Las celebraciones por el Día del Petróleo estuvieron signadas por la incertidumbre que arrecia al sector, a un año del cambio de gobierno. Por primera vez, en región el tradicional almuerzo organizado por la seccional Comahue del Instituto Argentino del Petróleo y el Gas (IAPG) se realizó en Río Negro. Todo un mensaje de respaldo de la industria a una provincia que comienza a considerarse petrolera a la luz del desarrollo gasífero de la zona de Allen.

La ausencia de figuras políticas y empresarias fue notoria. Sólo estuvieron las máximas autoridades energéticas de Neuquén, Alejandro Nicola, y Río Negro, Sebastián Caldiero. Por el municipio neuquino participó el jefe de Gabinete, Marcelo Bermúdez, y la intendenta de Allen, Sabina Costa. De parte de las operadoras, los gerentes regionales estuvieron ausentes, y apenas participaron los responsables de las áreas de relaciones institucionales. La celebración fue sobria y los discursos breves. Caldiero respaldó la actividad petrolera, que genera polémica en la zona chacarera rionegrina, mientras que Nicola destacó que “Vaca Muerta sigue más viva que nunca”, al detallar que este año Neuquén cerrará con 4 mil millones de dólares en inversiones, una cifra similar a la de 2015.

De todas formas, la mirada estaba puesta en Buenos Aires, en el hotel Sheraton de Retiro, donde el IAPG brindó su almuerzo central, con la presencia de los gobernadores Omar Gutiérrez y Alberto Weretilneck.

Si bien en los planes de la alianza Cambiemos estaba utilizar la celebración del Día del Petróleo para anunciar el acuerdo sectorial, las negociaciones siguen abiertas. Durante su discurso, el ministro de Energía, Juan José Aranguren, ratificó que el barril criollo bajará en 2017 y que en el segundo semestre se liberará el mercado. El número acordado es de "u$s 55 para la variedad Medanito y u$s 47 para la Escalante", es decir 8 dólares menos que en octubre.

Sin embargo, la liberalización no será total. Sólo actuará cuando los precios internacionales suban. Si caen por debajo de los 55 dólares, el barril doméstico mantendrá ese piso, tal como reclama el gobernador Omar Gutiérrez, y como es conveniente para las petroleras.

Resta resolver cómo será el sistema para emparejar el mercado interno con el precio internacional, ya que los contratos de compra de crudo entre productoras y refinadoras se realizan con un mes de anticipación.

El acuerdo tendrá una vigencia de seis meses y contempla una suba en los combustibles durante los primeros días de enero de entre un 7 y un 10%. Pero no será el único aumento, ya que las refinadoras buscan que los precios suban en la medida que se devalúe el peso.

Las empresas productoras de petróleo buscan la creación de un registro que controle las importaciones de crudo y combustibles, de manera que las compras al exterior no les quiten mercado interno.

Otras de las cuestiones planteadas es la eliminación de las retenciones a las exportaciones de crudo, que hoy están en apenas el 1% del valor, pero que tiene un esquema que se eleva al 20% si el precio del barril supera los 70 dólares. Si viene es muy poco probable que ello suceda durante 2017, las productoras quieren asegurarse una regulación favorable.

Otra cuestión importante a definir es la adenda para modificar el convenio colectivo de petroleros para Vaca Muerta. "Está avanzando", dijo Aranguren. Mientras que en su discurso el presidente del Instituto Argentino del Petróleo y Gas (IAPG), Ernesto López Anadón, pidió "flexibilizar la contratación laboral", junto con un reclamo de "beneficios y condiciones especiales como la aceleración de la amortización, eliminación de retenciones y tasa municipales.