Columnistas
16/03/2017

Los chicos y las chicas en la agenda del ajuste

Los chicos y las chicas en la agenda del ajuste | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

“Las políticas destinadas a la infancia han dejado de perseguir el ‘interés superior del niño’ y el reconocimiento y acceso a sus derechos”, afirma en este artículo quien se desempeñó como secretario nacional de Niñez, Adolescencia y Familia durante el gobierno de Cristina Kirchner.

Gabriel Lerner *

Durante los últimos años periodistas, gobernantes, legisladores y la sociedad toda, debatió mucho sobre la niñez y la adolescencia. Los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner –notoriamente activos en la elaboración y ejecución de planes y programas- tuvieron importantes iniciativas legislativas y de gestión que cambiaron la vida de muchísimos pibes y pibas. Desde las leyes de protección (26.061), de suba de la edad mínima para el trabajo (26.390), de participación ciudadana, como el voto desde los 16 años (26.774) o la creación -de vanguardia en la región- del innovador Canal Pakapaka, hasta el récord en presupuesto educativo y nuevas escuelas y despliegue de acciones en todo el territorio nacional por parte de la Secretaría Nacional (SENAF) y el Consejo Federal de Niñez, Adolescencia y Familia. Fueron incontables las políticas que pusieron a la infancia en el centro de la escena. Esa agenda –aun reconociendo muchas deudas no saldadas- tuvo siempre un norte bien definido: el reconocimiento y acceso a derechos para todos los niños, niñas y adolescentes.

Hoy, con 15 meses de gobierno cumplidos, vale preguntarse cuáles son las prioridades y proyectos del actual presidente Macri para las personas menores de 18 años. Nuestro país incorporó la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN) a su Carta Magna, y esto supone, entre otras obligaciones, que el “interés superior de niño” debe inspirar las acciones del gobierno, cualquiera sea su orientación política. ¿Cuáles fueron los compromisos sociales que el presidente asumió con la niñez hasta el momento? Anunciar, en abril del 2016, la construcción de 4.000 centros para niños de 45 días a 4 años de edad (http://www.telam.com.ar/notas/201604/142844-actividad-presidencial.html). Pero transcurrido casi un año de aquel anuncio, no se informó un solo avance al respecto -tal como se deprende de la página del Ministerio de Desarrollo Social (http://www.desarrollosocial.gob.ar/primerainfancia)-y tampoco fue inaugurado ni uno de esos 4.000 centros.
Y aunque el gobierno actual prefiera invisibilizar a la infancia y la adolescencia, hay una dimensión en la que sí sienten, los chicos y chicas, el impacto concreto de las políticas de Cambiemos: el retroceso en materia de derechos económicos, sociales y culturales que padecen las mayorías populares y que es verificable en una severa afectación a la infancia. A 15 meses del cambio, los números de esta realidad son abrumadores:
 
•No menos de 400.000 trabajadores formales e informales perdieron empleos. Entre 300.000 y 350.000 mil niños padecen esa grave situación en sus hogares.
•Los salarios de casi 12,5 millones de trabajadores en el país perdieron en promedio entre 8 y 10% de su poder adquisitivo, deteriorando la calidad de vida de los casi 10 millones de niñas, niños y adolescentes a su cargo.
•La actualización de las asignaciones familiares y universal por hijo (AUH) de los últimos dos semestres totalizan un 31%. Pero la inflación del año 2016 fue de 42%. El resultado: 8 millones de niñas y niños, destinatarios de asignaciones, perdieron un 11%.
•Al escribirse estas líneas millones de alumnos perdieron muchos días de clases porque el gobierno incumple con la ley 26.075 de Financiamiento Educativo y no convoca a la paritaria. Paralelamente, crecen protestas de los movimientos sociales por el incumplimiento de la ley 27.345 de Emergencia Social que prevé, entre otras prestaciones, mejora de las políticas alimentarias destinadas a familias más humildes.
 
Los casos pueden ampliarse–el revanchismo que destruyó al maravilloso Plan Qunitas o la desidia que deshilacha el programa Conectar Igualdad, entre otros- pero la conclusión se precipita por su propio peso. El gobierno ya no menciona a la niñez y la adolescencia. Sin embargo, la implementación de programas recesivos, lesivos para la producción, que destruyen empleos y reducen salarios, mientras incrementan las tarifas de los servicios públicos, son aún más descriptivos y elocuentes que cualquier discurso, dato o documento. Y todo ello sin ningún tipo de “colchón” que atenúe el impacto perjudicial hacia la niñez.
 
La política fundamental de Macri hacia la inmensa mayoría de niños, niñas y adolescentes, es profundizar la desigualdad social entre una minoría rica y una inmensa mayoría sin privilegios que, además, ve vulnerados sus derechos más elementales. Los alarmantes indicadores de pobreza e indigencia que ya salieron a la luz, pronto se reflejarán en deserción y bajo rendimiento escolar, en indicadores sanitarios negativos e, incluso, en dificultades para ejercer el derecho a una adecuada alimentación.
 
Y en este escenario no podemos dejar de mencionar que luego de varios meses, el 1° de marzo, el presidente volvió a hablar de las personas menores de edad. Ya no se refirió a la primera infancia sino que anunció el envío al Congreso de un proyecto de ley penal juvenil. Si bien Macri no lo dijo, su ministro de Justicia, Germán Garavano fue claro: el objetivo excluyente del proyecto es bajar la edad de punibilidad penal de 16 a 14 años. Unicef, la Iglesia Católica, la Defensoría General de la Nación y todos los especialistas y organizaciones que trabajamos con y por los pibes y pibas, denunciamos a esa iniciativa como lesiva para los derechos de niñas, niños y adolescentes.
 
Aunque duela reconocerlo, en la República Argentina actual, las políticas destinadas a la infancia han dejado de perseguir el “interés superior del niño” y el reconocimiento y acceso a sus derechos. No hay lugar a dudas: pibes y pibas dejaron de ser los “únicos privilegiados” y las acciones gubernamentales hacia ellos se diseñan y ejecutan en dolorosa clave de ajuste neoliberal. 


(*) Fue Secretario Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia y de SEDRONAR. Integra el Observatorio por los Derechos de la Infancia “Eduardo Bustelo”.
29/07/2016

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