Los de tradición católica, suponemos, que el “Paraíso”, está en el cielo; y allí, moran los ángeles y tal vez Adán y Eva con poca ropa. Ahora, si escuchamos la palabra “guarida”, ya, imaginamos un sitio oscuro, donde se esconden alimañas o malvivientes de toda laya.

La lucha contra el colonialismo suele ser en gran parte, semántica; y no es casualidad que la traducción al español confundió el original en inglés “haven” que significa “refugio o guarida” por la palabra “heaven” que significa “paraíso”. De “Tax Haven” a “Tax Heaven”.

En Netflix (perdón por la publicidad colonial) puede verse una serie titulada “Black Sails” (“Velas Negras”) una divertida historia de piratas en 1715, que relata los orígenes de Nassau la actual capital de Bahamas. Digamos que era una “zona de libre comercio pirata” protegida desde lejos por Gran Bretaña, donde los piratas llevaban sus capturas, que no eran solo oro y plata, sino mercaderías diversas. Allí, una elegante señorita hija de un noble inglés, hacia el trabajo de “reducidor” comprándoles lo robado, para reembarcarlo en buques ingleses “legales” y venderlos a buen precio en las colonias de América del Norte.

Según Wikipedia: De 1703 a 1718 no hubo ningún gobernador de la colonia y por 1713, las Bahamas escasamente pobladas se habían convertido en un refugio pirata. El gobernador de las Bermudas dijo que había más de 1.000 piratas en Nassau, que superaban en número a los meros cien habitantes de la ciudad.

Bueno, hoy Nassau no ha cambiado mucho, tiene un centenar de bancos internacionales y unas 250 mil sociedades offshore que superan en número a los habitantes de la ciudad. Y como hace 300 años, si alguien se pone molesto en preguntar cosas inapropiadas, puede amanecer en el fondo de la bahía con un bloque de cemento en los pies.

La página web www.mundoofshore.net promociona la apertura de cuentas en Bahamas con el siguiente menú: Impuestos bajos o nulos. Secreto bancario y comercial establecido cuya violación se castiga con elevadas multas, incluso la cárcel. Poca regulación cambiaría. Legislación financiera y comercial sencilla, la apertura de una cuenta bancaria no requiere un proceso complejo. No existe control de cambios y hay plena libertad de movimiento de capitales. Convenios de intercambio de información fiscal con pocos países. Personal multilingüe y con servicio las 24 horas del día, los 365 días del año. Anonimato absoluto

¡Ah! ¿Quien descubrió que tenía una cuenta en Bahamas que no recordaba? Sí… nuestro señor presidente Mauricio Macri, “el olvidadizo”.

Pero bueno, esto es solo una breve introducción al tema de las “guaridas fiscales” y no vamos a cargar a los morenos gobernantes de Bahamas con toda la culpa. La lista de “guaridas” es muy larga y como dice Nicholas Shaxson en su libro “Las Islas del Tesoro”, las dos mayores “guaridas fiscales”, también, son dos islas: Manhattan y Londres.

La investigación periodística internacional conocida como “Panama Papers”, realizada por el Consorcio Internacional de Periodistas, tuvo y tiene enorme repercusión pública por hacer visible sociedades y cuentas de personajes de la farándula, deportistas y políticos incluyendo algunos presidentes como el nuestro. Pero estos personajes son pequeños ladrones de gallinas al lado del gran negocio que se mueve en el mundo “extraterritorial”.

Cálculos realizados por especialistas internacionales estiman que, del dinero que se mueve en el mundo extraterritorial, un 5% proviene de la corrupción política; un 30% de narcotráfico, trata de personas, venta de armas, etcétera y, el 65% restante, pertenece a grandes corporaciones. Grandes corporaciones que por “convicción religiosa” no quieren pagar un solo peso de impuesto a los Estados nacionales, sean de “libre mercado” o de tinte “populista”; en eso no hacen discriminación política…

Bueno, hasta aquí, como introducción es suficiente. En una serie de notas breves iremos desarrollando este, que creo, es el gran tema de agenda en los próximos años.

La extraterritorialidad del capital es el nuevo rostro (oculto) del neocolonialismo, y lo primero es sacarlo a la luz.

Recomiendo leer el libro de Shaxson que mencione y escuchar el programa radial emitido en Londres “Justicia Impositiva” cuyo link se puede encontrar en .