Columnistas
17/12/2016

Análisis rionegrino

La dificultades del Pro y la inexistencia de Cambiemos

La dificultades del Pro y la inexistencia de Cambiemos | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

En pocas horas se inicia el 2017, un año electoral que en Río Negro tendrá la renovación de dos bancas de diputados nacionales. El partido del gobierno nacional y la alianza Cambiemos todavía busca armarse.

Hernán D´Andrea

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En el transcurso de esta semana informamos acerca de la presencia del intendente de Cipolletti, Aníbal Tortoriello en Viedma, participando de un encuentro político con un grupo de dirigentes y ex funcionarios en su mayoría del radicalismo, pero también del justicialismo y del PPR, unidos hoy en la defensa del gobierno nacional de Mauricio Macri.

Se coincidió en el encuentro en la necesidad de fortalecer el Pro en la provincia, que desde su conformación no ha tenido una conducción definida.

Uno de los iniciadores del partido por estos lares, Pedro Casariego que participó de la fusión inicial de lo que era el Partido Provincial Rionegrino (PPR) con el Pro reconoció que “hoy en día el partido está dormido y no tiene evidentemente una conducción”.

En efecto el Pro y mucho menos Cambiemos, por supuesto, ha logrado conformar o consolidar su estructura en la provincia y este sector pretende accionar en ese sentido.

Lógicamente que se trata de un grupo que manifiesta esas intenciones, como hay o habrá otros, que intentarán con buenas, o intencionadas pretensiones cumplir con el mismo objetivo.

Lo cierto es que si rápidamente no se actúa en la unificación de esas acciones, cada día que pasa se van acrecentando las diferencias internas, inicialmente en el Pro, y que se trasmiten a la alianza que pretende ser Cambiemos.

Y aquí aparece otro de los socios, la Unión Cívica Radical, que a pesar de haber normalizado su situación en los papeles, tiene un panorama aun sin recomponerse en los hechos, continua alicaído y con dirigentes que han migrado hacia otros sectores, sobre todo hacia el partido del gobernador.

Otros pretenden refugiarse en Cambiemos y se mueven directamente con gestiones y acercamientos a los funcionarios nacionales y los menos hacen política. Pero lo cierto es que la gran mayoría de los “boina blanca” rionegrinos están muy acostumbrados a hacer la política desde el poder o desde los despachos oficiales y a veces se hace difícil volver a hacerlo desde las ideas y la militancia.

Y para colmo de males los pocos intendentes radicales que gestionan en la provincia no pueden andar mal ni con el gobierno provincial ni el nacional por una cuestión de supervivencia.

Es más, en la semana, un grupo de ellos, salvo Foulkes, Yauhar y Toro, se juntaron en Sierra Grande y emitieron un documento en el que manifestaron que conformarán un grupo por fuera de las normas partidarias para apoyar al presidente Macri.

En teoría el objetivo es el mismo que al menos manifiesta la conducción partidaria que encabeza el flamante presidente de la UCR, Darío Berardi.

Menos se entiende que los intendentes radicales cuestionen indirectamente en su comunicado a  Aníbal Tortoriello, cuando sólo reconocen como sus representantes ante al poder central a “las expresiones más auténticas del macrismo”, en obvia alusión y sin mencionarlos, a los delegados federales en Río Negro, Sergio Wisky y Juan Martín.

El comunicado, de verdad, pareció más una de las tantas operaciones políticas mediáticas apresuradas y bajo presión que se realizan sin evaluar criteriosamente sus resultados.

De lo que comentamos, tanto en el Pro como en la UCR y las distintas posibilidades que se avizoran, la verdad es que lo que no aparece es la tan mentada y necesaria renovación para que se provoque el cambio prometido.

Salvo Aníbal Tortoriello, el resto de los nombres y apellidos que aparecen no son claramente nuevos en la política ni mucho menos. Sin dudas, podrán aportar sus conocimientos y experiencias pero hace falta sumar a más jóvenes dispuestos a “hacer”.

Tortoriello cuestionó en forma moderada pero realista los déficits organizativos del Pro en Río Negro, aunque reconoció la tarea cumplida por Sergio Wisky y Juan Martín.

Ratificó hasta ahora su idea de organizar una reunión en Cipolletti, el 27 de enero, sumando a los comensales con los que departió en Viedma, para iniciar desde allí una recorrida posterior por las principales ciudades y las regiones de la provincia para ir convocando a las dirigencias locales y multiplicar las perspectivas del Pro.

Algunos detractores manifiestan que la llegada del jefe comunal cipoleño fue pergeñada por su secretario de gobierno y hombre muy allegado a Bautista Mendioroz, Diego Vásquez, aunque quienes conocen a Tortoriello dicen que puede ser muchas cosas, menos ingenuo.

Vale la pena recordar que en Viedma el intendente de la ciudad del alto valle tuvo otras dos acciones a tener en cuenta. Una de ellas sus expresiones acerca de lo que le preocupa “el creciente endeudamiento de la provincia” y “las difíciles perspectivas financieras para el año electoral que viene” y la otra su entrevista con su par de la capital provincial, José Luis Foulkes, cuyos términos no trascendieron, pero es posible que se haya hablado del motivo que lo llevó a Viedma y las intenciones de sumar al radical capitalino al grupo en ciernes.

Lo real es que Cambiemos todavía, a ésta altura del partido, no existe en Río Negro y estamos a horas de iniciar un año electoral, que además de elegir a los reemplazantes de los diputados nacionales Soria y Bardeggia, será la vara que determinará qué es lo que va a pasar en 2019.

29/07/2016

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