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09/07/2017

La definición: ¿Independencia o Colonia?

La definición: ¿Independencia o Colonia? | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

A mediados de 1815 la Junta de Buenos Aires convocaba a un Congreso en Tucumán. La elección de dicha ciudad se justificó por su ubicación equidistante del resto aunque la lejanía respecto al área de influencia del artiguismo.

María Beatriz Gentile *

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En 1814 la derrota de Napoleón abría el camino para la restauración absolutista en Europa. Fernando VII recuperaba su trono en España y se disponía a reconquistar las colonias de América con el envío de un ejército de 10.000 hombres. A esto último sumaría la aplicación de una política extremadamente rigurosa contra los insurgentes de 1810 decretando la “guerra a muerte”.

Un contexto dominado por la vuelta del ancien regime colocaba al gobierno británico en otra situación: si antes había sido hostil al pronunciamiento de los criollos, ahora y a espaldas de la corona española, los apoyaría con el envío de armas y voluntarios.

En América cuatro años de guerra civil entre realistas y patriotas dejaba un escenario complejo. A nivel social, en los ejércitos las clases altas sólo aportaron los cuadros de conducción; esto hizo necesario armar a una parte de la plebe y de las castas aún a riesgo de quebrar el orden establecido y que el conflicto se convirtiera en una lucha de pobres contra ricos.

En lo económico, la necesidad de recursos para el sostenimiento de las tropas se tradujo en una inmensa destrucción de la riqueza metálica y en la apropiación de ganados y frutos de la tierra desarticulando los circuitos productivos de la economía colonial. Por último la región que no hacía mucho comenzaba a disfrutar del libre comercio ahora debía endeudarse para pagar los costos de la guerra.

En poco tiempo el conflicto había avanzado demasiado para que fuera posible clausurar todo el episodio como una deplorable rencilla de elite. Plebe y castas no tenían las mismas razones que las oligarquías locales para querer moderar sus consecuencias. Los realistas estaban convencidos que con la metrópoli devuelta a su soberano, podían acabar con los revolucionarios. Y para estos últimos, la espera por definiciones se agotaba.

Hacia 1815 sólo quedaba en pie la mitad meridional del virreinato del Rio de La Plata. Los americanos insurgentes de México, Caracas, Bogotá, Santiago de Chile y Quito habían caído frente a la reconquista española con ayuda de los también americanos leales al rey.

¿Podía una revolución al borde de la extinción, realizar lo que no había podido hacer en la plenitud de sus fuerzas?

Si España comprendía que la única forma de recuperar la unidad de su imperio era acabar con cada uno de los levantamientos y llevar a cabo una acción de conjunto sobre el territorio, entonces los americanos debían cambiar su perspectiva. La revolución local se había transformado en una guerra colonial.

La formación de los ejércitos de Simón Bolívar, José de San Martín, Bernardo de O'Higgins y Antonio Sucre fue la estrategia más adecuada para enfrentar una guerra de carácter continental. A partir de ello, declarar la independencia de la única región libre era visto como necesario y por lo que José Gervasio Artigas desde la Banda Oriental, venía presionando sin éxito al poder político de Buenos Aires.

A mediados de 1815 la Junta de Buenos Aires convocaba a un Congreso en Tucumán a realizarse al año siguiente. La elección de dicha ciudad se justificó por su ubicación equidistante del resto aunque la lejanía respecto al área de influencia del artiguismo era desde luego un motivo de consideración.

A la convocatoria de 1816 no asistieron los representantes de la Banda Oriental, Santa Fe, Entre Ríos, Corrientes y Misiones. Estas provincias habían sellado su compromiso un año antes en el “Congreso de los Pueblos Libres” dando entidad a una realidad federativa independiente de España, pero también de Buenos Aires.

Aún bajo este clima de conflictividad interna, el 9 de Julio de 1816 se firmaba el acta que declaraba a las Provincias Unidas de Sud América como “una nación libre e independiente del rey Fernando VII, sus sucesores y metrópoli”. Diez días después y a instancia de José de San Martín, el diputado Medrano proponía añadir a la fórmula del juramento "...y de toda otra dominación extranjera” para evitar cualquier expectativa colonial que a futuro surgiera.

La definición estaba tomada. Ahora sí comenzaba el camino por la emancipación definitiva de América.  



(*) Historiadora, decana de la facultad de Humanidades de la Universidad Nacional del Comahue.
29/07/2016

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