Para el gobierno fueron días positivos. De cómo se sucedan los acontecimientos de aquí en más, veremos si ello se traduce o no, en esperanzadoras perspectivas para todos los rionegrinos.

El gobernador regresó de una gira que parece haber sido muy fructífera junto al presidente de la Nación por Dubai, China y Japón. Se trajo bajo el brazo la posibilidad de la instalación en territorio provincial de una planta de energía nuclear que tiene una inversión de 8000 millones de dólares y generará miles de puestos de trabajo para su construcción y una más que interesante incorporación de mano de obra para su funcionamiento.

También debe computársele como positivo que por segunda vez acompaña al presidente de la Nación en un viaje al exterior lo que ratifica que la relación, por lo menos desde el punto de vista institucional y personal, pasa por un buen momento.

El otro tema altamente positivo para el mandatario ha sido el claro acompañamiento obtenido por el Plan Castello en el ámbito de la Legislatura donde logró un amplio respaldo de legisladores propios y ajenos, a lo que se debe adicionar la división que el tratamiento de la ley causó en el principal bloque de la oposición y cuyas consecuencias aún son difíciles de dimensionar.

Pero, claro está, que los más importante es haber logrado superar esa instancia legislativa para poder poner en marcha un ambicioso programa de realización de obras públicas y de infraestructura en distintas localidades de la provincia a partir del aporte de un crédito de 580 millones de dólares.

Justo es reconocer también que no sólo ha sido una buena idea, sino que conocido el resultado logrado, sin dudas, el planteo de Weretilneck ha sido una interesante y efectiva jugada política en estos tiempos difíciles, pero electorales.

Analicemos primero lo del viaje a China. Como decíamos ratifica una relación político institucional entre los gobiernos nacional y provincial y entre ambos mandatarios.

Es muy importante haber logrado aunque sea un primer paso para la apertura del mercado asiático para los productores que se producen en Río Negro.

Y finalmente la decisión y los avances logrados para el emplazamiento de una central nuclear en el territorio provincial, que marca un hito importante en la historia de la provincia, sobre todo por el nivel de inversión.

La construcción de la planta demandará una inversión superior a los 8 mil millones de dólares, la creación de 5.000 puestos de trabajo directo durante cinco años y otros 800 puestos de técnicos y científicos durante los 50 o 60 años de vida útil de la central.

El anuncio ha provocado reacciones favorables y adversas, como era de esperar. Las contrarias con algunas aseveraciones de orden estrictamente político electoral y otras con opiniones de sectores ambientalistas, mientras que las que acuerdan con la idea rescatan la importancia de la inversión, la apertura de las fuentes laborales y las que indican que la elección de la provincia para esa radicación es un reconocimiento a toda una tradición en el estudio y manejo de la energía nuclear con fines pacíficos que se viene operando en la provincia.

Río Negro ya es una provincia nuclear con la existencia del Centro Atómico de Bariloche donde funciona un reactor nuclear desde hace muchos años, desde 1983 existe una planta de enriquecimiento de uranio en Pilcaniyeu que estuvo inactiva y fue reactivada en 2015 por el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, que desde la misma planta dijo que “el uranio enriquecido en Pilcaniyeu abastecerá las tres centrales núcleo eléctricas que están en funcionamiento, otras proyectadas, y los trece centros de medicina nuclear”.

Además se cuenta en Bariloche con la ya conocida y destacada actividad de Invap y el Instituto Balseiro, con lo que esto sólo viene a consolidar una posición que se tiene desde hace mucho tiempo en la historia nuclear del país.

De todas maneras hay que tener en cuenta que el tema será objeto de debates en todo el periodo electoral que se avecina y será el momento de aclarar posiciones con argumentos más sólidos y científicos.

Por lo pronto desde acá a fin de año, el gobierno nacional terminará de pulir junto a la empresa estatal china encargada del proyecto, el contrato puntual, que incluye el lugar de emplazamiento, detalle de obras, monto, tasa de interés y financiación.

En cuanto a la aprobación legislativa del Plan Castello ha sido un importante triunfo del gobernador, pese a quien le pese.

En primer lugar porque de concretarse tal cual está proyectado resolverá situaciones y traerá innumerables beneficios con la puesta en marcha de un proyecto integral de obras a mediano y largo plazo, en distintos puntos de la geografía provincial que además generará mano de obra y movimiento económico.

Desde el punto de vista político electoral, el gobierno de Weretilneck, logró cosechar el aval de por los menos el 80 por ciento de los intendentes municipales, generar un respaldo económico para salir a prometer, anunciar e iniciar obras transformadoras para el desarrollo provincial, y logró desestabilizar y dejar endeble la estructura partidaria de su principal rival político que es el justicialismo liderado por Martín Soria.

El jefe comunal roquense hasta una horas antes de la sesión del miércoles seguía manifestando que “nosotros hemos sido muy claros en el mes de enero, no vamos a acompañar un proyecto perjudicial para los rionegrinos, a menos que alguien esté buscando otro partido para irse”.

Soria dijo el viernes anterior en una radio de Viedma que “hay un mandato de la reunión el consejo del partido y las bancas son del partido y hay un artículo de la carta orgánica partidaria que obliga a ese cumplimiento”.

Finalmente manifestó que “la mayoría de los legisladores, sino la totalidad con que he hablado, están en desacuerdo en aprobar esto porque no es un proyecto, no han cambiado absolutamente nada”.

Unas horas después seis legisladores de su partido, incluyendo al presidente Alejandro Marinao, votaron a favor del proyecto del Ejecutivo.

Por ahora no hubo represalias aunque la relación quedó sumamente resentida. Habrá que esperar, seguramente primará la opinión de los menos explosivos y se tratará de llegar a octubre de la mejor manera posible.

Estará en la habilidad de Soria el tratar que el agua no llegue al río. Por lo pronto el titular del partido como mínimo, ha perdido autoridad.

Conociendo su temperamento y actitud, la verdad que es difícil aventurar cual será su comportamiento para manejar la situación, lo que queda claro es que ya son varios los que se le animaron a contradecirlo y que ponen nuevamente en análisis el planteo de que ya hay algunas metodologías que utiliza que no dan resultados satisfactorios.

Lo cierto es que el gobierno tuvo una muy buena semana. Con estrategia o sin ella logró varios objetivos al mismo tiempo.

Consiguió el aval para el empréstito, acrecentó su relación con los intendentes municipales que no lo eran afines, tendrá por delante anuncios e inicio de algunas obras y la esperanza de varios ciudadanos, reafirmó la figura del presidente del bloque de legisladores Alejandro Palmieri, que posiblemente sea su candidato para octubre, y finalmente le asestó un duro golpe a su principal adversario y detractor.

Y esto en un año electoral, no es poca cosa.