización se conforman.

En Neuquén se privilegia la integración de la red pública habida cuenta que la integración ordenada por complejidad creciente, funcionando con aceitados mecanismos de referencia y contra-referencia, porque existen sobradas muestras que ese formato genera resultados que impactan positivamente en los indicadores de salud colectiva.

El mecanismo de concurso por oposición y antecedentes en virtud de lo expuesto, refiere el diputado Fuentes y la diputada Gutiérrez, deviene en un instrumento eficaz y efectivo para que la cobertura de los cargos de conducción de los hospitales cumpla con esos dos cometidos.

En efecto, el concurso produce varios efectos positivos pero destacaremos dos. Por un lado uno vinculado con el espacio interno o propio del hospital cuya conducción se concursa y por otro, el relacionado con la estructura de la que los hospitales son parte.

Con referencia al primer aspecto, debe mencionarse que cuando los concursos son por oposición se solicita a los postulantes que presenten un proyecto de trabajo para el tiempo estipulado de conducción. Ese proyecto debe necesariamente partir de identificar el perfil epidemiológico de la población asistida, perfilar la situación actual, determinar las limitaciones que para el logro de los objetivos se visualizan y realizar una propuesta de trabajo de corto, mediano y hasta de largo plazo, que facilite alcanzar el objetivo primario del hospital en ese lugar, con las características particulares que le dan identidad. Para poder conformar un proyecto de ese estilo necesariamente se requiere la participación de un equipo de trabajo, con lo cual ya desde el inicio, se está contribuyendo a recrear la idea de que solo es posible una gestión efectiva cuando se promueve un trabajo en equipo y se propende a crecer garantizando calidad en el proceso de atención. Ese trabajo inicial por otra parte, se constituye en un primer instrumento a favor de la gobernabilidad necesaria para conducir cualquier organización, dado que desde la formulación se parte de consensuar con el colectivo, es decir que el proyecto no es una cruzada individual.

Al pertenecer el hospital a una red, toda propuesta debe contemplar no solamente la ubicación de ese eslabón en la organización madre, sino que además deberá tener en cuenta los principios rectores que inspiran la estrategia del sistema como un todo. De esta manera el proyecto que finalmente al aprobarse, legitime a un postulante como conductor, será una base desde la cual gestionar los recursos e instrumentos que ese hospital requiere para cumplir con su misión. Dicho de otra manera, un conductor que asume el cargo luego de un concurso por oposición encuentra en el propio proyecto aprobado respaldo suficiente para gestionar ante las autoridades ya que previamente éstas acordaron que el mismo respondía a los objetivos superiores.

Por otra parte los concursos que además consideran los antecedentes de los postulantes buscan garantizar que quienes accedan a los diferentes estamentos de responsabilidad hayan acumulado experiencia y conocimientos afines a la función que tendrán que asumir. Complementariamente, el sostener este tipo de mecanismo para cubrir cargos de conducción le otorga un perfil de seriedad a la organización misma y actúa como estímulo para que otros integrantes del equipo de salud se aboquen a formarse y capacitarse, todo lo cual redunda en el mejoramiento continuo de la institución.

Sin dudas la cobertura de cargos empleando el mecanismo de concurso por oposición y antecedentes jerarquiza a las instituciones y propicia formas transparentes y auditables de asignación de responsabilidades, para cuya ejecución plena debe contarse con la suficiente legitimación.

No son por sí mismos garantía de éxito para una futura gestión, pero sí representan un buen inicio. Son mecanismos que sin duda otorgan más solidez y sustento a decisiones a menudo complejas, pero muy probablemente más seguras que cuando esas designaciones solo consideran atributos referidos al alineamiento político partidario.

Junio de 2017